Habría que prever resguardos para evitar abusos policiales, dice José Miguel Vivanco
Advierte Human Rights Watch sobre experiencias negativas en ciudades que aplicaron Cero tolerancia
En Buenos Aires el resultado fue desastroso Conveniente, participación de la sociedad civil
BLANCHE PETRICH, VICTOR BALLINAS Y LA JORNADA DE ORIENTE
Puebla, Pue., 11 de octubre. El método Giuliani -por el nombre del ex alcalde de Nueva York que abatió las cifras de criminalidad en la gran manzana con una política conocida como Cero tolerancia- implica riesgos de violaciones a los derechos humanos de la ciudadanía, advirtió el director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco.
Por tanto, recomendó a las autoridades de la ciudad de México que prevean "todos los resguardos necesarios para prevenir que una política de esta naturaleza pueda traducirse en abusos policiales" y que reduzca al máximo la discrecionalidad de las policías.
"Una política anticrimen de este tipo debe ir acompañada de un esfuerzo por profesionalizar las corporaciones policiacas, incrementar los controles en sus tareas y establecer mecanismos eficaces para impedir que las policías sigan incurriendo en acciones brutales, abuso de poder, detenciones arbitrarias y extorsión." De lo contrario, agregó, "se le entrega una herramienta de trabajo a la fuerza pública sin los controles necesarios, y eso sí puede tener resultados a mediano y largo plazos muy negativos en materia de derechos humanos".
Estos controles deben formar parte de un paquete integral, en el que la acción policiaca no consista simplemente en cómo reaccionar inicialmente a los primeros indicios frente a la delincuencia, lo cual me parece necesario, sino al mismo tiempo revisar la conducta de los policías".
A pesar de que Human Rights Watch denunció en su momento excesos de la policía neoyorquina bajo la mano dura de Giuliani, Vivanco reconoció que estas políticas sirvieron para reducir "en términos casi incuestionables los índices de inseguridad que había en Nueva York".
En la metrópoli estadunidense, el riesgo de la política de Cero tolerancia significó, recordó Vivanco, que hubo casos de brutalidad policiaca cuando los agentes se excedieron en sus funciones "por un afán excesivo de control con un perfil racial, en términos discriminatorios". Destacó que "hay una línea divisoria muy tenue entre esa política y una conducta policial basada en prejuicios sociales y raciales".
Sobre la viabilidad del transplante de este tipo de modelos de un país a otro, recordó que en Argentina, con el actual presidente Eduardo Duhalde como alcalde de Buenos Aires, este proceso resultó desastroso: "No digo que Giuliani haya asesorado a los argentinos, pero Duhalde, cuando fue gobernador del gran Buenos Aires, anunció con bombos y platillos que estaban adoptando una política similar a la de Nueva York. En los hechos la criminalidad siguió aumentando, lo mismo que la inseguridad ciudadana, y los abusos policiales también."
Reconoció que el problema de seguridad ciudadana es real. "Existe, merece atención e inversión social, recursos. No es un problema ficticio; demanda la atención de la clase política y de la ciudadanía, tanto en México como en otras partes de América Latina que tienen normalmente como prioridad número uno esta solicitud. No hay que sacarle el cuerpo, la seguridad es un derecho que les corresponde a los ciudadanos y el Estado debe hacer todo lo posible para garantizar ese derecho, pero el valor agregado que tiene la participación de la sociedad civil en este debate es el que puede aportar para combatir eficazmente la delincuencia, pero dentro de un marco de respeto a los derechos fundamentales, y eso se logra mediante la fiscalización del trabajo de la policía y su profesionalización."