CUETLAXOCHITL

Se conoce como flor de Pascua, flor de Navidad y nochebuena; su nombre técnico es Euphorbia pulcherrima. En náhuatl, cuetlaxóchitl significa flor de piel. Es originaria de México; se encuentra silvestre en los estados de Guerrero y Chiapas, y en los distritos de Tehuantepec y San Carlos, Oaxaca. En zoque es aijoyó, y en zapoteco gule-tiini. En Durango se le denomina bandera.

Es un arbusto ramoso, de tallos huecos, que puede alcanzar hasta cuatro metros de altura; tiene hojas de bordes ondulados en las que se aprecian las nervaduras. Un aspecto interesante es el que las flores son pequeñas; lo que hace vistosa a la planta, son las hojas que las rodean, pues en esta temporada cambian su color del verde a un rojo intenso. Hay, además de la popular nochebuena roja, otras que son blancas, rosadas, amarillas y jaspeadas.

Si se desea conservarlas para el año siguiente, se recomienda podarlas una vez que termina la floración, en mayo, cuidando de hacerlo cerca de los nudos y dejando el tallo de unos 10 centímetros de alto. Cuando tienen agua en exceso, tienden a perder las hojas; con mucha humedad les nacen hongos. Se reproducen por estaca (pie o codito). La nochebuena, una vez cortada, tiende pronto a marchitarse.

Francisco Hernández escribió entre 1571 y 1576: ''Es un árbol mediano con hojas de tres puntas y sinuosas por uno y otro lado, y flores rojas muy grandes, sumamente parecidas, exceptuando el color, a las hojas mismas del árbol. Las hojas aumentan la leche a las nodrizas, aun a las ancianas, sea que las coman crudas o cocidas a modo de hortaliza, o que laman el látex que sale de ellas. Nace en cualesquiera regiones, sean frías o ardientes, y adorna alegre y hermoso el huerto de los indios''. Tambien registra datos de otra forma amarilla.

Durante el siglo XIX, la cuetlaxóchitl se difundió por el hemisferio norte en el mundo occidental. Su floración en esta época, el color y persistencia de sus hojas y la resistencia de la planta, han propiciado que se le identifique como símbolo de la Navidad en varios países. En México se generalizó su uso hacia la mitad del siglo pasado; antes apareció en ilustraciones y tarjetas navideñas.

Aparte de su belleza y aprovechamiento ornamental, tiene otros usos. Maximino Martínez señala que en la medicina tradicional, además de usarse para aumentar la producción de leche materna, el jugo lechoso se utilizó como depilatorio. Francisco Santamaría registró que las hojas se emplean como cataplasma. Heriberto García Rivas comenta que los mexicas obtuvieron previa molienda, cocimiento y filtración de las hojas rojas, colorante para algodón.

''Hay unos árboles en las florestas que se llaman cuetlaxúchitl, que cuando quiebran las ramas destos árboles mana dellas leche o un humor blanco como leche. Estos árboles crían unas flores que se llaman cuetlaxúchitl, las hojas de las cuales son como hojas de cerezo; pero muy coloradas y blandas. Tienen colorado muy fino; pero no tienen ningun olor. Son hermosas; por eso son preciadas."
 


Bernardino de Sahagún



 


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