El tricolor llevaba ganados 15 distritos
y el PRD 13 antes de los hechos violentos de Urióstegui
La Leyenda abrió la posibilidad de quitarle
la mayoría al PRI en el Congreso de Guerrero
Asegura el PRD que el grupo de Pedro Pablo fue
financiado por Figueroa Alcocer
ROBERTO GARDUÑO ENVIADO
Teloloapan, Gro., 9 de octubre.
Pedro Pablo Urióstegui, conocido como La Leyenda en la región
norte de Guerrero, obligó al presidente del octavo distrito electoral,
Sergio del Moral, a tumbarse boca abajo, y con su fusil R-15 lo encañonó:
"Si dices algo de esto, tú y tu familia se chingan".
Desesperado, dicen en el pueblo, porque su esposa Tomasa
García "lo abandonó", ahora quiere congraciarse con ella
entregándole de regalo la alcaldía.
Pedro Pablo, respaldado por 15 hombres armados y encapuchados
con pasamontañas, irrumpió en la oficina del octavo distrito
electoral y echó bala contra la policía municipal en el centro
del pueblo.
Con rifles Ak-47 y fusiles R-15, logró su cometido
con facilidad. Los cuatro policías encargados de resguardar el lugar
fueron despojados de sus armas.
Eran las 19:40 horas del martes cuando frente a la oficina
electoral se concentró un centenar de priístas para abrirle
paso a La Leyenda.
Sin mediar oposición, Pedro Pablo avanzó
hasta la oficina de Sergio del Moral, lo sacó e hizo lo mismo con
los consejeros de distrito y secretarias, incluso un niño que estaba
en el lugar. "Al suelo, hijos de su pinche madre", gritó.
Los funcionarios, de bruces y de reojo, alcanzaron a observar
cómo los encapuchados rompieron los vidrios de la puerta de la habitación
donde se encontraban los 105 paquetes electorales.
En pocos minutos las boletas y actas de la elección
del domingo pasado fueron sustraídas de la oficina. Pedro Pablo
encerró a las tres mujeres y al niño en un cuarto contiguo
al baño, y sujetó del cinturón a Sergio del Moral.
"Vámonos, cabrón", le gritó.
Después de las ocho de la noche Pedro Pablo -que
no dejaba a Sergio del Moral-, pistola en mano y con otros priístas,
caminaron hasta el campo de futbol Adolfo López Mateos.
La sorpresa de los funcionarios electorales fue mayor
al enterarse del robo de 400 mil pesos en efectivo y un equipo de cómputo.
La caravana estaba por llegar a la cancha pero fue atajada
por un grupo de policías municipales que cortaron cartucho. En respuesta,
los secuestradores pusieron al frente a Sergio del Moral. "Si disparan
lo mato", gritó Pedro Pablo, encañonándole la cabeza.
Los policías se replegaron y echaron a correr cuando
los uriosteguistas les dispararon. El miércoles todavía se
observaban los casquillos de las balas sobre el empedrado de la calle.
En el centro del campo de futbol apilaron los 105 paquetes
electorales, los rociaron con gasolina y les prendieron fuego. A 20 metros
Pedro Pablo y Sergio del Moral observaban la hoguera.
Desde las nueve de la noche el funcionario electoral fue
retenido en la cancha. Mientras, Pedro Pablo recibió dos llamadas
telefónicas. La primera, de Rubén Figueroa, quien le advirtió
de los problemas que acarrearía al PRI su actuación. Y otra
de René Juárez para solicitarle que terminara con ese operativo.
A la una de la madrugada Sergio del Moral fue liberado
ante la presencia del agente del Ministerio Público local.
El presidente del octavo distrito permaneció la
madrugada en la oficina de ese órgano. Pálido, reconoció
la impotencia que le provocó la acción del líder priísta:
"Tengo temor, tengo miedo. Voy a pensar si lo denuncio penalmente, porque
me dijo que sabía dónde vive mi familia en Chilpancingo.
Es indignante tanta impunidad".
Pero la mayor molestia de Sergio no era el susto. "Nosotros
en el concejo municipal trabajamos casi seis meses. Fue un éxito
la organización, pero de un momento a otro la borran. Cuánta
impunidad", señaló.
Lo que sí se interpuso ante la Procuraduría
de Justicia fue una denuncia penal contra La Leyenda por delitos
electorales, a causa de la irrupción en la oficina de Sergio del
Moral y la quema de los paquetes electorales.
Por la mañana, Pedro Pablo dijo: "Aquí no
pasa nada. Está todo en paz. Vamos a esperar a que se convoque a
una elección extraordinaria porque mi esposa ganó, y no voy
a permitir que ocurra nada contrario a eso".
Lo que no le pasó por la cabeza a Pedro Pablo fue
la implicación política contra su partido, el PRI. En el
octavo distrito, al concluir el conteo de los votos de la elección
para diputado, la priísta Noemí Trujillo había ganado
la contienda, pero la quema de la paquetería electoral borró
ese triunfo.
Y es que con una lucha tan pareja por los escaños
en el Congreso local, donde el PRI llevaba 15 distritos y el PRD 13, el
operativo de Pedro Pablo provocó la posibilidad de quitarle
la mayoría a la causa priísta.
En Teloloapan sus pobladores viven en la incertidumbre.
Incluso se han presentado enfrentamientos verbales entre un criador de
porcinos y algunos comerciantes del mercado, donde su esposa Tomasa García
vende carne de puerco.
Las mujeres del pueblo y las integrantes del consejo distrital
aseguran que detrás de las acciones de Pedro Pablo se encuentra
una actitud pasional.
"Es que ustedes no saben que Tomasa abandonó hace
poco a Pedro Pablo y él la quiere hacer regresar entregándole
la presidencia municipal. Pero eso legalmente no va a ser posible", dicen.
Ahora resta saber si una vez más Pedro Pablo continuará
cobijado por la impunidad y esperar si Sergio del Moral interpone una denuncia
penal.
El gobernador René Juárez confirmó
haber hablado con La Leyenda. "Personalmente he tenido comunicación
con Pedro Pablo para hacerle el planteamiento de que se ubique dentro del
marco de la ley, y que no contribuya a enrarecer un proceso electoral que
ha sido ejemplar, pacífico, legal. La posición del gobierno
ha quedado clara: actuaremos sin ningún distingo en la aplicación
de la ley".
El dirigente estatal del PRD, Martín Mora Aguirre,
aseguró que el "brazo armado del PRI" que encabeza Pedro Pablo,
fue financiado por Rubén Figueroa.