Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 24 de agosto de 2002
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ƑLA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Amaro y los toros

CONOCEDOR DE LAS veleidades del cerebro humano, José María Eça de Queiroz (1846-1900), escritor y diplomático portugués, sobre todo en la Inglaterra victoriana, curándose en salud de las airadas reacciones que en los círculos conservadores provocaban -y siguen provocando- sus escritos y novelas anticlericales, anotó en 1872, hace 130 años: "Pensar y fumar son dos operaciones que consisten en lanzar al aire nubecillas de humo".

Y HARTAS NUBES de humo son lo que nuestros inefables conservadores -sobre todo del miedo a pensar- lanzaron con motivo de la adaptación cinematográfica de la novela de Eça de Queiroz, El crimen del padre Amaro, estrenada el pasado sábado en todo el país, excepto en la siempre fiel -al oscurantismo- Morelia, donde la cadena Cinépolis, que se ostenta como "la capital del cine" -aldeano-, canceló la exhibición de la película, arguyendo que no tenía copias suficientes.

AQUI ES DONDE empieza la no por involuntaria menos singular relación entre El padre Amaro y la fiesta de los toros. Eça de Queiroz, como el resto de los escasos anticlericales que ha habido, hay y habrá en el mundo, exhibía las lacras del clero lusitano no por la halitosis de algún cura, sino por los estragos que la Iglesia causaba y sigue causando en la falsa formación de los sencillos, como nos llama la Biblia a los no iniciados en las verdades eternas.

PERO EN LA decimonónica capital michoacana no sólo Organización Ramírez, propietaria de la cadena Cinépolis, se sometió a las presiones del obispo Alberto Suárez Inda, sino que el propietario de dicha cadena, el doctor José Antonio Ramírez, conocido taurino y dueño también del subutilizado Palacio del Arte de aquella gazmoña localidad, cómodo coso techado que da apenas cuatro corridas anuales, informó que al término del 15 Congreso Internacional de Cirugía Taurina que se celebrará del 28 de octubre al 2 de noviembre próximos en tan recatada villa, se ofrecerá una corrida de toros a los cerca de 150 médicos de plaza asistentes.

Y VUELTA A la insólita relación entre el autor de El crimen del padre Amaro, la tauromaquia y la beatífica Morelia. Eça de Queiroz pertenece a un país con una centenaria tradición tauromáquica propia, sustentada en tres columnas: el toro bravo, el toreo a caballo o rejoneo y los mozos de forcado o forcados, que realizan la siempre interesante y emocionante suerte portuguesa de pegar o sujetar al toro del rejoneador a cuerpo limpio.

CON LA MISMA naturalidad con que el joven director Carlos Carrera adaptó al cine la historia del en su momento satanizado novelista, un grupo de jóvenes mexicanos, encabezados por Pedro Louceiro hijo, decidió adaptar aquí, hará unos 25 años, la complicada tradición taurina portuguesa de los forcados, con tal éxito que al poco tiempo se crearon varios grupos en distintas ciudades.

PERO A LA insensibilidad de los falsos promotores de la fiesta brava se aunó la incomprensión de la Asociación de Matadores, que es fecha que no acepta en su seno a los forcados, quienes desbordantes de torerismo se siguen jugando el físico por los viáticos, no por un sueldo ni con un seguro médico que los proteja. Entre las conferencias magistrales de ese congreso de cirugía taurina, Ƒhabrá alguna que se refiera al calvario que está sufriendo el valeroso forcado mexicano Víctor Rodríguez, quien por falta de oportuna atención médica a punto estuvo de perder la pierna hace tres semanas?

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