Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 13 de octubre de 2002
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Editorial
 
UN 12 DE OCTUBRE QUE MIRO HACIA EL FUTURO

sol-2El 12 de octubre fue motivo, en todo el continente, no sólo de una protesta contra la conquista, sus brutalidades y sus efectos negativos, sino esencialmente de movilizaciones por las reivindicaciones indígenas y populares fundamentales. No fue una fecha orientada hacia el pasado sino el motivo de acciones para construir un futuro más justo y digno; no fue sólo y esencialmente una jornada de protesta de las víctimas del genocidio sobre el cual se construyó el desarrollo del capitalismo y de Europa sino una movilización, desde una punta hasta la otra del continente, que unió las reivindicaciones sociales que desbordan las puramente étnicas con estas últimas, que fueron fuertemente apoyadas por importantes contingentes no indios.

En Estados Unidos el día fue también motivo para protestas de los indocumentados y, en el Sur, para acciones conjuntas de ciudadanos de ambos lados de la frontera estadunidense-mexicana. En Argentina, los mapuches, los tehuelches y los pehuenches sobrevivientes del genocidio de indígenas que dio las bases del Estado oligárquico, encontraron solidaridad entre los turistas que visitaban las zonas donde ellos habitan, los cuales se unieron a sus luchas.

En Ecuador, la coalición que une indígenas y sectores progresistas de la Iglesia, el estudiantado y la media oficialidad del ejército, avanzó en su marcha social y electoral y muy probablemente su candidato, algo así como un Hugo Chávez ecuatoriano, podrá pasar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales gracias a esa movilización indígena-popular. En Guatemala y El Salvador, las movilizaciones asumieron un carácter de protesta contra el racismo y por la democracia y la tierra.

Por último, en nuestro país, miles de personas marcharon hacia el Zócalo en la capital y el contingente unió obreros principalmente electricistas, maestros e indígenas, mientras las reivindicacioines respaldaban la defensa de la industria eléctrica, la de la educación pública, la democratización en el país y en los sindicatos y las demandas zapatistas de cumplimiento de los acuerdos de San Andrés.

Más claramente aún que en otras regiones, esa movilización expresó la búsqueda de una unidad campesina, indígena, obrera y popular contra la política del capital financiero y el abandono de la soberanía nacional, por lo cual rechazó la privatización de la energía eléctrica y la posible aceptación mexicana del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Por su parte, los campesinos de la frontera bloqueaaron en Chihuahua el puente internacional Santa Fe en protesta contra los subsidios agrícolas estadunidenses, las políticas neoliberales, los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, la militarización de la frontera y el plan de guerra contra Irak del presidente Bush, y en esta lucha participaron ciudadanos estadunidenses o residentes del otro lado de la frontera.

Como se ve, los motivos de los bloqueos y la composición social de los manifestantes desbordaron allí en mucho el marco de una protesta indígena. No sucedió así en la Sierra Tarahuamara, donde los rarámuris, los pimas, los tepehuanes y los guarijíos, tras danzas e invocaciones rituales, estrangularon en 60 puntos las carreteras estatales protestando contra la política campesina del gobierno federal y contra la posible firma del ALCA. Lo mismo sucedió en Chiapas, donde se produjeron 12 bloqueos camineros en lugares estratégicos y se paralizó la frontera con Guatemala mientras se realizaban marchas en más de 30 municipios en protesta contra el Plan Puebla-Panamá (PPP) y contra la política eléctrica oficial. En Chilpancingo, Guerrero, los militantes de las organizaciones unidas en el Frente Estatal de Convergencia se manifestaron por millares contra el PPP, el ALCA y el empobrecimiento extremo de los pueblos indios resultante de las políticas oficiales.

En Puebla, por su parte, militantes de la Unión Campesina Emiliano Zapata Vive (que hace un mes habían detenido la realización de un camino que forma parte del PPP y que se oponen al ALCA), bloquearon la carretera Puebla- Tehuacán. En Sonora, por último, los ocho pueblos indígenas de la región unidos a otros provenientes de Arizona, Estados Unidos, protestaron contra la cerrazón oficial ante el pueblo yaqui, y las mujeres de cuatro estados mexicanos, más las de Phoenix y Tucson, Arizona, constituyeron una "Red de Mujeres Indígenas".

El 12 de octubre se transformó así en un día de movilización indígena, campesina, obrera, popular y pacifista que expresa un creciente nivel de conciencia en sectores que no toman como principal enemigo a Cristóbal Colón y a los conquistadores sino a los descendientes políticos de aquéllos. Fue una jornada que miró hacia el futuro, buscando ayudar a construirlo.
 

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