Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 2 de octubre de 2002
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Política

José Steinsleger

Del pensamiento único al no pensamiento

Las grandes movilizaciones que la semana pasada tuvieron lugar en Washington, Londres, Roma y Palestina dejan pocas dudas acerca de la disyuntiva política del momento: paz o guerra. Los pueblos ya no se tragan los cuentos que justifican la guerra y esto ya es algo en el mundo aciago en que vivimos.

ƑQué es "algo"? ƑUn simple pronombre indefinido con que se designa una cosa que no se quiere o no se puede nombrar? Sí y no, pues a Bush, Blair y Sharon les resulta cada día más difícil demostrar que "todo lo que necesitas es decirle (al pueblo) que está siendo atacado y denunciar a los pacifistas por carecer de patriotismo y por exponer el país al peligro" (Hermann Göering durante el juicio de Nuremberg, 1945).

Con las piruetas verbales que aún deslumbran a los pensadores criollos incapaces de razonar sin la tutoría intelectual de los "pensadores insignes", el filósofo alemán Max Scheler (1874-1928) decía que, más allá de la violencia física, la guerra es una "controversia de poderío y voluntad entre las personas espirituales y colectivas llamadas estados, cuya finalidad es el máximo dominio espiritual sobre la tierra".

Pues bien, con excepción de la población estadunidense y los "líderes de opinión" de América Latina, narcotizados con la telebasura mediática formateada en Estados Unidos, los pueblos que se movilizan contra la guerra que se avecina sienten que eso que Scheler llama "máximo dominio espiritual" sirve para encubrir prácticas demoniacas que pretenden llegar a lo angélico.

En otras palabras: que hay más conciencia acerca de que si un país está en condiciones de atropellar y de quitar la libertad a otro corre el peligro de perder la suya. Los filósofos del poder son expertos en considerar la guerra de un modo metafísico, no histórico. Hablan de la "guerra en sí", tal como hablan de economía o de política, creyendo, como Göering, que basta con tomar el Estado como expresión de la totalidad colectiva cuando no es más que la gerencia de sus intereses. Y éste es el meollo del manifiesto No en nuestro nombre, firmado por más de 4 mil personalidades de Estados Unidos.

En cambio, los filósofos del llano se preguntan si una guerra agrava la tragedia de un pueblo o le ayuda a su evolución ascendente. De ahí las incongruencias del pacifismo superficial que, así como para la guerra, predica la "paz en sí" subestimando a quien sirve, si a un proyecto de dominación o a uno de opresión u ocupación.

"Si con el nombre de paz se designa a la esclavitud, la barbarie y la soledad -dice Spinoza-, no hay nada más miserable que la paz." Y cuando a Gandhi le preguntaron qué camino tomar si el dilema es cobardía o violencia, el símbolo máximo de la resistencia pacífica respondió que dudar era insostenible. Conclusión: no hay guerra o paz "en sí".

La pandilla petrolera de George W. Bush encubre su guerra privada contra el mundo apelando a la histeria patriótica y los recelos y odios de raza y credo. Pero hoy en casi todos los pueblos del mundo subyace la sensación de que la guerra contra Irak surge de la rivalidad de los grandes grupos económicos en su búsqueda de energéticos, materias primas y mercados consumidores. Aun cuando siempre fue así, jamás ha sido tan explícito.

En un texto alivianado, Pedro López López, vicepresidente de la Asociación Pro Derechos Humanos de España, sostiene que Bush es un hombre "didáctico al cien por cien. Con él todo es fácil de comprender. Cuando sus asesores le preparan sus mensajes, nos hacemos un lío, pero cuando él es el que se dirige al pueblo directamente, lo entendemos todo con esa claridad de la que hablaba Marx".

Pedro López está en lo cierto. ƑQuién sigue aún con la finta del cuento globalizador, de la democracia, de los derechos humanos, de la "interdependencia" y las "leyes" de un modelo que no tiene que ver con ninguna ley económica de nada, sino con el saqueo y el pago de tributo sin más?

Agrega López: "Ya lo ven, Bush dice: 'vamos por el petróleo y el que quiera que nos siga, que tendrá su parte', y todos le entendemos. Porque esto lo entiende cualquiera, por tonto que sea". Y ahora fíjense qué sutil evolución nos plantea Bush: pasar del pensamiento único al no pensamiento.

Electroencefalograma plano. Un tipo de pensamiento que emite unas señales tan débiles que ni el más sofisticado de los aparatos médicos es capaz de detectar. ƑNo es un adelanto? Se trata de deshacerse de lo accesorio e ir a lo esencial.

En efecto, si el mundo está en manos de personajes como Bush, Ƒpara qué sudar la gota gorda con Adam Smith, Marx, Nietzsche, Weber, Popper, Lacan, Lipovetsky y Baudrillard? Con Savater, Vargas Llosa, Menem, Paulo Coelho y José María Aznar nos alcanza y sobra.

Muchos políticos del Capitolio creen que el imperio romano se ha rencarnado en Estados Unidos. ƑQuerrán decir que Dick Cheney es Séneca y George W. es Marco Aurelio? Aquí radica la potencialidad creativa del movimiento antiglobalizador y su decisión de acabar con los últimos residuos de la teología política y con todas las máscaras de la dominación.

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