Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 24 de agosto de 2002
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Starbucks Coffee en México, nueva polémica

Global Exchange: la firma dirá que se porta bien, pero los productores no se benefician

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 23 de agosto. Cuando Starbucks Coffee International abra sus primeras tiendas en la ciudad de México, a finales de este verano, la gigantesca cadena ofrecerá, junto con café de importación, grano cultivado de sombra y producido en la reserva de la biosfera El Triunfo, en Chiapas; algunos críticos en Estados Unidos, sin embargo, señalan que la empresa debería vender en el vecino país sólo producto mexicano.

La comercializadora trasnacional de café, con sede en Seattle y que compra casi 1 por ciento de todo el grano producido en el mundo, anunció en febrero la formación de una empresa mixta con Alsea SA de CV para abrir sus tiendas de venta por todo México. La firma se describe como la más grande comercializadora y tostadora de "cafés de especialidad" en el orbe, con más de 5 mil expendios en América del Norte, Europa, Oriente Medio y la cuenca del Pacífico.

Las tiendas de Starbucks que se abrirán en México a finales de agosto serán las primeras de unas 20 que se instalarán en los próximos dos años, en la primera fase de una expansión mayor de la llamada experiencia Starbucks en América Latina, según la empresa. "Ya que México es uno de los países de origen en América Latina de donde obtenemos nuestros cafés, estamos entusiasmados con presentar la experiencia a este mercado tan importante", explicó el presidente de la firma, Peter Maslen, al anunciar la estrategia.

En Estados Unidos esa experiencia incluye ofrecer una amplia gama de cafés, de diferentes mezclas y orígenes, variedades de tueste para llevar y más de una docena de preparaciones de la bebida (capuchinos, exprés, etcétera) a precios de entre uno y cuatro dólares por taza.

Una variación de café que Starbucks vende es "cultivado de sombra-México", certificado como orgánico y producido por unos 700 cultivadores en seis cooperativas en El Triunfo, según la versión oficial. Este café, producido como parte de un proyecto parcialmente financiado por Starbucks y planificado por la organización ambientalista estadunidense Conservation International, tiene la intención de detener la destrucción de la selva y promover el cultivo del grano con prácticas que conservan tierra y agua.

Conservation International afirma que los cultivadores de este programa reciben un precio hasta 60 por ciento más alto por su producto del que podrían obtener en los mercados locales. Desde que se estableció el programa en 1998, según esta organización, las tierras de cultivo de café conservadas como selva se han incrementado 220 por ciento y las exportaciones mexicanas de este tipo de grano fueron 50 por ciento más que el año anterior.

Los voceros de Conservation elogian el éxito de este proyecto y señalan que Starbucks se ha comprometido a ampliar las compras de este tipo de café de sombra de otros países en América Latina, Asia y Africa.

Pero los críticos de esta campaña, como Deborah James, directora de asuntos de comercio justo de la organización estadunidense Global Exchange, sostienen que Starbucks no está haciendo lo suficiente. Se proyectó que la producción mundial de café se incrementaría 10.8 por ciento en el próximo ciclo de cosecha (2002-2003) para llegar a un total de 124 millones de costales (cada uno de 64 kilos). Como resultado, habrá más producto en el mercado mundial, con lo que se espera que los precios para los productores bajarán una vez más.

La caída de estos precios en el mercado internacional, como ha reportado La Jornada, ha provocado una creciente crisis entre los cultivadores de México y otros países, y se han deteriorado más las economías rurales, obligando a más personas a emigrar a Estados Unidos.

"Starbucks reiterará que se ha portado muy bien (con los cultivadores)", afirma James a La Jornada. "Pero los productores no se han beneficiado". Aunque el precio pagado a éstos en México y otros países se ha desplomado rápidamente, las utilidades de Starbucks siguen al alza.

James elogió a Starbucks por su decisión de enfocarse al café chiapaneco de sombra y de otro tipo conocido como "comercio justo", por el que a los cultivadores se les paga un precio mínimo -que es más del triple de lo que normalmente recibirían-, pero James se pregunta por qué Starbucks no puede comprar mucho más de este producto de mayor precio. "Los dos a tres dólares que uno paga por una taza de café Starbucks en Estados Unidos es más de lo que gana la mayoría de los productores en un día", afirmó.

Starbucks compra más de 100 millones de libras de café al año, pero según James, el año pasado la empresa estaba dispuesta a adquirir un millón de libras del café de comercio justo. Empresas más pequeñas, como Equal Exchange, están comprando más de 1.5 millones de libras de café de esa clasificación.

"Nuestro objetivo fundamental es que los cultivadores que están produciendo esta cosecha comercial -no es un producto alimentario, es una droga- se beneficien", afirmó James. "Si Starbucks está por ampliar su presencia en un país productor de café, debería comprometerse a que todo el café que venderá ahí sea el producido por cultivadores en ese país, a quienes se les pagará un precio justo por su trabajo. Y la única manera que uno tiene para garantizar esto es que todo el producto sea café certificado como de comercio justo".

Esta caracterización, responde Starbucks, ignora la diferencia entre los tipos de café disponibles en los mercados internacionales. El precio del café está a niveles muy bajos (unos 43 centavos por libra) pero el café adquirido por Starbucks es del mercado especializado, donde los precios son mucho más altos. "Starbucks paga un promedio de 1.20 la libra para todo el café que compramos, que tiene un precio fijo, ese es un 70 por ciento del café que adquirimos", explicó Sue Mecklenburg, vicepresidenta para Responsabilidad Social Corporativa de Starbucks, en entrevista con La Jornada.

Ese monto es comparable con los precios que el sistema de Café Certificado de Comercio Justo paga a sus productores. Starbucks también vende el llamado Café Certificado de Comercio Justo, pero Mecklenburg señaló que el movimiento pro comercio justo del café sólo representa a 1 por ciento de los cultivadores de café en el mundo y, en efecto, sostuvo, Starbucks paga un precio más alto a un grupo mucho más amplio de cultivadores en todo el planeta. Starbucks, dijo, ha desarrollado su propio sistema de certificación de café que ofrece incentivos financieros a cultivadores y cooperativas que cumplen con normas de transparencia, respeto al medio ambiente y otras medidas.

"Estamos muy conscientes de que México es un productor mayor de café. Hemos estado presentes en México durante mucho tiempo y estamos entusiasmados por estar ahí con una tienda de menudeo", agregó Mecklenburg.

Starbucks compra café cultivado en unos 20 países, y Mecklenburg indicó que en vez de enfocarse a vender sólo café mexicano en las pocas tiendas que se abrirán en México, los beneficios a los productores mexicanos provienen de que su café estará disponible en las miles de tiendas Starbucks en Estados Unidos, Canadá y otros cinco países.

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