Robert Fisk
ƑCómo piensa EU que puede gobernar a Irak?
No hay emperador en Irak. ƑO lo hay? El problema para el general Tommy Franks -si en verdad se aparece por Bagdad para representar el papel del general Douglas MacArthur- es que el símbolo de soberanía y unificación que mantenía en pie a Japón, en medio de las cenizas de su derrota nuclear de 1945, era el emperador Hirohito, quien quedó misteriosamente absuelto de toda responsabilidad por las atrocidades de Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Sus subalternos militares, finalmente, fueron quienes pararon en el cadalso.
Pero en Irak el emperador se llama Saddam Hussein y -si acaso se merece alguna credibilidad la administración estadunidense- el califa de Tikrit será sometido a juicio al igual que el resto de los criminales de guerra iraquíes. El general Tommy Franks tendrá que combinar el papel de emperador y de gobernante colonial, y es entonces cuando, muy probablemente, se desbaratará toda la aventura imperial de Estados Unidos. ƑQué pasará si los chiitas del sur y los kurdos del norte deciden instalar secretamente sus propios gobiernos? ƑArrestarán los estadunidenses a todo imán que predique contra la hegemonía de Estados Unidos?
Inmediatamente después de la Guerra del Golfo, en 1991, un grupo de figuras de la oposición iraquí se reunieron en Beirut para planear el "nuevo Irak" creyendo, de manera por demás vanidosa y presuntuosa, que Saddam se habría ido en unas se-manas. Pero en menos de 24 horas dicha oposición, que incluía a los más laicos y liberales movimientos iraquíes, ya había anunciado que no permitiría que tropas extranjeras contaminaran lo que llamaron "las sagradas riberas del Tigris y el Eufrates". En ese momento, como cabía esperar, Estados Unidos perdió todo interés en estas reivindicaciones de la oposición iraquí a Saddam Hussein.
En 1991 las tropas estadunidenses ocuparon sólo una pequeña parte del sur de Irak. ƑAcaso cree Bush que las cosas irán mejor esta vez si es ocupado todo Irak? Ahora, podría suceder, que los estadunidenses ya tengan en mente a un emperador para el Irak ocupado: un miembro de la misma familia hashemita a quien hace mu-cho tiempo se el entregó el trono de Bagdad, cortesía de Winston Churchill, como premio de consolación por haber sido expulsado de Damasco por los franceses.
El restablecimiento del reino hashemita de Irak permitirá al rey Abdullah de Jordania crear un nexo entre su pobre y vulnerable estadito con la inmensa riqueza petrolera de Irak, aunque tenga que compartirla con los igualmente inmensos conglomerados estadunidenses dirigidos por los compinches de George W. Bush.
También podría suceder que el primer ministro israelí, Ariel Sharon, cuyos secretarios de Estado han hablado abiertamente del deseo de "transferir" a los palestinos fuera de Cisjordania y de la franja de Ga-za, se encontrara entonces ante un mo-mento providencial para "alentar" a los mismos palestinos a dejar su tierra e irse hacia la nueva Jordania.
ƑHa pensado el presidente Bush en todo esto? ƑHa cruzado esto, acaso, por las mentes de los amigos de Israel dentro de la administración estadunidense? El rey Ab-dullah de Jordania es una cosa; el rey Abdullah de Irak, quien restablecería el poderío hashemita sobre el golfo, es otra. Incluso su padre, el rey Hussein de Jordania, pudo haberse sentido tentado a imaginar un resultado así. ƑPero acatarán este guión los iraquíes? ƑEn verdad quieren otro emperador?
No sorprende que los funcionarios estadunidenses hablen de un lento viaje hacia la democracia. Japón, desde luego, obtuvo al final su democracia. Pero Japón no tenía petróleo.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca
