Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 2 de octubre de 2002
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Cultura

Javier Aranda Luna

La economía de los libros

El lunes 23 del pasado septiembre el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) disipó las dudas sobre el proceso de selección de los libros para las ''bibliotecas de aula". Tal vez intentó, de esa manera, concluir ese polémico capítulo en materia educativa. Según sus dichos, el criterio para escoger las lecturas formativas de los pequeños fue, básicamente, económico: ''Como el programa fue derivado de economías, fundamentalmente las que tenemos, se diseñó (de) esta forma".

Con unas cuantas palabras el secretario Reyes Tamez Guerra desmontó la inverosímil escenografía que se había levantado para justificar la compra de los libros. Los ''expertos", tan publicitados aquí y allá por funcionarios educativos durante cinco semanas, sólo fueron lo que varios críticos sabían: una burda cortina de humo para escamotear el asunto. De nada sirvieron pedagogos, maestros de carrera, lectores ''profesionales". Quienes decidieron qué comprar y a cómo, fueron, al parecer, un equipo de contadores, administradores, economistas y políticos de la nueva ola.

Se ''invirtieron" 450 millones de pesos para adquirir 25 millones de libros. ƑPoco? Sí, si nos atenemos a las palabras del secretario. Mucho, si pensamos que con esa cantidad se podrían haber adquirido libros realmente formativos y no de referencia; libros que fomentaran la curiosidad por la lectura.

Es sano para la vida democrática que el secretario Tamez, en un ejercicio de autocrítica, tomara el toro por los cuernos. No cualquiera lo hace, es cierto. Y también es verdad que más vale tarde que nunca. Lo que resulta lamentable, sin embargo, es la falta de transparencia que sigue amenazando la otra selección de libros que habrán de agregarse a otras bibliotecas escolares.

Según el secretario de Educación ''hemos escuchado puntos de vista y en la próxima selección los vamos a tomar en cuenta". ƑCuáles son los puntos de vista que considerarán? ƑNo más compras al mayoreo? ƑNo más adquisiciones de bodega? ƑNo más convocatorias secretas sólo aptas para ciertas editoriales?

El 29 de agosto un grupo de intelectuales y escritores hizo pública una carta al presidente Fox en la que calificaban de ''inadmisible" que la SEP no hubiera hecho explícito el criterio de integración de las bibliotecas de aula. ƑEsta vez se hará público? ƑSabremos qué se busca con esas bibliotecas más allá de criterios económicos? ƑSe convocará a editores para ver cuál de ellos ofrece las mejores presentaciones y precios sobre los títulos requeridos?

Al hacer público el contenido de la carta, uno de los firmantes llegó a hablar, en una entrevista televisiva, de ''corrupción cultural". Homero Aridjis, quien preside el Pen Club Internacional, tenía razón si consideramos el poco transparente proceso de compra de los libros infantiles.

Ojalá que las nuevas adquisiciones sean hechas con transparencia. Sin manoseos, sin mentiras. De no ser así podrá quedarnos la duda de los métodos utilizados en la SEP para decidir asuntos que no son menores. La educación de los niños es una apuesta estratégica en la que debemos tener el mayor cuidado. No se valen improvisaciones, razonamientos metaculturales o mercadotécnicos. Los sistemas educativos en cualquier parte del mundo son, para bien o para mal, una inversión para el futuro, para contar con mejores ciudadanos o con parias del mercado. La economía de los libros no debe medirse en su costo, sino en los beneficios que la sociedad tendrá con mejores individuos.

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