El Prestige aún almacena 55 mil toneladas de hidrocarburo

Nueva marea negra amenaza costas de Galicia y el Cantábrico

ARMANDO G. TEJEDA

Madrid, 11 de diciembre. Una nueva marea negra amenaza las costas de Galicia y el mar Cantábrico, la tercera desde que el pasado 19 de noviembre se partió en dos el buque petrolero Prestige que, cargado con 77 mil toneladas de hidrocarburo, provocó una catástrofe social, económica y ecológica sin precedente en esta región.

Pero el presidente del gobierno español, el conservador José María Aznar, consideró que hay cosas peores, "como las de la insolidaridad, la demagogia y el oportunismo", cuando fue acusado por la oposición debido a su gestión, o la falta de ella, durante la crisis.

A la amenaza que ya constituye el Prestige -partido en dos a unos 3 mil 500 metros de profundidad, a unas 200 millas de las costas gallegas y con 14 grietas por las que expulsa alrededor de 125 toneladas de combustible al día- se sumó hoy la posible llegada de vientos y lluvias.

Con las lluvias se dificultarían las labores de limpieza, mientras que con los vientos se teme que la enorme mancha negra localizada en la zona del hundimiento, con 55 por 20 kilómetros de extensión, se aproxime a las costas gallegas, asturianas, cantábricas y vascas. En el buque todavía hay almacenadas más de 55 mil toneladas de hidrocarburo, que de seguir dispersándose como hasta ahora contaminarían el mar de durante tres años.

La empresa holandesa Smit International -que ayudó a recuperar el submarino ruso Kursk- presentó un plan para tapar las grietas del petrolero y bombear el crudo almacenado en su interior, con un costo de unos 50 millones de dólares y con un plazo máximo de tres meses, pero todavía no ha habido respuesta del gobierno.

Para luchar contra la nueva marea negra, más de 4 mil barcos se desplegaron por la costa para extraer el hidrocarburo y para formar una barrera anticontaminación. Los miles de pescadores, que ahora cuentan con el apoyo de unos 7 mil militares, también intentarán proteger las costas y las playas con barreras. Sin embargo, desde la cofradía de O Grove se denunció que todavía hacen falta más medios, sobre todo mascarillas, botas, guantes y trajes de agua para los voluntarios.

Mientras tanto, la organización ecologista Greenpeace y científicos de las universidades gallegas exigieron a la industria petrolera que además de asumir los daños directos por este desastre y a corto plazo, se hagan responsables de los "costos de recuperación de los ecosistemas afectados". Greenpeace consideró "imprescindibles" cambios en la legislación y el endurecimiento de las normativas de transporte marítimo. Los representantes de las universidades gallegas denunciaron que las investigaciones que realizaron tras el accidente fueron ignoradas por las autoridades. Además, lamentaron la falta de información del gobierno español, mientras trabajan con datos facilitados por organismos portugueses y franceses.

En el Congreso español, entre tanto, se celebró la primera sesión de control al gobierno desde que inició, hace 25 días, la crisis ecológica. Aznar, que sostuvo que "el gobierno ha puesto los medios necesarios y con la mayor rapidez posible para afrontar la catástrofe", rechazó que su gestión haya sido tardía e ineficiente, como señala todo el arco opositor.

"Estamos preparados para afrontar las consecuencias por dura y larga que sea la lucha, estamos trabajando donde se produjo el hundimiento del barco y estamos trabajando con un comité científico que tiene que tomar las decisiones", afirmó Aznar.

Gaspar Llamazares, líder de Izquierda Unida, acusó al gobierno "en primer lugar de no haber prevenido el accidente, de no haber traspuesto la legislación española. En segundo lugar le acusamos de haber enviado el barco al mar como se envía el petróleo a un vertedero, provocando una aún mayor catástrofe ecológica; le acusamos de debilitar al Estado y dejar inerme a la sociedad civil con su política liberal; también le acusamos señor presidente de hablar con eufemismos, como manchas e hilillos de chapopote, que finalmente han provocado una catástrofe ecológica sin precedentes"

José Luis Rodríguez Zapatero, líder de la oposición socialista, consideró que "en democracia, la mayor deslealtad, señor Aznar, es el engaño a la ciudadanía, la mentira hace tanto daño como la marea negra y después del abandono de las funciones que han hecho como gobierno se ha permitido el lujo de acusar a la oposición de deslealtad."