Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 1 de septiembre de 2002
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Espectáculos
Admite que su belleza le trajo muchas dificultades en el ambiente artístico

Para las disqueras lo lindo y lo tanto tiene más carisma, dice Ely Guerra

Tras el escaso apoyo a Lotofire entendí que nadie más que yo hará crecer mi carrera, asegura

Lamenta que la gente se asuste porque no le gusta que le hablen con sinceridad

JORGE CABALLERO

Luego de regresar de unas exitosas presentaciones en Nueva York, la cantautora Ely Guerra se reúne con La Jornada para charlar sobre sus 15 años de carrera musical; comenta sobre la extensa vida que ha tenido su disco Lotofire; de su arduo año de trabajo por Estados Unidos, Chile, Argentina, Cuba y Puerto Rico; de las dificultades que le acarreó su belleza y talento en su carrera; de ser líder de una banda de músicos hombres; de sus dificultades con las disqueras para promocionarla y de cómo ha evolucionado musicalmente.

Ely cruza las piernas, mueve los brazos y da un trago a su té de manzanilla. La primera respuesta de la Guerra parece provenir de un lugar más allá de su apariencia: "La poca colaboración de la disquera con el Lotofire me hizo ponerme las pilas, entendí que nadie más que yo iba a hacer crecer mi carrera; desde BMG sufrí porque no concedo. No me interesa hacer lo que no va conmigo, estoy abierta al desarrollo en equipo pero no para que transformen mi personalidad. Siempre he tenido grandes diferencias con mis compañías disqueras; las entiendo, pobrecitas, porque ver a una mujer tocando la lira cantando sus rolas debe ser muy seductor; me gustan las mujeres que luchan, que se esfuerzan y que son capaces; los que me firmaron lo hicieron convencidos y extasiados de que esto iba para arriba; pero qué pasa cuando un proyecto no es superficial, entonces la historia se complica. Puedo tener una conversación con quien sea, porque siempre soy yo, si el que esté enfrente es un pendejo, él lo será no yo; de repente he tenido que hacer cosas que a mí me dan güeva, 'oye, Guerra, tienes que ir a hacer promoción a no sé dónde'; 'pero eso no va conmigo'; 'tienes que ir'; lo que hago es tomar la experiencia como algo positivo y comprenderlo".

La Guerra relata: "Por ejemplo alguien que me vio en Brooklyn me escribió un mail para darme su opinión, y sus comentarios sólo se basaban en mi estética, criticó mi manera de vestir, la forma como bailaba, mi manera de peinarme y mencionó algo de mi voz: 'qué bonita, pero detrás de quién te escondes'. Si yo fuera una persona políticamente correcta, que no acostumbra meterse en problemas por no ensuciarse las manos, lo más fácil era regresar un mail diciéndole gracias por tu opinión, pero soy una mujer que desde chica me gusta defender mi espacio y se lo dije: 'Tu crítica es muy poco seria, me da pena enterarme de lo poco profundo que eres, me dedico a hacer canciones; critícalas. No critiques mi peinado, eso es un gusto personal; si no te gusta mi peinado, muy tu problema'. ¡Qué horror!, uno hace un esfuerzo por dar una propuesta diferente a las que reciben apoyo en mi país, una hace un esfuerzo porque México tenga una propuesta con calidad y vaya al extranjero y el mexicano que vive allá lo que dice es ¡qué pinche corte de pelo traes!".

Sinceridad y belleza

Después retoma la pregunta sobre su paso por las disqueras: "Me veían como una tipa guapa que genera cosas creativas y no sabían cómo venderme. Este es un negocio, me puse en manos de ellos porque quise, nadie me obligó y firmé un contrato; el asunto es que a ellos nadie los obligó a firmarme, lo hicieron sin saber cómo era. Ahora la música está cambiando, los intereses están cambiando, la industria está cambiando y definitivamente la relación industria-músico no va a ser fácil porque uno como artista es muy pinche intenso, y un presidente de una compañía lo que menos tiene es intensidad, porque él maneja un negocio, no maneja emociones".

