Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 2 de diciembre de 2002
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Cultura
Silvio Rodríguez charló con miles de asistentes a la FIL

''El afecto de los jóvenes por Cuba me fortalece''

El sentir de los mexicanos no es el del canciller, le comentan; ''estamos aquí porque lo sabemos'', responde el músico

CAYETANO FRIAS FRIAS CORRESPONSAL

Guadalajara, Jal., 1o. de diciembre. El cantante y poeta cubano Silvio Rodríguez, acostumbrado a provocar emociones, esta vez fue el emocionado, al expresar que las manifestaciones de respaldo a Cuba son para él un gran nutriente: ''este intercambio, estos gritos, estos jóvenes que claman por Cuba, por la Cuba revolucionaria, esto, aunque ustedes no lo crean, me fortalece".

Cuando llegó fue recibido con aquel lema casi olvidado de ''¡Cuba sí, yanquis no!''. Más tarde una mexicana le externó su vergüenza por la actitud que ha mostrado el canciller Jorge Castañeda y le aseguró que el sentir de los mexicanos es otro, a lo que Silvio respondió: "El que estemos aquí es una demostración de que lo sabemos. Al menos algunos cubanos".

En un verdadero acto multitudinario de comunión latinoamericana se convirtió el encuentro del trovador cubano con los jóvenes.

La cantidad de asistentes obligó a los organizadores a retirar mamparas para que casi 3 mil personas accedieran a la charla.

En la conversación hubo tiempo para que se hablara de amor, política, revolución, música, cultura y solidaridad latinoamericana, y hasta para que cientos de voces entonaran las Mañanitas a Silvio Rodríguez por su cumpleaños 56.

Silvio rememoró cuando se alistó en el ejército, aprendió a rasgar las cuerdas de la guitarra y a escribir versos, en un afán de imitar a los poetas, ''como seguramente la mayoría de los que están en esta sala han hecho''.

El cantante, flanqueado por Leo Brauwer y Roberto Fernández Retamar, relató que ha estado retirado de los escenarios por dos años y por eso ha sido difícil su reincorporación, pero sobre todo ''porque no es fácil ser interlocutor de tantos seres humanos''.

Luego escuchó la petición de unos jóvenes venezolanos de que escribiera una canción para la revolución bolivariana de Hugo Chávez, de unos muchachos guatemaltecos de que los enseñara a ser revolucionarios y el agradecimiento de dos chilenas por su contribución mediante la música al desmantelamiento de la dictadura de Augusto Pinochet.

''Son ustedes, sobre todo la juventud guatemalteca, un legado largo de mucha lucha que se ha realizado, de mucha sangre que se ha derramado. Ustedes tienen que recoger ese legado con valentía, pero también con inteligencia. No se pueden dejar cegar; tienen que usar la inteligencia y tienen que ver, jugar, con las probabilidades de los tiempos", les recomendó Silvio.

A los jóvenes venezolanos les dijo que estará algún día con ellos. A las chilenas les devolvió el halago y les confió que en alguna ocasión estuvo a punto de entrar clandestinamente para combatir a Pinochet.

Al despedirse les pidió a todos estar en la explanada, donde con Leo Brauwer brindó un concierto, aunque adelantó: "no cantaré mucho".

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