Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 12 de octubre de 2002
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Política

Las carreteras internacionales también serán cerradas

Miles de indios bloquearán los accesos a las principales ciudades de Chiapas

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

San Cristobal de las Casas, Chis. 11 de octubre. La mayor parte del estado quedará hoy paralizada, al cumplirse 510 años del "descubrimiento de América" (como se conoce el arribo de Cristóbal Colón a las islas del Caribe). Miles de indígenas, pertenecientes a decenas de organizaciones, realizarán bloqueos hasta de 24 horas en los accesos a las principales ciudades, carreteras internacionales y fronterizas, cruceros y cabeceras municipales.

Pocas fechas históricas han experimentado transformaciones más profundas en el imaginario colectivo. El 12 de octubre pasó de ser "el Día de la Raza" (y no propiamente la indígena, sino la de los criollísimos Caballeros de Colón) a significar la cuenta regresiva de medio milenio de ignominia contra los pueblos indios. Ya ningún empresario o político se atrevería a vestir las ridículas galas de las "mulitas de don Cristóbal" (como el ingenio popular rebautizó a los miembros de la orden de los Caballeros de Colón, que eran algo así como los Caballeros de Malta, pero sin Malta).

Los indios, reacios a "desaparecer", se han vuelto el principal desafío a los poderes de la Nación. De un tiempo a acá expropiaron la conmemoración y la convirtieron en un hito de protesta, movilización y afirmación de su existencia como pueblos. Desde finales de los años 80, al creciente movimiento indígena mexicano le dio por echarle a perder la fiesta a los "descubridores", pero el año cero del viraje fue, curiosamente, 1992. Los 500 años. Hay aniversarios que todavía muerden.

En forma paralela a la celebración trasatlántica, encabezada muy apropiadamente por su alteza el rey Juan Carlos de España y los presidentes de América Latina como pequeños o grandes virreyes, millones de indígenas en el continente maduraron una nueva manera de concebir su futuro.

Después de aquel despertar indígena, ya nada ha vuelto a ser igual en México. Hace 10 años, en esta ciudad de San Cristóbal de las Casas, la manifestación del 12 de octubre adquirió el carácter de una sublevación simbólica. Miles de indígenas, portando arcos y flechas, detuvieron la marcha al pie de la estatua de don Diego de Mazariegos,indigenas-granaderos-colon- conquistador español de la que sería Ciudad Real. Elocuentes, treparon al pedestal e hicieron caer el bronce cuan largo era.

Dos años después, esos mismos indígenas se revelaron como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. En enero de 1994, tomaron por las armas ésta y otras ciudades chiapanecas. Después, expresaron sus demandas. Desde entonces siguen esperando la respuesta del Estado mexicano.

No sólo ellos. Sus demandas fueron asumidas por indígenas de todo el país. Hoy, la demanda nacional y chiapaneca es el reconocimiento a los derechos y cultura de los pueblos indios, el fin de la guerra de exterminio y la defensa del patrimonio nacional.

A una década de la cuenta regresiva, decenas de organizaciones indígenas agregan su oposición al ALCA y al PPP. Este año, junto con los indígenas, muchas otras organizaciones políticas, culturales y religiosas se sumarán a una movilización latinoamericana de lucha y resistencia.

En Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice y en al menos nueve estados del sur mexicano se esperan movilizaciones y bloqueos en las principales vías terrestres.

Aparte de las marchas en San Cristóbal de las Casas, Palenque y Ocosingo, en Chiapas han anunciado acciones la Coalición de Organizaciones Autónomas de Chiapas (Coech, que aglutina a las agrupaciones afines al gobierno chiapaneco) y la Coalición de Organizaciones Autónomas de Ocosingo (COAO), que a su vez reúne a la ARIC-Independiente, la Orcao, la CNPI y otros grupos indígenas.

También lo ha hecho el Movimiento Campesino Regional Independiente (Mocri) en la frontera y Marqués de Comillas. Sus miembros efectuarán plantones en la carretera fronteriza sur, a la altura de Chancalá, San Javier y Playas de Catazajá.

Se espera incluso la participación de un grupo de lacandones disidentes en el bloqueo que varias organizaciones establecerán en el crucero de San Javier. Conocidos por su apoyo irrestricto a los gobiernos y sus planes (incluido el PPP), esta será la primera vez que los lacandones protestarán un 12 de octubre junto con los demás indígenas.

Las Regiones Autónomas Pluriétnicas (RAP), reunidas en las instalaciones del Instituto Nacional Indigenista de San Cristóbal de las Casas, anunciaron que se adherirán a estas acciones.

Las Coordinadoras Regionales de Chiapas de la Sociedad Civil en Resistencia dieron a conocer su participación en siete bloqueos carreteros, junto con CNPI, CIOAC-Independiente, OCIPA (Organización Campesina Independiente para los Pueblos Autónomos), OCEZ, Pueblo de Oxchuc y decenas de organizaciones de Los Altos, zona norte, frontera, costa y selva Lacandona.

Estos bloqueos se establecerán en los cruceros de Pulpitillo, Trinitaria, Arriaga, Mazatán y el Framboyán, así como en San Felipe Ecatepec (entre San Cristóbal y Tuxtla Gutiérrez) y en las inmediaciones de los ejidos La Nueva Unión y Francisco J. Grajales (entre Palenque y Marqués de Comillas).

El Comité Regional de Ciento Cincuenta Comunidades, afectadas por la construcción de tres represas a lo largo de la frontera con Guatemala, efectuará bloqueos en Nuevo Orizaba y Comalapa, y se sumará a los plantones en los cruceros de Trinitaria y San Javier.

En el mismo sentido, las 60 organizaciones y comunidades que clausuraron hoy el primer Encuentro chiapaneco contra el neoliberalismo determinaron sumarse a la marcha indígena independiente en San Cristóbal. Entre ellas se encuentran Las Abejas, médicos y parteras tradicionales, cooperativas de artesanos de los Altos y la mayoría de las ONG de la región.

Sin pronunciarse al respecto, el EZLN y sus municipios autónomos reverberan en las demandas de los indígenas movilizados ahora. A fin de cuentas, el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés y la desmilitarización de las comunidades chiapanecas son demandas unánimes en marchas y plantones. En realidad todos los indígenas, no sólo los zapatistas, siguen esperando que el gobierno cumpla su palabra.

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