Guerra demuestra así su intensidad: "Nadie va a decir que la Guerra estuvo en un programa y qué pendeja. Fuimos a un programa de Canal 40 y el tipo se la pasó hinchándome las pelotas en el programa, que duró una hora; el tipo incluso se atrevió, fuera de cámaras, a insinuarme un par de cosas y lo puse en su lugar, me siento con la capacidad de ir a cualquier lado con mi personalidad, la cual no me da miedo mostrarla. El problema es que la gente se asusta porque no le gusta la sinceridad y le viene mal, ni a los fans, ni a los managers, ni a los músicos, ni a los promotores... a nadie le gusta que alguien te diga con sinceridad lo que piensa".

Acerca de los problemas por su belleza mencionó: "Antes sí me causaba problemas, ahora no. Muchos periodistas preferían hablar de una imagen que de mi música, tuve que ir cambiando mi manera de conducirme; soy muy abierta, me gusta abrazar, me gusta tocar... de repente te lo toman bien o mal, me tuve que volver muy intuitiva. Una vez estábamos en un programa de radio en Tijuana y el locutor dijo: 'Ely no te sientes en mis piernas, estamos en un programa de radio, la gente no te está viendo', y ahí mismo en vivo lo puse como chancla y me salí de la cabina; mi compañía disquera estaba muy nerviosa: 'Ely no puedes hacer esto'. ¿Ah sí? Pues mira cómo me voy de la cabina. A eso es a lo que voy, la estética en un momento fue un problema porque no les gusta ver a alguien lindo que puede ser capaz de hacer otras cosas, les gusta ver a alguien lindo y tonto, eso tiene más carisma. A mí no me resulta, yo soy una mujer con muchos complejos, como cualquier mujer, por eso se reflejan en mis canciones; tener madre y hermanas divinas me acomplejó, mi trasero me choca, tengo celulitis, cuando voy a la playa no me quito el pareo, como cualquier mujer de México. A mí no me gusta subir a un escenario cochina, me gusta peinarme... llego a un toquín súper perfumada, al tiro, para mí eso nunca va a cambiar. A mí me pasó eso en la industria: ellos querían otra persona, no estoy para que un presidente de una compañía me diga: 'Debes usar falda y no pantalón'. Siempre digo: 'voy a hacer las cosas con los güevos que no tengo', porque así soy, me costó trabajo, el camino fue más rudo".

''Mi realidad es mexicana''

Ely Guerra considera que "mi música es personal, escribo lo que vivo... lo que todas las mexicanas viven, es una realidad. Ahora que viajo y que tienes que hablar en inglés me preguntan: 'Oye Ely, vas a grabar en inglés'. No, ¡ni madres!, porque cuando estaba chica escuchaba música en inglés y la disfrutaba, espero que ahora eso suceda con el español; de hecho está sucediendo. En Nueva York canté para latinos y para mil cabrones más que no hablaban mi idioma, lo dije frente a ellos: Espero que mi música trascienda en mi idioma, porque la están disfrutando y aunque no la entiendan sé que vibran. Me preguntaban qué tenía mi música de mexicana, busco los sonidos que me proyecten, mi propuesta es mexicana porque yo lo soy; he vivido como mexicana en una familia mexicana y mi realidad es esta; mis canciones hablan de mi, de mis vivencias y dudo mucho que sean particulares, porque al final represento a una mujer mexicana de 30 años hoy en día, represento a todas las mujeres que se han enfrentado a una carrera profesional, que se han enfrentado a ser mamás, al machismo; creo que de lo que hablo en mis canciones en definitiva se va a ver reflejado en otras mujeres y otros hombres; sí creo en el espejazo, escucho a otras mujeres, conozco a otras mujeres que se dedican al teatro... a bailar... y viven cosas que a mí también me pasan".

