Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 9 de noviembre de 2002
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Política
DESFILADERO

Jaime Avilés

¿Qué debemos esperar del presupuesto?

Proponen un mecanismo para obligar al gobierno de Fox a reconocer la deuda social que tiene con los pobres

Avanza la reforma siquiátrica pese a la Secretaría de Salud

UNA DE LAS METAS más ambiciosas del Plan Puebla-Panamá, que se encuentra congelado en la Secretaría de Relaciones Exteriores a la espera de días más propicios, es la construcción de 19 represas en Chiapas. Sí, leyó usted bien: 19, aunque la cifra podría aumentar a 47. Estas, de acuerdo con fuentes ligadas al equipo de Florencio Salazar, que diseñó el proyecto, serían financiadas totalmente por inversionistas privados y su función no sería otra que exportar energía eléctrica a Centroamérica.

Hoy día, la Comisión Federal de Electricidad posee dos grandes centrales hidroeléctricas en Chiapas, una en Chicoasén y otra en La Angostura, pero como todas las utilidades que ambas generan van a dar a las arcas de la Secretaría de Hacienda que no les devuelve un centavo para limpiarlas, están llenas de limo y de arena, y su capacidad de almacenamiento es cada vez menor.

Los interesados en este fabuloso negocio, que borraría del mapa incontables comunidades indígenas, confían en que el Congreso de la Unión aprobará en diciembre la iniciativa de reforma constitucional de Fox para que, bajo el nuevo formato, como lo dice claramente el proyecto de ley, los grandes consorcios eléctricos del mundo puedan usar los recursos naturales del país para producir energía por sí mismos y venderla en su propio beneficio. De esto sin duda se hablará, hoy y mañana, en la asamblea que el Frente Nacional de Resistencia Contra la Privatización de la Industria Eléctrica celebrará en el auditorio Francisco Breña Alvírez del SME (Antonio Caso 45, colonia Tabacalera, DF).

La batalla por los fierros

Mientras tanto, ha comenzado el debate sobre la forma en que el gobierno distribuirá el dinero del presupuesto federal durante los próximos 12 meses. ¿No se le antojaría decir algo al respecto? Lástima, nadie va a pedirle su opinión, a menos que participe en la consulta sobre prioridades nacionales, que se llevará a cabo los días 19 y 20 de noviembre en todas las plazas públicas del país.

En las mesas donde hablaron, estudiaron y discutieron los miembros del comité ciudadano que promueve este ejercicio, nació una idea que es una piedra preciosa en la medida en que está llena de luz interior. Es como una esmeralda. Vea: mediante de distintos organismos internacionales, el gobierno federal acepta la enorme deuda financiera que contrajo con los ricos del mundo. Pero en la Constitución nada hay que lo obligue a reconocer la deuda social que tiene con los pobres de México. ¿Por qué? Porque nadie le ha presentado la factura.

Ricardo García Sáinz, ex titular de la desaparecida Secretaría de Programación y Presupuesto y experto en la materia, calculó cuál es el déficit de camas que tienen el Seguro Social y el ISSSTE para cumplir con los mínimos internacionales de cobertura; asimismo, definió pautas para elevar la calidad del sector educativo; consideró frívolo que el gobierno federal se proponga construir 500 mil viviendas el año entrante cuando se necesitan muchas más, y por último recomendó que México suspenda por tres años el capítulo agropecuario del TLCAN, imponga aranceles de 10 a 30 por ciento a los productos de Estados Unidos y Canadá y aumente de 35 mil a 85 mil millones de pesos el presupuesto para el campo, dado el cuadro de devastación que ahí prevalece.

Como estas medidas no serán aplicables mientras no exista un gobierno que se beneficie de las ideas de García Sáinz, el comité promotor de la consulta sobre prioridades nacionales demanda que la Cámara de Diputados ponga un candado para impedir que Fox recorte a su antojo los presupuestos de educación, salud, alimentación y vivienda, como lo hizo en 2001 y 2002.

De tal suerte, los diputados lo obligarían a cumplir con los compromisos derivados de la deuda social del gobierno con los pobres, aunque Fox no reconozca esa deuda. Una pregunta indiscreta... ¿A usted le convendría que los diputados aprobaran tal iniciativa? Si es así, acuda a la consulta nacional sobre prioridades nacionales, lleve una identificación con fotografía, la que sea, y vote por el sí en las preguntas relativas al presupuesto.

Pero la consulta no se limitará al presupuesto. ¿No le parecería bien que el Congreso reformara la Ley sobre Derechos y Cultura Indígenas, haciendo suyos los acuerdos de San Andrés para avanzar hacia la paz en Chiapas? Si la respuesta es afirmativa, dígalo en la consulta. ¿Está de acuerdo en que privaticen la industria eléctrica? Si la respuesta es negativa, dígalo en la consulta. ¿No le encantaría que los mexicanos que se fueron a Estados Unidos porque se morían de hambre aquí, ahora puedan votar desde allá para elegir a las autoridades de su tierra? ¿No sería maravilloso que se agregara a la Constitución la figura del plebiscito para que asuntos prioritarios como éstos pudieran ser decididos por el pueblo que es usted? Busque la página www.consultadeprioridades.org, lea los materiales de acompañamiento, vote desde la incomodidad de un café de Internet si así lo prefiere, o descubra cómo sumarse atendiendo una mesa receptora en el parque o mercado o calle más cercana a su domicilio.

