Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 18 de octubre de 2002
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Cultura
Presentan libro de Claudia Gómez Haro sobre series televisivas del escritor

''Mi opinión de poeta, de soñador, me tranquiliza más'', decía Arreola

El juglar fue recibido en los hogares mexicanos con simpatía y admiración Interés de la Fundación Televisa por buscar los demás programas del autor de Confabulario

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

''Necesitaría ser un sabio para creer que se ha ido a la Luna. Necesitaría ser un sabio peor para comprender y demostrarme a mí mismo que la Tierra es redonda. En cambio, mi opinión de poeta, de soñador, me tranquiliza más." Es Juan José Arreola quien habló y lo hizo ante un público televisivo mediante un programa en el que, durante varias semanas, mostró parte de sus gustos, su visión de la vida, el amor, la mujer, la muerte, sus autores favoritos. Ese programa se llamó Arreola y su mundo, que es también el título del libro que Claudia Gómez Haro presentó este miércoles en Casa Lamm.

En Arreola y su mundo (CNCA-Alfaguara) Gómez Haro recupera parte de los programas que se transmitieron por televisión privada y en los que fue su interlocutora. La autora recuerda: ''Conocí a Arreola a finales de los años 80 en un taller literario. Cablevisión invitó al maestro y le propuso hacer un programa en el que le daba la libertad total de hacer lo que quisiera durante el tiempo que quisiera. Me invitó a ser su interlocutora porque no quería que le pusieran a una conductora o un académico".

Se trataba de un programa semanal, en vivo; el primero duró tres horas, pero después el escritor jalisciense lo fue limitando hasta llegar a una hora; había retroalimentación con el público por medio de llamadas telefónicas: los televidentes hacían preguntas y Arreola respondía. Esta retroalimentación también se dio cuando en las calles, en el cine o en cualquier lugar las personas se acercaban, sin importar su condición social, trabajo o nivel escolar, para comentarle al juglar que lo habían visto en televisión.

El sabía muy bien que mediante ese medio electrónico llegaba a un público diferente, no a sus lectores tradicionales que conocían su obra, sino a otro público mayor y eso le gustaba, agrega Gómez Haro. Se realizaron cerca de 119 programas, de los cuales ella recuperó 50, que representan 200 horas de grabación.

Recuperar más conversaciones

Dice la autora que ''no había escritor más ligado a su tono de voz que el maestro Arreola. Una voz que tenía relación muy íntima con el ritmo y la cadencia de la palabra, a lo que hay que sumar su capacidad histriónica".

Al respecto, Gómez Haro señala en la introducción del libro: ''Tres dones hicieron triunfar al escritor ante las cámaras: su talento de actor profesional, su vocación permanente de maestro, ejercida desde su juventud, y por último su cultura y su fantasía de escritor. Arreola fue recibido en los hogares mexicanos con una especie de curiosidad, una mezcla de simpatía y admiración por un hombre cuya imagen, voz y pensamiento eran radicalmente distintos a todos los demás".

Gómez Haro precisa: ''Cuando hice el trabajo para este libro recurrí a Orso Arreola para aclarar cosas que yo no sabía si eran verdad o no, porque no quería mentir. Ahí llegamos a la conclusión de que lo importante era cómo contaba las cosas".

Los lectores atentos de Arreola y su mundo, manifiesta, van a entrar a su ámbito espiritual, sus concepciones sobre la fe, sus dificultades con ella, el bien y el mal.

Tras el homenaje nacional al autor de Confabulario el pasado septiembre, hubo acercamientos con la Fundación Televisa para buscar el resto de los programas, por lo que Gómez Haro no descartó la posibilidad de realizar un nuevo tomo.

Falta recuperar las conversaciones con Tere Vale, Antonio Alatorre y otras presentaciones en televisión, indicó Felipe Garrido, titular de la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, quien asistió a la presentación además de Beatriz Espejo, René Avilés Fabila y el actor Carlos Bracho, quien exhibe en Casa Lamm una serie de fotografías que le hizo a Juan José Arreola.

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