Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 15 de noviembre de 2002
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Espectáculos

El público tapatío le perdonó su voz cansada cuando interpretó Granada

Lo mejor del recital de Pavarotti en Guadalajara ocurrió fuera de programa

Para muchos fue una presentación sensacional; para otros, el ocaso de una gran voz

CAYETANO FRIAS FRIAS CORRESPONSAL

Guadalajara, 14 de noviembre. Lo mejor del recital del tenor Luciano Pavarotti se tuvo fuera de programa, cuando a la calidez del público tapatío que le perdonó su voz cansada -a leguas se nota pasó sus mejores momentos-, el tenor respondió entonando Granada, La dona e mobile, de Rigoletto, y El brindis de La Traviata.

La noche del miércoles, luego de que fuera pospuesta la función del martes a causa de una tormenta al atardecer, que rasgó la carpa instalada sobre un campo de futbol, dañó los vestidores y las instalaciones eléctricas, el productor Juan Escalante explicó a los medios de comunicación que cuando Pavarotti se enteró, mostró toda la disposición a quedarse un día más y brindar a Guadalajara el concierto prometido.

Pero una vez pasado el evento, las reacciones del público fueron disímbolas: algunos calificaron la actuación del tenor de "sensacional", como el gobernador Francisco Ramírez Acuña, mientras otros lamentaron haber acudido a presenciar cómo la voz de Pavarotti perdió su potencia y pasó trabajos para alcanzar las notas altas.

Sin embargo, la mayoría coincidió en que la noche fue salvada por la soprano Analissa Raspagliosi, quien no es la primera vez que actúa al lado del italiano, mientras que al piano estuvo el maestro Leone Magiera, que entre sus lauros ostenta ser director invitado de la Opera de Bonn.

En una noche helada, en la primera parte del programa Pavarotti cantó Per la Gloria d'adoravi, siguió con Dolente imagine di fille mia, para salir del escenario y cosechar aplausos que se escucharon más bien tímidos.

El tenor dio paso para que la soprano Analissa Raspagliosi cantara Vaga luna che inargenti, logrando buena química con el público, que la reconoció hasta ese momento con el aplauso más prolongado. Volvió el tenor e hicieron dueto con O soave fanciulla, para ir al intermedio.

Tras 40 minutos, volvió Pavarotti al escenario con Serenata, siguió Raspagliosi con Chanson de l'adieu y cerró el tenor con Non t'amo piú. La gente pidió con aplausos prolongar el programa y fue cuando se vivió la mejor parte de la noche, pues incluso el tenor los invitó a tararear El Brindis, que sirvió para despedirse.

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