ƑLA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Páez
Felipe González, gobernador y taurino
EN ESTOS TIEMPOS de negaciones, de apurados maquillajes de los rasgos propios y de damnificados regañados, gracias a sometimientos diversos de globalizonzos y globalizados, llama la atención que, de repente, algún funcionario público, desestimando sigilos ociosos, tome por los cuernos el satanizado tema taurino y públicamente haga importantes precisiones sobre el mismo.
CON MOTIVO DE la entrega de reconocimientos a los triunfadores del pasado serial taurino de la Feria Nacional de San Marcos, hace unos días el panista Felipe González, gobernador constitucional de Aguascalientes, no dudó en abrirse de capa y llamar a las cosas por su nombre, transgrediendo esa modalidad chocante del gobierno foxista de no tocar a la fiesta de los toros ni con el pétalo de un adjetivo.
SEGURO Y SERENO, como los toreros con convicción en el ruedo, el mandatario aguascalentense subrayó entre otras cosas: "El reconocimiento a los valores de nuestra fiesta brava es una de las características que distingue a Aguascalientes como una de las principales ciudades taurinas de México (...) donde se ha sostenido la loable tradición de premiar a los mejores artistas taurinos.
"ESTOS TROFEOS QUE hoy se entregan a figuras como Eulalio López El Zotoluco, Luis Fernando Sánchez, Alejandro Prado y José Prado, al toro Oropel y a la ganadería de Los Encinos, reconocen el desempeño de matadores y ganaderos. Vaya nuestra felicitación por seguir enalteciendo nuestro serial, ya que a través del noble arte del toreo tenemos la oportunidad de reafirmar la promoción de la cultura taurina de México y Aguascalientes. Con esa misma convicción, apelo a que sigamos haciendo perdurar la fiesta, a que continuemos construyendo ese futuro en el que se reconocen los hombres de hoy y de ayer, en la conformación del arte y del sentimiento."
AQUI UN PARENTESIS: Que el gobernador panista de un estado taurino por antonomasia como Aguascalientes, degradado hace años en su brillo taurino por estrechos criterios empresariales, se atreva a llamar "noble arte" al toreo, a hablar de "la cultura taurina de México" y a hacer "perdurar la fiesta", convierte a Felipe González en el primer gobernante mexicano que en sus declaraciones se niega a acatar la delgada línea ataurina impuesta a partir de gratuitos y oscuros acuerdos con falsos ecologistas.
CONGRUENTE CON SUS palabras, el mandatario anunció: "Considero ésta una ocasión propicia para informar que el gobierno del estado habrá de realizar un reconocimiento al maestro Alfonso Ramírez El Calesero, por medio de una publicación que incluirá testimonios de la obra torera de este gran poeta del arte, oriundo de Aguascalientes, en el marco de la Feria Nacional de San Marcos 2003.
"POR ELLO PIDO a ustedes que sigamos promoviendo esa gran pasión por los toros, pues es reflejo de la entrega y valentía que nos permiten acrecentar el sentido de nuestra cultura y seguir siendo una tierra ciento por ciento taurina", concluyó un sorprendente gobernador Felipe González, a prudente distancia de los globalizonzos.