Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 23 de noviembre de 2002
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Espectáculos

Empezaría a funcionar el próximo año en el Conservatorio de las Rosas

Presentó Juan Alzati proyecto de licenciatura de jazz en Michoacán

Actualmente emprende rescate de la música de la zona purépecha

ANTONIO MALACARA ESPECIAL

Desde siempre Michoacán ha sido un lugar hecho de música. En la actualidad, todos hemos escuchado del prestigio internacional del Conservatorio de las Rosas (fundado en 1743 y, por tanto, el más antiguo de Latinoamérica) o de los Niños Cantores de Morelia, o de las guitarras de Paracho. Pero de igual manera, en esta globalizada actualidad ya casi nadie voltea hacia la enorme tradición musical del pueblo michoacano.

Bastaria con decir que en estas tierras (y en las de Jalisco) nació el son abajeño, interpretado originalmente por un conjunto de cuerdas (vihuela, guitarra de golpe, arpa y violín), que ya en el siglo XX, con la inclusión de las trompetas, se convirtió en el mariachi contemporáneo. Pero en Michoacán se han gestado también géneros tan importantes como la pirecua, la valona, el son de arpa grande y varias vertientes del son de tierra caliente. Además, es ahí donde todavía se conservan los patrones tradicionales del son abajeño, olvidados ya en Jalisco y Colima.

La musica, digamoslo también, es una constante e ininterrumpida retroalimentación de géneros y sonidos. Podríamos irnos varios siglos atrás y hablar de la country dance en Inglaterra, que al llegar a Francia se convirtió en contradance, para después aparecer en España como contradanza y llegar años después a América, donde los cubanos la convirtieron en danzón.

Mejor volvamos a Michoacán, donde las fusiones, las influencias y los desplazamientos culturales y musicales están a la orden del día. En las "altas" esferas musicales, se mantiene vigorosamente el clasicismo con la Orquesta Sinfónica del Estado, la Orquesta de Cámara de la Universidad y la Orquesta Sinfónica del Conservatorio, además del Ensamble de las Rosas, con repertorio de música académica contemporánea; pero ya más "abajo", el movimiento de la música popular sigue inyectando su magia en la vida cotidiana de purépechas y mestizos.

Uno de los músicos más importantes que ha surgido en estas tierras (el más importante en estos días) es Juan Alzate, artista del saxofón que divide su tiempo como maestro (del Conservatorio y de la Escuela de Música de la Universidad) y como músico de jazz (La Jornada 16/02/02). Como buen jazzista, Juan navega entre lo académico y lo popular, y con él platicamos acerca de un impresionante proyecto que acaba de iniciar, y que ilustra ampliamente los movimientos musicales de que hemos hablado.

"En Morelia la oferta musical es fuerte, pero en la cuestión clásica. Lo que seguiría en cuanto a movimiento, es la trova; después sería el rock y sus derivados, y un punto aparte es la música popular de fiestas, que es muy fuerte, pero es muy periférico el movimiento de ellos."

Entre el interés y la disciplina

-Bien, pero vamos a hablar de jazz. La primera sorpresa que me llevé fue enterarme de que aquí sólo tú y el Cuarteto de Jazz de la universidad están abordando el género. ƑPor qué?

-Mira, ese es un rollo muy especial. Sí existe interés de muchos músicos, de muchos estudiantes, por acercarse al jazz, pero yo me he encontrado con la barrera de que cuando ya uno los empieza a meter en la disciplina de lo que implica esto... porque existe un falso concepto, sobre todo entre los clásicos que no están muy cercanos, que el jazz es pura libertad; y sí, pero es una libertad hasta cierto punto controlada, con mucha disciplina. Entonces yo les digo que al principio es muy demandante, muy exigente, y sobre todo hay que romper muchas barreras mentales en la cuestión del aprendizaje. Pero una vez que lo aprendiste, lo asimilaste, lo hiciste tuyo, entonces puedes volar a donde tú quieras. Pero es ahí, en el proceso, donde empiezan las dificultades.

-ƑComo es entonces que estás a punto de iniciar aquí una licenciatura en jazz?