Uno de los propósitos de este ejercicio es poner de acuerdo al mayor número de personas inteligentes para que éstas, con su voluntad de hacer algo por ellas mismas, alienten a los diputados a plantarse delante del Poder Ejecutivo y le digan: esta es la deuda social que tienes con los pobres, te exigimos que la cubras...

Crisis y cambios en Michoacán

Como integrante del comité promotor de la multicitada consulta, voy a Colima y encuentro un estado en miniatura, controlado políticamente por el PRI y económicamente por el narcotráfico, donde está a punto de romperse la hegemonía del partido de siempre. Este se ha dividido en ocho fracciones que compiten entre sí y la más débil, ironías del destino, es la que apoya el gobernador, un viejo cacique impresentable.

Como cronista del lago de Pátzcuaro, voy a Janitzio porque el tiempo cumple 25 años desde que un exceso de devoción popular colocó tantas velas junto a la imagen del milagrosísimo señor san Jerónimo, patrono de la isla, que terminó por chamuscarlo, después de lo cual, para hacerse perdonar por la divinidad, sus fieles dieron a sus carbonizados restos cristiana sepultura.

No corro con suerte. En las tinieblas de la media noche del primero de noviembre, el cementerio está repleto de familias purépechas sentadas sobre las tumbas, y turistas que tratan de no pisarlas, pero no veo por ningún lado la tumba del santo. Horas transcurrirán antes de saber que el mausoleo -en su tiempo era el único sepulcro de cemento y varilla de acero-, fue enterrado hace tres años en el risco bajo el cual duermen los difuntos.

Pero más allá de Janitzio hay problemas en el flamante gobierno de Lázaro Cárdenas Batel: los maestros priístas del SNTE, que son el esqueleto del movimiento social michoacano, chocaron con la titular de Desarrollo Social, Alejandra Barrales, aquella existosa dirigente del sindicato de sobrecargos que le ganó una huelga a Aeroméxico. Por tanto, la inexperta funcionaria renuncia y los profesores efectúan elecciones internas y acaban dándose hasta con la canasta de las corundas. En busca de una salida a la crisis, el nieto del último héroe de la Revolución Mexicana sustituye a Barrales por la maestra Graciela Andrade y designa como subsecretario de ésta al doctor Julio Moguel, para que ambos restablezcan los equilibrios, una tarea que los hará sudar tinta.

La mafia de Guido Belsasso

Como simpatizante de la Red para la Reforma Siquiátrica de México, voy a Pachuca a visitar las instalaciones del Modelo Hidalgo, que parece un hotel del Seguro Social en medio de un llano húmedo y helado. Los pacientes viven en casitas de cuatro recámaras donde cada pieza tiene tres camas y un baño propio. Están bien abrigados, tres veces al día los aguarda una mesa limpia con mantel, cubiertos y platos, y cuando regresan de trabajar en los cercanos talleres donde se ganan la vida, los recibe un televisor a colores y en todo momento los vigila una enfermera.

Antes vivían como judíos de la época de Hitler en el manicomio Fernando Ocaranza, que el 2 de noviembre de 2000 fue clausurado por el gobernador Manuel Angel Núñez Soto. Aquella mañana, drogados con fármacos embrutecedores, alimentados a granel como puercos, lavados con detergente a manguerazos de agua fría, vestidos con piltrafas, torturados con electrochoques, habituados a los peores abusos desde siempre, fueron sacados del infierno y llevados de la mano a las casitas del Modelo Hidalgo.

Ahí les cambiaron las medicinas y comenzaron a tratarlos como seres humanos. Les dijeron: ¿no les gustaría bañarse con agua caliente, lavarse con jabón, no con fab, secarse con toallas no con papel periódico, vestirse con ropa limpia y calientita, no con andrajos vomitados, y comer en una mesa y dormir en una cama y vaciar las tripas en un baño y caminar con pantuflas y sentirse, otra vez, personas?

La reforma siquiátrica es también parte de la deuda social del gobierno con los pobres de México. Hay todavía 5 mil indigentes prisioneros en condiciones absolutamente inhumanas dentro de los 28 campos de concentración nazis (léase hospitales siquiátricos) de la Secretaría de Salud. Su verdugo es el doctor Guido Belsasso, quien administra un presupuesto de 500 millones de pesos al año para mantenerlos en el mayor estado de sufrimiento imaginable, sin justificar en qué se gasta un dinero con el cual, es obvio, no compra jabón, platos, cubiertos, colchones, papel de baño, ropa, nada.

Pero el Modelo Hidalgo, base de la reforma siquiátrica que algún día triunfará, empieza a multiplicarse en Tamaulipas, Jalisco y el estado de México, si bien lo más importante aún parece imposible: que Fox comprenda la necesidad de aplicarlo institucionalmente en todo el país, pues mientras no lo haga seguirá protegiendo a la mafia de Belsasso, que se enriquece a costa de los más inofensivos que son, a la vez, los más indefensos.

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