Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 26 de noviembre de 2002
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Creciente tráfico ilegal de flora y fauna

En 10 años se vendieron 700 mil loros cabeza amarilla; ahora quedan 7 mil

ANGELICA ENCISO

El tráfico de flora y fauna está en el tercer lugar de importancia en México, después de los narcóticos y armas. Ejemplo de ello es que en la última década se comercializaron ilegalmente alrededor de 700 mil loros cabeza amarilla y se estima que en este momento sólo quedan unos siete mil en su hábitat natural, por lo que la ave está considerada en riesgo de extinción.

Frente a esa situación se buscó incorporar esta y otras especies bajo protección especial en la asamblea de la Convención sobre el Comercio Internacio- nal de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) que se realizó en Santiago de Chile hace unos días, explicó el procurador del Medio Ambiente, José Campillo García.

El funcionario, que asistió con la representación mexicana, dijo que se avanza en la protección internacional de especies como el tiburón ballena, el tiburón peregrino, la tortuga carey, el caballito de mar y la caoba, y que el país se cuenta entre los 10 de mayor riqueza biológica en el mundo.

Por su parte, el embajador Andrés Rozental detalló que México llevó al encuentro propuestas sobre la protección de esas y otras variedades; rechazó la comercialización de la tortuga carey -iniciativa que llevaba el gobierno cubano- y cerró el camino a la demanda de Suiza de eliminar de la convención las pruebas de ADN que provienen de la diversidad biológica, lo cual hubiera favorecido la biopiratería.

Las especies que ampara el CITES se incluyen en tres apéndices, según el grado de protección que requieren: el primero incluye todas las especies en peligro de extinción; el segundo abarca las que deben tener un comercio controlado, y el tercero las que están protegidas en por lo menos un país.

Campillo García aseguró que se ha intensificado el combate a las bandas que trafican especies y las operaciones sorpresivas en los sitios conocidos como mercados de flora y fauna, pero destacó que si éstos existen es porque hay una demanda importante de este tipo de especies.

Puntualizó que de las denuncias presentadas en torno a delitos ambientales, 15 por ciento -alrededor de 100- corresponden al tráfico de especies. Agregó que a los narcotraficantes también se les han decomisado especies bajo protección especial, sobre todo exóticas.

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