Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 27 de octubre de 2002
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Cultura
ENTREVISTA/

EUGENIO TRUEBA OLIVARES,

TITULAR DE TEATRO UNIVERSITARIO

''Los Entremeses han resistido a las innovaciones técnicas''

EL TRADICIONAL MONTAJE, DETONANTE DEL FIC, LLEGA A LOS 49 AÑOS

En 1953 era el divertimento de aficionados. Ahora en torno de ellos gira uno de los festivales artísticos más importantes de México. La representación anual de estas piezas cervantinas se mantiene fiel a la tradición

ANGEL VARGAS ENVIADO

Guanajuato, Gto., 26 de octubre. A casi medio siglo de existencia del Teatro Universitario en Guanajuato, Eugenio Trueba Olivares es el único de sus fundadores que se mantiene activo. Incluso es el responsable del grupo desde 1990 y, como tal, del montaje de los Entremeses cervantinos, en sustitución del maestro Enrique Ruelas, quien fue su director durante 35 años, hasta su muerte, en 1987.

Abogado de profesión y, entre otros cargos, ex rector de la Universidad de Guanajuato, Trueba Olivares actualmente alterna los menesteres propios de su carrera con la puesta en escena no sólo de esas pequeñas obras del manco de Lepanto en la plazuela de San Roque, proyecto precursor del Festival Internacional Cervantino, sino también, al frente del grupo de Teatro Universitario, integrado por aficionados, se ocupa del montaje de títulos más contemporáneos.

entremeses02''El Teatro Universitario nació con un ideal que muchos veíamos como utopía: sacar el arte escénico de los foros cerrados y llevarlo a la gente que no tenía contacto con esta expresión. Nos sentíamos motivados e inspirados por la experiencia ocurrida en España con García Lorca y La Barraca, y queríamos aprovechar las características de la ciudad sacando el teatro a las plazas y callejones. Ruelas entendió bien eso y se logró", refiere Trueba Olivares en entrevista exclusiva para La Jornada.

-¿Cómo se ha modificado el montaje de los Entremeses en este casi medio siglo de vida?

-Se ha procurado respetar la propuesta original, que se remonta a 1953, y se ha logrado mantenerla. No cabe duda de que a través de todos estos años se han presentado muchos avances y novedades en teatro, en cuanto a escenografía, ritmo, etcétera. Los Entremeses de la Plazuela de San Roque parece ser que han resistido el enfrentamiento con otras técnicas. Cuando menos el público sigue solicitando sus representaciones y el grupo que integra Teatro Universitario responde a esa demanda, sin que hayamos hasta ahora sentido alguna preocupación por hacer cambios radicales. Esto obedece a un afán por mantener la tradición y porque aún contamos con la generosa aprobación del público.

-¿Cuál considera que ha sido el legado de este montaje?

-En un principio, en la década de los 50, Guanajuato era una ciudad con poca población, la minería en decadencia, sin estructura industrial de importancia ni industria turística. Recuerdo que, ante la difusión creciente que tuvieron los Entremeses -son de hecho las obras que más reseñas han merecido en el país- comenzaron a llegar muchos visitantes, con el propósito de ver las representaciones y sus particulares características: al aire libre, un montaje sin añadidos escenográficos falsos, con un cierto ritmo que en ese momento resultaba avanzado, hasta cinematográfico.

''Eso contribuyó, estoy absolutamente seguro, a poner a Guanajuato en el mapa turístico y en un lugar que nunca había tenido; la gente comenzó entonces a descubrir a la ciudad, que en aquel entonces casi se reducía al Centro Histórico, y a sentirse atraída por sus características.

''Lo que quiero resaltar es que los Entremeses, mejor dicho la actividad cultural de la Universidad de Guanajuato, fue el detonador de otras muchas otras actividades que repercutieron en el desarrollo económico y social de la ciudad. El principio de los años 50 fue una época de auge universitaria, en la que Teatro Universitario fue parte de un movimiento educativo y cultural muy importante al interior de la institución universitaria. En esos años se crearon también las escuelas de Filosofía y Artes Plásticas, y la Orquesta Sinfónica de la Universidad, por ejemplo. Con ello queda constatado que las universidades públicas son trascendentales en la configuración de un estado".

-¿Cuál es su concepción del arte teatral?

-Lo veo desde mi perspectiva: la del teatro de aficionados. Cuando éramos estudiantes -Ruelas estudiaba derecho aquí- nos entreteníamos en diversas actividades: hacíamos publicaciones en periódicos estudiantiles, jugábamos un poco al intelectual, teníamos un estudio, leíamos muchísimo, allí surgió la idea de hacer teatro al aire libre, inspirándonos, como ya dije, en el caso de García Lorca y La Barraca, en España.

''Al principio pensábamos que podíamos montar desde la primera vez Fuente Ovejuna u otra obra de esa talla, pero era demasiado para un simple grupo de aficionados. Entonces se optó por algo más sencillo: los Entremeses, por sus características. Fueron una serie de elementos que se conjuntaron y que tuvieron mucho éxito.

''Nunca hemos tenido la idea de hacer grandes alardes de modernidad; somos simples aficionados y no estamos capacitados para revolucionar las artes escénicas. Nuestro afán es hacer lo que nos gusta y seguir dando vida a las creaciones de Miguel de Cervantes, con el abogado, el doctor, el sastre y el ama de casa".

-¿Qué significa para usted que los Entremeses fueran el punto de partida del Festival Internacional Cervantino?

-Es algo que nunca imaginamos. Fue una decisión del presidente Luis Echeverría, quien vivió en Guanajuato algún tiempo, como presidente del comité estatal del PRI; era muy joven, muy inquieto, e hicimos amistad con él cuando nadie pensaba que iba a ser un personaje tan importante.

''Algunas versiones del Cervantino han sido estupendas y otras no tan afortunadas, pero siempre vinculadas con los Entremeses. Mejor dicho: más que con los Entremeses, el festival ha estado siempre vinculado con la Universidad de Guanajuato, porque sin esta institución no sería posible nada.

''Para Guanajuato, cada versión del festival significa una derrama económica de mucha importancia. Aunque también representa grandes molestias para la población local. Poco a poco el festival se fue convirtiendo en una convocatoria para que los jóvenes acudieran casi sin ningún propósito de acudir a los espectáculos culturales, sino simplemente para divertirse, beber y hacer de las suyas en las calles. Y eso ha sido una de las grandes contradicciones del Cervantino, donde se traiciona el fin meramente cultural.

''Pero independientemente de esas molestias, cada festival no deja de ser una fiesta mágica. De tal manera, a casi 50 años de haberse fundadoTeatro Universitario y a 30 del Festival Internacional Cervantino, el balance considero que es sumamente positivo."

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