Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 10 de octubre de 2002
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Política

Martí Batres Guadarrama

ƑQuién trabaja para quién?

La semana pasada el dirigente del PRI en el Senado de la República declaraba exaltado e indignado en torno al llamado Pemexgate que el PRD le hacía el trabajo al PAN. Este exabrupto es tan frágil como falaz, pues equivale a decir que el Partido de la Revolución Democrática no debe denunciar el caso de los Amigos de Fox, ya que ello implicaría hacerle el trabajo al PRI y servir al viejo régimen. Quien piense así parte de supuestos completamente equivocados.

Antes que nada debe recordarse que la lucha contra la impunidad, la corrupción y el charrismo sindical ha sido una de las batallas históricas de la izquierda mexicana. La postura actual del PRD en el asunto del Pemexgate no es coyuntural ni está marcado por la circunstancia de que Acción Nacional gobierne en el país.

Toda la trayectoria del PRD, antes bien, se encuentra simbolizada por la lucha en contra de esos fenómenos autoritarios asociados a la historia del partido de Estado. Esto quiere decir que en cualquier circunstancia, así fuera que el PAN no hubiera llegado al gobierno federal, el PRD de todas maneras no podría admitir que una empresa de Estado participara en el financiamiento de una campaña electoral.

Incluso en el caso concreto del sindicato petrolero, la izquierda y el perredismo han luchado por la democracia interna y la independencia de esa organización. En todo caso no hay en este asunto sino congruencia del PRD con su propia historia y la voluntad de trabajar por su propio programa y sus propias causas.

Por otro lado, cualquiera que sin conocer nuestra realidad escuchara las declaraciones del priísta en el Senado, pensaría que forman parte de un frente común en contra de la derecha. Y sin embargo, la historia es otra.

Fue el PRI quien promovió la reforma constitucional que permitió a Vicente Fox competir por la Presidencia de la República. Fue el PRI quien promovió el fortalecimiento del alto clero político. Fue el PRI quien promovió la reforma al artículo tercero para debilitar la educación pública, laica y gratuita. Fue también quien ha realizado, como gobierno y mayoría legislativa, 99 por ciento de las privatizaciones y el primero en proponerla para la industria eléctrica.

Los últimos tres gobiernos priístas generaron el ambiente ideológico para el triunfo de Acción Nacional. No en balde 10 años antes de llegar a la Presidencia los ideólogos de ese partido ya hablaban de su victoria política y cultural.

Tal vez alguien podría decir que las cosas ya han cambiado, que ya no son así. No obstante, en su proceso interno el priísmo escogió como dirigentes a los personajes más ligados al capital financiero y al propio foxismo.

Apenas hace un par de días el Revolucionario Institucional votó en el Senado en favor de la bursatilización mundial de las pensiones de los jubilados. Semanas antes las dirigencias del blanquiazul y el tricolor se reunían en Los Pinos para tratar de amarrar un acuerdo para privatizar la electricidad. Meses antes los legisladores del área económica del PRI trabajaban un proyecto para aprobar un IVA de 5 por ciento a medicinas y alimentos. Y hace más de un año esos mismos partidos se unieron para evitar una reforma indígena, ésa sí, de grandes alcances. Entonces, Ƒquién trabaja para quién?

Durante los dos informes del actual Presidente de la República se ha impedido dar una respuesta crítica a la gestión gubernamental y se ha mantenido el mismo formato que evita los cuestionamientos al jefe del Ejecutivo.

Y son legisladores priístas quienes presiden las comisiones de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias, por un lado, y de Puntos Constitucionales, por otro, los que tuvieron en sus manos la posibilidad de aprobar dichas reformas. Asimismo, ha quedado sin dictaminar aquella propuesta para prohibir recortes o mermas presupuestales al gasto social y a las entidades federativas.

Hoy día existen cientos de iniciativas legislativas sin dictaminar en la Cámara de Diputados sobre temas como niños robados, regulación de tarifas, remuneraciones de los servidores públicos, responsabilidad civil por daños ambientales, ley de amnistía, devolución de la cartera chatarra del IPAB, cultura de los sordos, referéndum, exención fiscal a los derechos autorales, aprobación legislativa del Plan Nacional de Desarrollo, mayores recursos para la educación y pensión universal, entre muchas otras.

La fuerza legislativa del PRI, superior a 40 por ciento en San Lázaro, no se siente para empujar la aprobación de éstos y muchos otros temas. Por el contrario, bloqueó la posibilidad de un periodo extraordinario para la reforma electoral y de plano rechazó la reforma política del Distrito Federal.

Con estas realidades el gobierno panista calcula una estrategia para salir a decir que el Congreso de la Unión no resuelve los temas y que por eso necesita mayoría en la Cámara de Diputados a partir de 2003. Nos preguntamos entonces, Ƒquién trabaja para el gobierno del PAN?

Ahora sabemos que el PRD, por conducto de su representante ante el IFE, presentó denuncia penal sobre el caso Amigos de Fox. En tanto, el PRI mantiene una postura ambigua sobre el particular y sólo discursivamente anuncia que podría hacerlo.

Vemos así, entonces, que está muy, pero muy lejos de mantener una postura popular y nacionalista que lo enfrente de verdad a la derecha. También, por supuesto, muy lejos de manifestar una actitud congruente que le dé autoridad moral para criticar al PRD sus convergencias con otras fuerzas en determinadas luchas contra la impunidad.

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