Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 25 de octubre de 2002
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Sociedad y Justicia

María del Carmen Mendoza, Premio Internacional en Trabajo Social

El neoliberalismo es un proyecto de muerte

KARINA AVILES

María del Carmen Mendoza, ganadora del Premio Internacional en Trabajo Social Katherine Kendall, una de las máximas distinciones que se otorgan a escala mundial en esta actividad académica, afirma que frente a la globalización neoliberal que ve como enemigo a todo el que ejerza la crítica, la conciencia colectiva y la acción comunitaria, el trabajo social ha sabido mantenerse como un bastión para la defensa del libre pensamiento y los valores solidarios. Para el neoliberalismo, añade, "es muy fácil hacer eliminaciones colectivas" porque es un proyecto "de muerte y de aniquilación de lo humano en el sentido más amplio".

En ceremonia que presidirá la secretaria de Desarrollo Social del gobierno capitalino, Raquel Sosa, la académica de la UNAM recibirá hoy el premio Katherine Kendall 2002 por su trayectoria académica, que ha tenido incidencia internacional. El galardón es otorgado por la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social.

En el ámbito académico, Mendoza ha sido una activa promotora del movimiento latinoamericano que logró dignificar la profesión, en estos días vilipendiada por un sistema que no cree en los valores colectivos; la prueba es que de las 140 escuelas de trabajo social que llegó a tener el país, actualmente sólo sobreviven la mitad, indica.

En el campo de la práctica ha desarrollado propuestas de educación popular mediante escuelas de promoción de mujeres indígenas, de promotoras y defensoras populares. En entrevista con este diario, la trabajadora social recuerda que esta profesión ha sufrido una serie de embates desde que surgió, cuando fue una carrera auxiliar de otras profesiones.

Sin embargo, en las décadas de los 60 y 70 el movimiento latinoamericano de reconceptualización del estudio del trabajo social logró cambiar la visión asistencialista por la comunitaria y pugnó por la autonomía de la carrera. A finales de los ochenta, añade, "la profesión tomó su ámbito de acción de las políticas sociales y nos planteamos la potenciación de los sujetos sociales".

Indica que en los años recientes, los trabajadores sociales se han tenido que enfrentar al grave problema que representa la reducción del gasto social, situación que los ha dejado con lo mínimo para responder a las necesidades de los grupos.

La política de exclusión de los marginados, de los eliminables, de los desechables, que significa el neoliberalismo, ve como enemigo a todo el que ejerza la crítica, la conciencia colectiva y la acción comunitaria, afirma. Para dicho sistema "es muy fácil hacer eliminaciones colectivas" de niños de la calle, de indígenas, como pasó con las matanzas de Acteal y Aguas Blancas, agrega.

El neoliberalismo es un "proyecto de muerte y de aniquilación de lo humano en el sentido más amplio". La carrera de Trabajo Social se ha sabido mantener como bastión para la defensa del libre pensamiento y del trabajo colectivo, porque tenemos un contacto permanente con lo humano, subraya.

Cuando una persona solicita el servicio de un trabajador social, se trata de un ser humano que llega en un estado emocional fuerte, lo que nos permite a nosotros estar en un contacto con el sufrimiento, con el dolor y la alegría de la gente, manifiesta.

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