Luis Javier Garrido
La gira
La nueva gira de vicente fox, casi turística, por varios países europeos no tiene propósitos de Estado y no busca más que levantar su imagen con la pretensión de ganar las elecciones de 2003 y poder profundizar la aplicación en México del proyecto trasnacional, y por eso el equipo de Los Pinos se molesta tanto de su fracaso.
1. La historia se repite en cada viaje de Fox y su comitiva al extranjero, pues sus viajes planeados con el sueño de fabricarle la imagen de supuesto líder de estatura mundial no suscitan el menor interés en los países que visita y lo único que logran es acarrearle severas críticas en México, no sólo por el derroche que significan o por las barbaridades que dice o hace, sino sobre todo por el agravio que infringe a todos los mexicanos falsificando la realidad del país y culpando del agravamiento de los problemas no a sus políticas, sino al pueblo o a las fuerzas de oposición.
2. Las múltiples declaraciones de Fox en el exterior no tendrían que ser objeto de análisis o reflexión si no fuese porque, como bien se lo dijeron algunos legisladores, en el extranjero dice lo que realmente piensa y lo que no se atreve a decir aquí, y así anuncia las pretensiones de su gobierno, como hizo cuando erigido en juez indicó que los señalados por haber cometido crímenes de Estado en el pasado no serán sancionados, o cuando en el papel de legislador dio a conocer que una vez más pugnará por que se restablezca el principio de la relección inmediata tanto para legisladores como para Ejecutivo.
3. La última gira europea de Fox ha resultado el mayor fracaso publicitario de su gobierno, pues a ningún medio de comunicación europeo le resultaron de interés las pretensiones del foxismo. Los responsables de comunicación de Los Pinos se quejaron amargamente de que no se hubiese publicado ninguna línea sobre sus actividades en el Reino Unido y que la prensa británica sólo hubiese hablado de la exposición sobre arte prehispánico que se llevó a Europa (CNI Noticias, 13/11/02), pero no parecieron darse cuenta de que Fox no ha logrado acuerdo significativo y que a ningún diario europeo le interesa hacer propaganda de un jefe de Estado extranjero haciéndose eco de lo que va diciendo: pretendiendo que trajo la democracia al país, que México tiene de súbito una política exterior independiente de Washington, que él no obedece al Banco Mundial, que las relaciones de su gobierno con Cuba son óptimas, que hay seguridad y prosperidad, que la paz ya llegó a Chiapas y a las comunidades indígenas y que el único factor de rezago son los legisladores de oposición.
4. La desvergüenza de Fox no ha tenido límite, pero afirmar en el Trinity College de Dublin, con el pésimo inglés que utiliza, que la nueva legislación en materia indígena que él auspició, traicionando su ofrecimiento de cumplir con los acuerdos de San Andrés, es mejor que "la de cualquier otro país" y que la paz ya llegó a Chiapas y a las comunidades indígenas (14/11/02) no hace más que recordarle a los mexicanos que es un demagogo peor que sus amigos priístas, Salinas y Zedillo.
5. El proyecto del gobierno actual está claro y no lo puede disimular la nueva retórica que Fox quiso estrenar en Europa, que no oculta que lo que busca es ser el mayor impulsor de los intereses de las trasnacionales en México, entregándoles por completo las riquezas naturales del país, el petróleo y la industria eléctrica, las instituciones de salud y la educación nacional, como ya hizo con los bancos. Y no es por el hecho de que por su mediocridad Fox no logre alcanzar otra estatura política que este proyecto antinacional se va a detener.
6. El desfase entre lo que se es y lo que se pretende ser lo evidenció el discurso de Fox ante la Asamblea Nacional de Francia (14/11/02), pues fue pronunciado ante un hemiciclo semivacío, ya que la mayor parte de los legisladores franceses no asistieron a esa sesión, lo que contrastó con la acogida dada al presidente brasileño Cardoso, en octubre de 2001, o a diversos gobernantes africanos, quienes sí fueron escuchados con atención; sin embargo, la locutora de Televisa Adela Micha lo elogió al límite de lo deplorable, pretendiéndolo un éxito político subrayando así, una vez más, la nula credibilidad informativa de esta empresa.
7. El ridículo no tiene límite y uno de los momentos estelares de Fox fue cuando consideró en ese discurso a Carlos Fuentes como el tercer más grande escritor mexicano del siglo xx, sólo porque dos días antes, en Londres, el otrora escritor echeverrista dio muestras de un foxismo sin parangón y se declaró entusiasmado con "los cambios" que Fox supuestamente está trayendo a México, sugiriendo a la oposición que si quería enfrentarlo debería conformar un "nuevo partido" con "lo mejor del PRI y del PRD" (Milenio Diario, 13/11/02). Todo lo que demuestra que el crítico literario Fox no ha leído a Juan Rulfo, a Martín Luis Guzmán, a Ramón López Velarde y a José Vasconcelos o a decenas de otros escritores, y que no hace más que leer lo que su canciller le pone delante.
8. El gobierno de Fox utiliza todos los recursos del Estado para tratar de fortalecerse en el interior con sus viajes al exterior, y así poder defender mejor los intereses que representa, pero esto no le garantiza ningún éxito. La Exposición de arte prehispánico, por ejemplo, no busca promover los intereses "de México", sino darle mayores espacios políticos a Fox y por ello al organizarla su gobierno violó todos los principios en materia de preservación del patrimonio nacional y envió un número sin parangón de piezas valiosísimas que ningún país expondría, mucho menos con objetivos políticos.
9. La lección de esta gira es muy clara para los mexicanos, pues el problema no está en que Fox pueda relegirse, según anunció en Londres, pretensión en la que va a fracasar, como muchos otros, sino que en nuestro marco legal no existen en manos de la sociedad los mecanismos para destituir a quien gobierna para defender los intereses del exterior, privilegiar a unos cuantos y vender al país, y que se ufana de pasearse por el mundo haciendo gala de la ineptitud y de la corrupción de su régimen.
10. Ante el fracaso de los partidos para rencauzar el rumbo del país, es el pueblo el que está resistiendo a las políticas oficiales y eso también marca el nerviosismo del gobierno.
