Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 11 de octubre de 2002
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Política

Luis Javier Garrido

Lo turbio

El gobierno foxista, que pretende estar moralizando con las acusaciones a los priístas por el Pemexgate, está siendo señalado a la vez con gravísimas imputaciones que evidencian que en México no existe un régimen de legalidad.

1. Esa concepción del poder de que los gobernantes pueden disponer en forma impune de los bienes públicos, que caracterizó los años de priísmo, está siendo característica central del gobierno foxista, según demuestran múltiples evidencias, como sentirse con derecho a confundir los límites que separan lo público y lo privado, así como aprovechar en beneficio propio los recursos del pueblo.

2. El patrimonialismo foxista no sorprende a nadie. Con la lógica de los empresarios más corruptos de México, Vicente Fox utilizó recursos públicos para remodelar su rancho de San Cristóbal y declaró a la televisión que le parecía perfectamente normal; también considera correcto que los impuestos se destinen a pagar costosísimas campañas publicitarias para levantar su imagen, y pretende que ni partidos ni gobiernos locales realicen ta-reas de apoyo al pueblo en caso de siniestro, como aconteció ante el paso de Isidore, pero estima que la fundación Vamos México de su esposa tiene toda la legitimidad para hacerlo.

3. El activismo de Fox para obtener recursos no para la nación, sino para la fundación privada de su esposa, no ha tenido límites, pues para ello desea aprovechar el cargo al máximo, pero lo más preocupante es que el país ha tenido que enterarse de estas actividades ilegales por información proveniente del extranjero. El escándalo más reciente se dio a conocer durante la entrevista que sostuvo en Los Pinos el pasado 29 de abril con el principal representante de los mormones, reverendo Gordon B. Hinckley (director de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días). Atendiendo al interés de Fox por el Fondo Perpetuo para la Educación de los mormones, el sucesor de Brigham Young entregó al Presidente un donativo para la fundación Vamos México. De acuerdo con Deseret News, publicación de la iglesia mormona, Fox "recibió agradecido" la donación para su esposa (Milenio Diario, 9/10/02).

4. La respuesta oficial al nuevo presunto acto delictivo no podía ser más desafortunada, pues ante la imposibilidad de negar el hecho se informó que el monto no era tan elevado, que no era equiparable a los millones de dólares que los mormones donaron en esos días a Ghana y que no se le había entregado personalmente, sino que fue depositado en la cuenta de Marta Sahagún, en Banamex, como si esas circunstancias atenuaran la gravedad de un acto en el que, simulando confundir una vez más lo público con lo privado, el Ejecutivo utiliza su influencia para lograr beneficios privados para su cónyuge.

5. La responsabilidad personal de Sahagún en toda esta recaudación de fondos provenientes del extranjero, tanto durante la campaña electoral como ahora desde el gobierno, parece ser elemento clave de esta estructura de financiamiento ilegal que los foxistas han constituido con propósitos políticos, y no sorprende que legisladores y consejeros del IFE sugirieran el pasado miércoles en la emisión radial De una a tres que se presente a declarar (La Jornada, 10/10/02). Las operaciones que le permitieron traer recursos del exterior son ilegales y Marta Sahagún, una de las principales operadoras en la recaudación de recursos económicos durante la campaña, el llamado Amigate, y que ahora preside la fundación que actúa en la ilegalidad, aparece en la primera línea de los responsables.

6. Las "donaciones" recibidas por Fox desde el exterior, antes y después del 2 de julio de 2000, enturbian profundamente lo que resta del sexenio, pues nada indica que no hayan tenido el propósito de lograr un tráfico de influencias y que, en otras palabras, no sean meras mordidas con vistas a los grandes negocios que el foxismo pretende abrir a los inversionistas estadunidenses asociados con sus "amigos" en la petroquímica y la industria eléctrica, en el Plan Puebla-Panamá y otros proyectos, como parecen confirmar los nombres de los donantes que han ido apareciendo.

7. Una investigación a fondo de las violaciones de Fox a la legislación electoral, al solicitar y obtener apoyos financieros del exterior para llegar a la Presidencia, así como de la manera en que presuntamente se financia la fundación Vamos México de su esposa, resultaría de excepcional importancia no porque vaya a evidenciar cuáles son los amigos trasnacionales del foxismo y la vinculación política de Fox con la extrema derecha internacional, sino porque va a frenar esta red de corrupción que busca controlar aspectos importantes de la economía y de la cultura de México.

8. La impunidad, signo de los años de priísmo, seguirá durante este sexenio, en especial por esa actitud de los dirigentes de los partidos de cerrar filas cuando sienten que sus intereses están en riesgo, y todo indica que Fox y su esposa no serán llevados ante la justicia. A ello se debe quizá la prepotencia con la que actúa al pasar por encima de la ley, "esa soberbia que da el poder" y que lo ha enfermado, como le decía hace poco Manuel J. Clouthier hijo en una carta pública, en la que le recordaba que "no le interesa lo que piensa la gente" y que no está "a la altura de su responsabilidad" (Diario del Noroeste, 1/10/02).

9. En una declaración plañidera ante los empresarios de Coparmex reunidos en Monterrey, Fox indicó que su gobierno ha buscado "una transición" que hasta la fecha no ha logrado, pero a continuación hizo gala de su confusión y de su mala fe, pues señaló que se debía a que hay muchas resistencias "para impedir que se camine hacia adelante" y se logren "las reformas fiscal y eléctrica". Es decir, que para él "la transición" sigue siendo sinónimo de "privatizaciones", algo para lo que no tiene el consenso nacional y no quiere entenderlo, así como de la aplicación de políticas que suponen un continuismo absoluto con las gestiones de Salinas y de Zedillo.

10. La "transición política" significa para los mexicanos otras políticas y algo que Fox nunca podrá entender: otra ética en el ejercicio del poder.

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