Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 29 de agosto de 2002
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Espectáculos
Ayer fue colocada la última viga del inmueble y se dio por terminada su construcción

Pretenden que la Torre Mayor se convierta en el nuevo icono urbano de la ciudad de México

Con 55 pisos y 225 metros de altura, será el edificio más alto de Latinoamérica

GABRIEL LEON ZARAGOZA

Con la colocación de la última estructura se dio por terminada la construcción de la Torre Mayor, que es el edificio más alto de Latinoamérica, por lo que la ciudad de México cuenta ya con un icono urbano que dará más identidad nacional e internacional al país y será el primero ciento por ciento inteligente.
torre_reforma
Ayer, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, presenció cómo fue ubicada la última viga de acero en el piso más alto del edificio. En el acto estuvo acompañado por el inversionista canadiense Paul Reichmann y los arquitectos e inversionistas Javier Romero, Ricardo Brockman, Javier Labrador, Keith Christie, Gerald Ricker y Arturo Aispuro.

El inmueble, de 55 pisos, reafirmará el área de Reforma como el principal distrito de negocios de la capital, al establecer nuevos parámetros de calidad y eficiencia para la moderna comunidad empresarial de México.

A la vanguardia en requerimientos sísmicos

La cimentación del edificio está diseñada por ingeniería mexicana y emplea amortiguadores sísmicos. Se puede considerar que es único en su tipo por su profundidad y estructura, que debió colocarse a 60 metros por debajo del nivel del piso.

La impactante arquitectura y dimensiones monumentales de la Torre Mayor, de 225 metros de altura, comprendió la demolición de lo que eran el Cine Chapultepec y la guardería del IMSS; ambos inmuebles ocupaban una superficie de 6 mil 800 metros cuadrados.

A lo largo de más de cuatro años, un promedio de mil 700 obreros excavaron e hicieron la cimentación y construcción del portento de ingeniería y mano de obra nacional, que requirió para su construcción de 20 mil 984 metros cúbicos de concreto, entre columnas, muros y lozas, 194 toneladas de acero refuerzo y 16 mil 500 toneladas de acero estructural. Los empleos generados durante la construcción superaron las 4 mil 500 plazas.

La primera fase de la obra duró 18 meses y abarcó la excavación, cimentación y construcción del área de sótanos para estacionamiento. Se utilizaron 252 pilotes de concreto armado de 1.20 metros de diámetro en promedio, dos de ellos equipados con sensores y dispositivos electrónicos conocidos como celdas de carga, que permitirán monitorear los cimientos y saber si hay hundimientos o fracturas.

Adicionalmente estará equipada con 74 amortiguadores de 300 toneladas de capacidad y 24 más con capacidad de 572 toneladas, los cuales se activan al momento en el que el edificio experimenta los primeros movimientos de un sismo. La estructura del edificio es básicamente de acero reforzado casi hasta la mitad con concreto, para aumentar la resistencia y rigidez. Con estos dispositivos, la Torre Mayor excede el Reglamento de Construcción de la Ciudad de México, cuyos requerimientos sísmicos se encuentran entre los más rigurosos del mundo.

La Torre Mayor es propiedad del grupo de inversionistas que encabeza Paul Reichman, quien posee 54 edificios en todo el mundo, y que pretendió participar en el fallido Proyecto Alameda, que se canceló para dar pie a lo que el gobierno capitalino pretende designar como Plaza Cívica Juárez.

La inversión de la obra ascendió a 250 millones de dólares y los empresarios esperan recuperarla y obtener ganacias a partir del 2020, una vez que empiece a operar la Torre en diciembre de este año.

Edificio ciento por ciento inteligente

Localizado en Paseo de la Reforma 505, la Torre Mayor estará por encima de los 214 metros de altura del edificio de Pemex, los 207 del World Trade Center (antes Hotel de México), los 194 de la Torre Altus, los 161.2 de Los Arcos y los 182 de la Latinoamericana, que por lustros fue el emblema de la ciudad de México.

De sus 55 pisos, de mil 800 metros cuadrados cada uno, 43 tendrán el uso de oficinas y dos niveles de zona comercial, así como 13 niveles de estacionamiento subterráneo y aéreo con cajones para dos mil vehículos. Contará con 20 elevadores para pasajeros, cuyas velocidades de desplazamiento oscilarán de cuatro a seis metros por segundo, dos montacargas, y cuatro elevadores para los estacionamientos.

La Torre Mayor será un edificio con vida propia. Su infraestructura tecnológica incorpora una plataforma capaz de monitorear y controlar todos los servicios (aire acondicionado, telefonía, controles de acceso, de elevadores y consumo de energía) con el apoyo de cuatro computadoras y el sistema de cómputo Metasys.

La versión Metasys 12, que se instalará también por primera vez en América Latina, recolecta toda la información de los diferentes sistemas para definir estrategias de control. Además permite el ahorro de energía, ya que cuenta con dos mecanismos que vigilan su consumo: uno que enciende y apaga los equipos automáticamente de acuerdo con las necesidades, y otro que decidirá la cantidad de energía que consumirá el edificio.

Para evitar la falta de energía, el sistema eléctrico se abastecerá de tres estaciones: Cuauhtemoc I, Cuahtémoc II y Verónica, así como de una subestación eléctrica que regulará el voltaje y evitará sobrecargas.

Para promover el uso eficiente de la energía eléctrica y la calidad del aire, Torre Mayor fue diseñada para ser un edificio sellado, con un sistema de aire acondicionado que filtrará partículas y químicos, además de humidificar el ambiente de forma permanente. Todo ello contribuirá a aumentar la productividad y reducirá el porcentaje de ausentismo de los empleados, quienes convivirán en un medio 90 por ciento más higiénico, similar al de los quirófanos, que es de 94.

Treinta dólares al mes por metro cuadrado

El corporativo aún tiene disponible para rentar 55 por ciento de sus pisos, que empleará exclusivamente para uso de oficina y ninguno estará a la venta. Quienes se instalen pagarán hasta 30 dólares por metro cuadrado al mes. La consultora extranjera Deloitte & Touche LLP rentó por 10 años 11 pisos con un contrato de 70 millones de dólares, y la empresa Marsch, 8 niveles. Hasta el momento ninguna empresa mexicana pretende rentar espacios.

Héctor Reyes, uno de los jefes de mantenimiento, resume lo que será el futuro de la Torre Mayor: "Es un edificio que desde su proceso de construcción ya congrega a cientos de personas de diversas entidades del país; una vez que esté concluido reunirá a cientos de personas de diferentes partes del mundo".

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