Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 16 de agosto de 2002
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Espectáculos

Leonardo García Tsao

La verdad no peca

Aunque parezca dudoso, algo hemos progresado. Para pesar de grupos de extrema derecha, El crimen del padre Amaro no ha sufrido la censura que se impuso en el pasado a La viuda negra (1977), de Arturo Ripstein, congelada durante un sexenio, y La última tentación de Cristo (1988), de Martin Scorsese, prohibida con el eufemismo de no haber sido sometida a autorización.

El quinto largometraje de Carlos Carrera ya ha pasado a la historia como otro ejemplo de tormenta en un vaso de agua (en este caso bendita, si se quiere) que, como sucedió hace dos años con La ley de Herodes, de Luis Estrada, ha tendido a rebasar el fenómeno meramente cinematográfico para examinarse por el filtro del escándalo sociopolítico. Pero, como diría Hitchcock, "es sólo una película". Eso sí, una película que muestra la madurez de su realizador en su trabajo más redondo a la fecha.

El guión de Vicente Leñero ha traspuesto con agudeza la novela homónima del portugués Eça de Queiroz, escrita en 1875, al México actual, conservando el conflicto central de un sacerdote que viola su voto de castidad: al ficticio pueblo de Los Reyes llega el joven sacerdote epónimo (Gael García Bernal), para integrarse a la parroquia del padre Benito (Sancho Gracia), cuya práctica poco ortodoxa incluye tener de amante a la Sanjuanera (Angélica Aragón), dueña de la fonda local, y lavar dinero del narcotráfico para construir un hospital. La hija de Sanjuanera, Amelia (Ana Claudia Talancón), es una joven devota que se siente atraída por el recién llegado. En su ejercicio, Amaro comprueba las diferentes posiciones en el clero -desde la del intrigante obispo (Ernesto Gómez Cruz) que lo apadrina, hasta el padre Natalio (Damián Alcázar), quien apoya a la guerrilla local- y pronto la ambición de escalar en la jerarquía eclesiástica cede a las debilidades de la carne. Hacerse amante clandestino de Amelia llevará, claro, a consecuencias trágicas.

Desde La mujer de Benjamín -el debut de Carrera y una obra con la que El crimen del padre Amaro guarda varias similitudes-, este realizador se ha especializado en observar el comportamiento humano desde la distancia de la misantropía y el escepticismo. Así como resultaban frustradas las buenas intenciones del personaje de El héroe, su corto ganador en Cannes, la inicial vocación de Amaro -ejemplificada por un acto de caridad a su llegada al pueblo- resulta corrompida por su dimensión humana (y mexicana, que lo vuelve más susceptible, digamos).

Hay en la película elementos maliciosos, como el personaje de Dionisia (una temible Luisa Huertas), la loca/curandera del pueblo que roba dinero de la limosna y alimenta con hostias a su gato negro, que además de ilustrar el grado de delirio al que puede llegar la beatería provinciana, sirve de tradicional figura diabólica que precipita los hechos de sangre. Pero también está el contrapunto de Natalio o el padre Benito, cuyo desempeño, si bien ajeno a la ortodoxia, se acerca más al verdadero espíritu cristiano.

De impecable factura y con un reparto de uniforme solvencia -Carrera es un director experto en obtener lo mejor de sus actores-, El crimen del padre Amaro es una obra que, al margen de pataleos reaccionarios, tiene la virtud de ser controvertida, de abordar con complejidad y sin amarillismo un tema tan vigente como los encabezados de los diarios. (Por cierto, un par de preguntas: Ƒhay algo más negativo para la imagen de la Iglesia católica mexicana que las recientes declaraciones del obispo de Ecatepec? ƑY no se han dado cuenta los detractores, empezando por ese remedo lamentable de Savonarola apellidado Serrano Limón, que su persignada indignación pública ante la película sólo ha conseguido activar ese poderoso imán taquillero llamado morbo?)

EL CRIMEN DEL PADRE AMARO

D: Carlos Carrera/ G: Vicente Leñero, basado en la novela de José María Eça de Queiroz/ F. en C: Guillermo Granillo/ M: Rosino Serrano/ Ed: Oscar Figueroa / I: Gael García Bernal, Ana Claudia Talancón, Sancho Gracia, Angélica Aragón, Luisa Huertas, Damián Alcázar, Pedro Armendáriz, Ernesto Gómez Cruz/ P: Alameda Films, Wanda Visión, Blu Films, Foprocine, Imcine, Cinecolor México, Videocolor Argentina, Gobierno del Estado de Veracruz, con el apoyo de Ibermedia y Fonds Sur. México-España-Argentina-Francia, 2002.

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