Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 7 de septiembre de 2002
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Cultura
Bill Viola y Peter Sarkisian figuraron entre los invitados más relevantes

Concluye Vidarte en medio de una disputa por la naturaleza del festival

Los artistas se dicen desplazados por el ''protagonismo'' de Dolores Creel

''Ellos quieren mi cabeza'', expresa la funcionaria del CNCA y directora del encuentro

RENATO RAVELO

Envuelto en una polémica con la comunidad de videoartistas, con asistencia de cerca de 10 mil visitantes -que duplicó las estimaciones de los organizadores- y con fuertes críticas a la museografía, hoy culmina Vidarte 2002, festival en el que según su directora, Dolores Creel, sí se consiguieron los objetivos, pese a las ''traiciones".

La también titular de la Unidad de Proyectos Especiales del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) considera que podría volver a trabajar con ''casi todos" los involucrados en el conflicto, que se inició a un mes de haberse inaugurado el encuentro, surgido a raíz de la invitación al videoartista estadunidense Bill Viola.

Dolores Creel prefiere llamarlos ''grupo". Se trata de quienes fueron sus colaboradores y decidieron renunciar al festival: Priamo Lozada, curador y museógrafo; Ricardo Nicolayevsky, director artístico; Andrea Stavenhagen, de prensa; Rodrigo Fernández, de producción editorial; Jessica Mena y Luis Sierra, de producción.

El argumento de ellos fue que el festival había desvirtuado su objetivo, por lo que hicieron públicas sus renuncias. Al consultar a Lozada, éste remite a una dirección en Internet en la que se documenta el caso en notas periodísticas y cartas. Entre desmentidos e insinuaciones con tintes políticos, el argumento central es que con Creel carecían de autonomía y hubo un desacuerdo por la manera en que se dirigía Vidarte 2002.

Retiro de obras

En la página hay cartas de apoyo nacionales y extranjeras, así como otras seis de participantes del concurso en las que anuncian el retiro de su obra por estar en desacuerdo con la directora de Vidarte. El primero en hacerlo, Alfredo Salomón, explica en entrevista: ''Somos una comunidad pequeña, no pasamos de 60, pero consideramos que la idea del festival es bastante caduca. La comunidad fue desplazada por el protagonismo de Creel. Consideramos que ese encuentro debe volver a existir como proyecto apoyado por el CNCA, pero con un colegio de artistas que decidan".

Para Creel fue un error aceptar las condiciones de Lozada para ser museógrafo y curador ''argumentando su experiencia anterior". De Nicolayevski, señala, respeta su trabajo. En su opinión, Lozada ''quería dirigir el festival. El conflicto empezó cuando le pedí que invitara a Bill Viola y me dijo que lo hiciera yo. Luego, a un mes de iniciar el festival no habían llegado los materiales que como curador le tocaba seleccionar; tuve que ir a Estados Unidos", argumenta Creel. Peter Sarkisian, por cierto, uno de esos invitados, fue una de las presencias más celebradas.

Para Creel ''no se deja un mes antes un proyecto. Eso es una traición", en tanto que para ''la comunidad, la funcionaria no sabe la diferencia entre hacer video y televisión, como lo que hace en la Unidad de Proyectos Especiales", en opinión de Salomón, quien considera que debido al conflicto ''no hubo intercambio entre los 50 invitados y la comunidad, que se da normalmente en el plano informal".

Al respecto, Creel responde: ''Había dos conferencias y tres mesas redondas diarias, quien deseara acercarse lo podía hacer". Defiende su decisión de traer a Bill Viola: ''Su idea de comunicación entre todos los seres humanos nos permite conocer el arte. Es un personaje comprometido con sus temas: familia, nacimiento, muerte, resurrección, aspectos espirituales. Es muy narrativo, en eso difería Priamo".

Jóvenes ''desconocidos''

En reunión pública celebrada el jueves, el crítico Edgardo Ganado Kim fue severo con el festival: ''El sentido de cómo se tiene que distribuir el video fue mal estructurado. Abusaron de las cajas. No hubo señalización". Sin embargo, señaló que no se debió permitir que la misma persona hiciera las funciones de museógrafo y curador, pues ''son dos cosas diferentes". Creel defendió la idea de las cajas: ''Así se utilizan en el Museo Guggenheim", aunque reconoce que debió separar las funciones.

Su experiencia en video, explica, la inició a los 20 años en la India, donde permaneció durante siete años; sus trabajos eran sobre yoga y danza.

En su opinión el ejercicio de los 7 millones de pesos de Vidarte (una mitad fue aportada por Televisión Azteca y la otra el CNCA) fue correcto y pronto se notará ''en una exposición importante".

La reunión que sostendrá Dolores Creel con videoartistas y Sara Bermúdez, titular del CNCA, este lunes, no tiene para la primera mucho sentido: ''Ellos quieren mi cabeza". Lo dice sin preocupación, cansada de haber resistido la tempestad, que este sábado culmina con la premiación -ninguno de los renunciantes va a participar, por cierto- en las categorías de videoarte y multimedia.

Y reconoce: ''Yo hubiera preferido que fueran más categorías, como video documental, pero ellos ya habían decidido".

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