Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 28 de agosto de 2002
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Cultura

Ponencia del especialista en el coloquio internacional que se desarrolla en el CNA

La educación es un proceso para convertir el cerebro en mente, opina Elliot Eisner

En el arte, las relaciones carecen de fórmulas, señala La cultura constituye un ámbito para que las cosas sucedan, crezcan, considera el autor del libro El ojo ilustrado

RENATO RAVELO

La educación es el proceso mediante el cual el cerebro se convierte en mente, aseguró Elliot Eisner; ''las artes refinan la conciencia, brindan la oportunidad de que los niños desarrollen su pensamiento, construyan relaciones a preguntas que no tienen necesariamente una respuesta", que es el área cultural a la que definió ''como un medio para que las cosas crezcan".

El teatro Salvador Novo recibió a uno de los especialistas más reconocidos en la materia. Artista de formación plástica que luego incursionó en la docencia y tiene un doctorado por la Universidad de Chicago, imparte educación artística en Stanford desde hace más de 35 años.

Eisner participó en el Coloquio Internacional de Educación Artística que organizan la Dirección General de Materiales y Métodos Educativos y el Centro Nacional de las Artes (CNA).

La ponencia de Eisner es cerrada como un círculo, completa y, aun después de la evidente repetición que ha tenido en varios años, viva en sus conceptos: ''Yo mismo me sorprendo a veces cuando escucho lo que digo". Es un círculo que cautiva al auditorio, lleno de interesados en el tema de cómo las artes pueden ayudar a la eduación básica.

Su teoría es simple: ''Los profesores son los intermediarios en ese proceso de hacer el cerebro mente, y las aportaciones que hacen las artes al proceso de hacer que el organismo se haga cognoscitivo son por medio de la experiencia: las artes refinan la conciencia".

La experiencia artística, sostuvo Eisner, ''no es igual a la experiencia práctica. El tipo de pensamiento de las artes tiene que ver con la integración de las relaciones. En artes visuales podemos hablar de composición, de textura, de color, de movimiento, de distintas tonalidades que se relacionan entre sí, pero no de manera determinada, porque en el arte las relaciones no tienen fórmulas".

Experiencia práctica y estética

Ante la pregunta Ƒcómo saber si el arte está bien?, opinó el especialista estadunidense, hay que ''desarrollar la disposición a la actitud de lo que John Dewey señala como 'propósito flexible'. Se tiene que pensar en un medio, por ejemplo la arcilla o el mármol; son materiales que sugieren. Si quieren saber qué tan inteligente es una persona, tienen que percibirla".

El arte enseña, agregó, ''cómo usar los materiales. La poesía, por ejemplo, fue inventada para decir las cosas que las palabras no pueden expresar".

El educador artístico debe aprender a cultivar la atención, consideró el autor de El ojo ilustrado. Indagación cualitativa y mejora de la práctica educativa; ''ver es un proceso automático, mirar es un logro, es hacer sentido, es impulsar una actividad que permite construir relaciones para un área en la que no hay una sola respuesta y existe más de una solución.

''El educador debe promover soluciones individuales, consciente de que en el proceso los objetivos cambian; es como la relación pintor-pintura. No es simple ni unilateral. Hay un diálogo. La cultura es un medio para que las cosas sucedan, crezcan."

En el recinto se apagaron las luces y un video empezó a transmitir una clase de educación artística a jóvenes del equivalente a secundaria en Los Angeles.

Denotaban algún origen no anglosajón. El maestro del video empezó a hablar sobre la experiencia práctica y la estética. Tomó un vaso de unicel y le echó café.

Luego repitió el acto, pero esta vez en un vaso de vidrio, lentamente. Empezó a describir el remolino del contacto de lo blanco de la leche con lo negro del café. Elaboró imágenes a partir de los cuatro segundos que duró.

Posteriormente puso frente a cada alumno un pequeño recipiente de vidrio con agua. Les dijo que tendrían sus cuatro segundos para describir lo que veían, que es el tiempo en que se produciría el enlace entre el agua y el líquido rojo que iba a gotear en cada recipiente.

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