Después, calmada, suelta: "A través de la música he crecido, no sólo musicalmente sino me ha dado una educación espiritual profunda. A todos los seres humanos que nos toca ser guerreros, te hace crecer; he tenido bien puestos mis objetivos... ser fuerte y, como mujer, tener una escala de valores bien cimentada, me ha hecho responsable... segura... La música significa más que subirte al escenario; he tratado de ser profesional trabajando con buenos músicos, con un manager que se involucra de manera emocional en el proyecto... lo importante es que el trabajo se convierta en una comunidad de crecimiento".

Un año muy productivo

Luego, prendida, aclara: "He hecho lo mismo siempre sin traicionarme; hasta mi actitud un poco necia me ha generado problemas con mis compañías disqueras y cosas por el estilo; a veces veo esto como un buen momento. Acepto que mi búsqueda ha sido muy personal; nunca he esperado a que la suerte venga a mí, la he trabajado de verdad. Cuando voy a Huejutla voy como si fuera a Nueva York, al punto de encargarme de un back line, porque me interesa que mi bajista suene como yo quiero, que se sienta cómodo y me dedico a comprar una bocina que sirva; me encargo de que el equipo esté al pie de la letra, para Huejutla o para Nueva York, y a mi equipo de oficina le exijo que mi amplificador, el que me gusta usar, sea el que viaje: no quiero otro cuando me suba al escenario, quiero esa marca, ese modelo y ese pinche amplificador porque ese es el sonido de mi banda. Debo sonar exactamente igual porque nunca subestimo a mi público".

Lo único que ha cambiado en la Guerra en estos años es el rocanrol: "El paso del tiempo te da un mejor manejo del escenario, eso es lo que ha cambiado en 15 años que llevo en la música".

A continuación Ely reseña: "Este año ha sido muy productivo, he andado en chinga, he tenido que trabajar a doble marcha. Era el momento de regresar a Nueva York, la gente nos esperaba y no los defraudamos; vieron nuestra propuesta y les gustó. Hemos tenido mucha suerte allá, la gente ha estado receptiva, con buena vibra y eso se ha traducido en participar en el festival Celebrate Brooklyn... porque íbamos de head liners, eso me sorprendió; les pedí que nosotros no cerráramos el concierto porque tocaba una banda local y me parecía que eran los adecuados para cerrar".

También recordó su participación en el festival de Viña del Mar: "Fui por la canción de El duelo, donde colaboré con La Ley. La manera en que me recibieron en Chile fue impresionante, desde que llegué el chico del hotel me preguntó: '¿Tú eres Ely Guerra?'; no me dijeron '¿Eres la que canta con La Ley?'. Todo el mundo en la calle gritaba mi nombre, no esperaba eso. Después de eso EMI me pidió que me quedara para hacer promoción porque sacaron un EP con algunas canciones del Lotofire y Pa'morirse de amor; fue una gira muy afortunada que concluyó con una tocada en un lugar de mucho rollo, La Batuta, a donde entraron unas 400 personas y se quedaron 300 afuera".

Pero aclara: "Nunca hemos tenido una gira planeada, todo se ha ido dando naturalmente, nosotros tenemos que irnos aviniendo a las cosas que han ido brotando. De Chile nos pasamos a Argentina, hicimos el mismo proceso y nos funcionó muy bien. También fuimos a tocar a Cuba con Oscar Chávez y Los Morales, hace unos meses, en el Teatro Nacional. También toqué en Puerto Rico, Chicago y Los Angeles, donde compartí escenario con bandas que están en el mismo barco que nosotros".

Ely finaliza reflexionando: "Es muy fuerte trabajar y ser líder de un grupo de varones que todos tienen una capacidad profesional increíble y una personalidad fuerte, ha sido duro y nos hemos conservado así; creo que ya somos una especie de familia donde todos disfrutamos".

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