-Bueno, esto viene a razón de que, previamente, en 1996 y en 1999, hicimos unos talleres de jazz aquí en el Conservatorio, patrocinados por el Fideicomiso para la Cultura México-Estados Unidos. En el primer taller pudimos traer gente de Berkley, y para el segundo vino gente ya más independiente pero también de primer nivel. Tuvimos muchísima gente.

-ƑTodos de aqui?

-No. De aqui y de todo el país. Fueron más de 100 alumnos en el primer taller y más de 200 en el segundo. Fue tremenda la demanda. A la escuela le surgió desde entonces la idea de hacer ya algo específico para el jazz, pero hasta ahora las autoridades me pidieron que hiciera un proyecto para una posible licenciatura, que de ser aprobada, empezaría a funcionar a partir del próximo año escolar.

-Me habias platicado también que los conciertos de jazz que se han organizado aquí se llenan totalmente, y toda esa gente es de aquí. Entonces, evidentemente, hay una buena demanda, pero la oferta local de jazz es muy poca. ƑSerá que la tradición de música sinfónica que tiene Morelia jala el interés de los cientos de chavos que estudian en el conservatorio y la universidad?

-Claro, porque esta es la oferta educativa que hay, y al no tener alternativas, se concentran en ello.

Reposicionando al saxofón

-Vamonos ahora con el proyecto de PACMYC que acabas de iniciar en la zona purépecha. ƑDe qué se trata?

-Es una convocatoria que lanzamos en los diferentes lugares de la región purépecha, donde hay una tradición de banda muy fuerte. Estamos convocando a todos los músicos que estén interesados para que aprendan las herramientas jazzísticas, desde la improvisación, el fraseo, la construcción melódica, la rítmica, el trabajo de ensamble como se hace en el jazz, para que posteriormente ellos lo puedan aplicar a su música.

-Sabemos que la tradición musical purépecha es muy fuerte, pero me comentabas que algunas zonas ya están demasiado influenciadas por lo que es la banda sinaloense. ƑCómo se ha dado esto?

-Bueno, en el curso que di el verano pasado en un centro de capacitación musical de esta región, uno de los puntos enfáticos que me propuso la escuela fue tratar de incentivar a los muchachos hacia el estudio del saxofón, porque muchos se estaban cambiando al clarinete debido a esta influencia sinaloense, y en la música tradicional purépecha el saxofón es importantísimo; están dejando al saxofón de lado para dedicarse nada más al clarinete estilo Sinaloa, ni siquiera al clarinete en su propia tradición.

-Esto quiere decir que la moda imperante está haciendo que, de alguna manera, vaya desapareciendo la música tradicional purépecha.

-Asi es. Y no nada más aquí en Michoacán, lo mismo está sucediendo en Oaxaca y en los lugares donde hay tradición de banda. La permeabilidad de esto ha sido tremenda. Entonces, queremos parar un poco esta influencia, y para empezar queremos darle mucha fuerza al saxofón, que en el jazz es un instrumento vital. Pretendemos darles estas herramientas a los saxofonistas y a los instrumentistas de otro tipo de alientos, hasta abarcar a los instrumentos en general. Por lo que he experimentado, estas herramientas son más cercanas a ellos que la música estrictamente académica; el jazz es más cercano en la forma de abordarlo, en la forma de poder tocarlo y poder desarrollarlo.

-Entonces, independientemente de compartir con ellos las herramientas del jazz, también sería una forma de motivar el rescate o la preservación de sus tradiciones.

-Claro que sí, es un poco el rescate, pero también que estos músicos tengan la posibilidad de recrearla y de hacerla incluso un poco más cercana a estas nuevas generaciones, que puedan retomar el son abajeño tradicional, que puedan retomar la instrumentación original, que cada día se ha ido perdiendo más. Al referirme a la instrumentación tradicional, bueno, evidentemente me refiero a los saxofones, pero también ha habido una pérdida de las orquestas de cuerda, que en la región purépecha eran bastante comunes, y ahorita ya son muy contadas las que tocan en esta tradición; y también aprovechar la línea melódica de las pirecuas, y de ahí retomarlas como un motivo musical para poder desarrollar, poder improvisar y poder hacer.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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