Demanda al CT rectifique su apoyo a la enmienda
El líder de los mineros califica de "retroceso"
la llamada ley Abascal
FABIOLA MARTINEZ
La reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que promueve
el gobierno federal se desvanece. Aun cuando ésta apenas se cabildea
entre sectores productivos, desde ahora naufraga.
Ayer un grupo de organizaciones encabezadas por el sindicato
minero exigieron al presidente del Congreso del Trabajo (CT), Leonardo
Rodríguez Alcaine, convoque a una reunión urgente de esta
central para dejar en claro su repudio a la enmienda referida.
''No se pueden hacer oídos sordos a los sindicatos
que no estamos de acuerdo en el proyecto que se redactó en la Secretaría
del Trabajo. En efecto, la CTM ha sido pilar de los planteamientos del
movimiento obrero, pero este país ha cambiado. La modernidad se
tiene que dar en todos los niveles", señaló Napoleón
Gómez Urrutia, líder del sindicato minero.
De acuerdo con la versión del dirigente, en el
grupo opositor se cuentan también la Confederación Revolucionaria
de Trabajadores (CRT), pequeña organización fundadora del
CT, que de manera frecuente es la única voz discordante de la línea
cetemista; además, la Confederación Obrera Revolucionaria
(COR), a cargo de Joel López Mayrén, e incluso el sindicato
ferrocarrilero que encabeza Víctor Flores, entre otras de pequeña
membresía.
Sin embargo, Gómez Urrutia no descarta la posibilidad
de quedarse solo en la franca actitud disidente a la CTM, por lo que al
final del camino podría hacer bloque con la opositora Unión
Nacional de Trabajadores, la cual entregó ayer a diputados su propia
iniciativa de reforma al artículo 123 constitucional.
Aun cuando su padre fue contemporáneo e incondicional
del extinto dirigente cetemista, Fidel Velázquez, el vástago
de Napoleón Gómez Sada advierte en alusión a la otrora
hegemonía de la CTM: "el tiempo de la línea ya terminó
y, sin mayoría, el proyecto de reforma a la LFT irá al fracaso".
En entrevista, Gómez Urrutia relata la forma en
que ha sucedido la "consulta" del CT, previa a la iniciativa de reforma
laboral. En septiembre pasado, fueron convocados por Rodríguez Alcaine
a una reunión en su despacho de Río Guadalquivir.
Ahí, el cetemista entregó el Documento
de Trabajo CT-SE (sector empresarial)" al propio Gómez Urrutia
y a los líderes de las principales centrales del CT: CTM, CROC,
CROM, Fenasib y sindicato petrolero, con la recomendación de analizarlo
a la brevedad.
Dos semanas después se repitió el encuentro,
en el que se entregaron algunas observaciones, aunque la CROC, que dirige
Alberto Juárez Blancas, y el propio Rodríguez Alcaine aseguraron
que sus bases ya habían aprobado la propuesta de reforma.
En ese ambiente se realizó días después
una sesión plenaria del CT en la que el cetemista hizo una rápida
exposición del documento, "sólo nos dijo 'estúdienlo',
se levantó y dio por terminada la reunión. No hubo oportunidad
de debate ni de reflexión de nuestras observaciones; en definitiva
don Leonardo no dio tiempo de ser cuestionado".
Molesto y sin espacio para discutir el tema, Gómez
Urrutia encargó a sus asesores jurídicos un análisis
detallado de cada punto del documento, denominado por los críticos
ley Abascal. En ésta, dijo, encontramos "un retroceso histórico
que afecta las conquistas del movimiento obrero".
En especial el artículo 926, en el que se deja
a discreción de la autoridad laboral y del patrón diferir
un emplazamiento a huelga, con lo que, en la práctica, se anula
este derecho; de igual forma, indica, la eliminación de las huelgas
por solidaridad, "erróneas" políticas en los procesos de
recuento por titularidad de contrato colectivo y la proliferación
de contratos temporales de hasta seis meses.
Para el también doctor en economía y ex
funcionario público, ahora inmerso en las tareas sindicales, el
repudio al documento en cuestión no refiere una posición
"cerrada o radical", pero "tajantemente no dejaré ir conquistas
laborales".
Mientras el secretario del Trabajo, Carlos Abascal Carranza,
afirma que ya hay "visos" de conclusión del anteproyecto de reforma
porque así, asegura, se lo han expresado los representantes de empresarios
y obreros, el líder del sindicato minero, gremio con 250 mil afiliados,
deja en claro que "no están de acuerdo en una reforma que no se
justifica".
"Don Leonardo merece todo mi respeto, no tengo nada en
lo personal contra él, pero creo que se requiere el consenso general
de todas las organizaciones", señaló.