Ojarasca 65  septiembre de 2002

Huasteca Alta veracruzana

Brutal represión del gobierno alemanista
 

Ixhuatlán de Madero, Veracruz, septiembre. Las comunidades indígenas de este municipio han decidido constituir el Frente Indígena Ixhuateco para luchar contra las respuestas salvajemente represivas del gobierno de Miguel Alemán Velazco. El acuerdo se tomó el miércoles 7 de agosto durante un gran Foro Indígena que reunió a las comunidades de los pueblos nahua, otomí, tepehua y totonaco de la Huasteca Alta veracruzana. Allí, más de dos mil participantes denunciaron la represión que sufrieron el jueves 14 de junio en la carretera de Poza Rica a Álamo.

El contingente de más de setecientos hombres y mujeres marchaba ese día hacia Xalapa para demandar la construcción de un hospital en Campo la Mata, cerca de las comunidades, del otro lado del río Vinazco, cuyas crecientes les impiden cruzar a Llano de Enmedio, en el corredor urbano, donde el gobierno pretende edificar el hospital. Al llegar a la comunidad de La Isla, los indígenas venidos de cerca de 50 comunidades vieron descender un helicóptero del gobierno de Veracruz. Se alegraron pensando que ya venían las autoridades a dialogar. Pero la alegría se convirtió en azoro y luego en pánico cuando el aparato comenzó a escupir latas con gases lacrimógenos. Enseguida, más de mil policías de seguridad pública los rodearon y se lanzaron a apalear a la gente con garrotes que cortaban en los naranjales vecinos. Con huesos rotos unos, descalabrados y heridos los más, cerca de trescientos indígenas fueron aprehendidos y amontonados unos sobre otros en las camionetas. Así murió Gabino Matías, aplastado por los cuerpos de sus compañeros. En Poza Rica los repartieron por los hospitales al grito de "¿querían hospital?, ¡pues ya lo tienen!". A muchos los fueron a tirar luego en parajes apartados. Otros huyeron por las veredas, extraviados y sin rumbo.

En los días siguientes, el resentimiento se instaló por todas las cañadas de la sierra, conforme los indígenas regresaban maltrechos a sus comunidades.

En la gubernamental Radio Más, la Voz de los Veracruzanos, solamente tuvieron lugar las voces de los funcionarios: "Una obra tan noble como un hospital se ha politizado por la acción de grupos radicales" —se quejó el gobernador Miguel Alemán. "Tal vez se violaron los derechos humanos de trescientos, pero se salvaguardaron los derechos de 34 mil gentes" —añadió el secretario de salud Mario Loyo. "Se actuó conforme a derecho, por orden del Ministerio Público" —concluyó el señor Montano, secretario de Seguridad Pública.

En cambio la voz de los ixhuatecos se perdió entre el mar de agravios que hoy sufren los pueblos indígenas de Puebla, Hidalgo, Chiapas y Oaxaca. En otros puntos del estado también apareció el garrote de la seguridad pública, en el Higo, en Tihuatlán, en Ayahualulco, en Xochiapa, con resultado en pocas semanas de cinco asesinados por las policías. Pero hoy las comunidades de la Sierra al norte de Veracruz se reagrupan en el Frente Indígena para que su palabra se escuche de nuevo, para allegarse la solidaridad de los pueblos de la región y del país y para sumarse desde el sigilo de las sierras a esta larga resistencia de pueblos indios.


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