Silvio Rodríguez charló con miles
de asistentes a la FIL
''El afecto de los jóvenes por Cuba me fortalece''
El sentir de los mexicanos no es el del canciller, le
comentan; ''estamos aquí porque lo sabemos'', responde el músico
CAYETANO FRIAS FRIAS CORRESPONSAL
Guadalajara, Jal., 1o. de diciembre. El cantante
y poeta cubano Silvio Rodríguez, acostumbrado a provocar emociones,
esta vez fue el emocionado, al expresar que las manifestaciones de respaldo
a Cuba son para él un gran nutriente: ''este intercambio, estos
gritos, estos jóvenes que claman por Cuba, por la Cuba revolucionaria,
esto, aunque ustedes no lo crean, me fortalece".
Cuando llegó fue recibido con aquel lema casi olvidado
de ''¡Cuba sí, yanquis no!''. Más tarde una
mexicana le externó su vergüenza por la actitud que ha mostrado
el canciller Jorge Castañeda y le aseguró que el sentir de
los mexicanos es otro, a lo que Silvio respondió: "El que estemos
aquí es una demostración de que lo sabemos. Al menos algunos
cubanos".
En
un verdadero acto multitudinario de comunión latinoamericana se
convirtió el encuentro del trovador cubano con los jóvenes.
La cantidad de asistentes obligó a los organizadores
a retirar mamparas para que casi 3 mil personas accedieran a la charla.
En la conversación hubo tiempo para que se hablara
de amor, política, revolución, música, cultura y solidaridad
latinoamericana, y hasta para que cientos de voces entonaran las Mañanitas
a Silvio Rodríguez por su cumpleaños 56.
Silvio rememoró cuando se alistó en el ejército,
aprendió a rasgar las cuerdas de la guitarra y a escribir versos,
en un afán de imitar a los poetas, ''como seguramente la mayoría
de los que están en esta sala han hecho''.
El cantante, flanqueado por Leo Brauwer y Roberto Fernández
Retamar, relató que ha estado retirado de los escenarios por dos
años y por eso ha sido difícil su reincorporación,
pero sobre todo ''porque no es fácil ser interlocutor de tantos
seres humanos''.
Luego escuchó la petición de unos jóvenes
venezolanos de que escribiera una canción para la revolución
bolivariana de Hugo Chávez, de unos muchachos guatemaltecos de que
los enseñara a ser revolucionarios y el agradecimiento de dos chilenas
por su contribución mediante la música al desmantelamiento
de la dictadura de Augusto Pinochet.
''Son ustedes, sobre todo la juventud guatemalteca, un
legado largo de mucha lucha que se ha realizado, de mucha sangre que se
ha derramado. Ustedes tienen que recoger ese legado con valentía,
pero también con inteligencia. No se pueden dejar cegar; tienen
que usar la inteligencia y tienen que ver, jugar, con las probabilidades
de los tiempos", les recomendó Silvio.
A los jóvenes venezolanos les dijo que estará
algún día con ellos. A las chilenas les devolvió el
halago y les confió que en alguna ocasión estuvo a punto
de entrar clandestinamente para combatir a Pinochet.
Al despedirse les pidió a todos estar en la explanada,
donde con Leo Brauwer brindó un concierto, aunque adelantó:
"no cantaré mucho".