Aseguran que Canacine y Concamin buscan proteger a la industria de Estados Unidos

Erró el Senado al negar el apoyo al cine nacional, afirman cineastas

La Cámara alta rechazó las reformas porque únicamente escuchó a los exhibidores, expresan integrantes de la comunidad cinematográfica

JUAN JOSE OLIVARES

"Los enemigos del cine mexicano están en casa y tienen el poder económico y político." Esta es una de las frases que en voz de Víctor Hugo Rascón Banda, presidente de la Sogem, se escucharon ayer en la reunión efectuada en la sede de la Sociedad Mexicana de Directores, a la que convocaron los sectores de la comunidad cinematográfica de México luego del desplegado publicado por la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica y del Videograma (Canacine) y la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin), en el que se oponen a las modificaciones a las leyes federales de Derechos y de Cinematografía (entre las que destacan otorgar un peso de taquilla por cada entrada a fondos para producir cine mexicano) que hicieron diputados federales y que el martes por la tarde rechazó la Cámara de Senadores.

Esta es la historia: diputados de todos los partidos propusieron, entre otras modificaciones, que se destine un peso de cada boleto de las taquillas a la producción de películas mexicanas. Luego la comunidad del cine aplaudió la decisión, pero quienes "no aman al cine" -diría ésta- reaccionaron en contra al publicar el desplegado, "sin más razones que su interés de proteger al cine estadunidense y evitar que en México se tenga un industria. Esgrimen una falacia al decir que es anticonstitucional la decisión de la Cámara baja".

La reforma, "anticonstitucional"

La reforma pasó luego a la Cámara de Senadores, donde el martes se rechazó en sesión plenaria (se publicó en su gaceta oficial) la propuesta del peso en taquilla, argumentando que es "anticonstitucional. Fue una acción de un instante y con dispensa de trámite el rechazo a la propuesta; sólo escucharon a los exhibidores", comenta la comunidad. Cabe señalar que sólo el senador panista Javier Corral Jurado votó en favor.

Por su parte, la Concamin dice en su desplegado que esas propuestas "no se han consultado ni concertado con la industria, y que adolecen de graves defectos, que afectan al público subiendo el costo de boleto en taquilla, con el fin de que el gobierno se convierta en productor de cine. Generan inseguridad jurídica y promueven incentivos perversos que podrían contagiarse a otras industrias", entre otros puntos.

En voz de Rascón Banda, la comunidad afirma: "Durante tres días intentamos entrevistarnos con tres líderes de las fracciones parlamentarias. Entendemos que sólo quienes desean que el cine estadunidense sea la única opción para los mexicanos pueden estar en contra de que se haga cine nacional. El peso en taquilla no lo iban a pagar los exhibidores. Lo iban a hacer los espectadores. No era un impuesto al cine. Era un derecho contemplado en la ley federal de derechos. Temían que Hacienda se metiera en sus taquillas a la hora de reportar el peso".

Agrega: "Se ahuyentará a la gente de las salas, decían, pero no ocurrió así cuando aumentaron de cuatro pesos a 35 la entrada. El público no se fue. No tenemos el poder económico ni el poder de cabildeo, sólo la palabra. El senado no sólo puede escuchar al capital. Tiene que escuchar a los abogados constitucionalistas, a la comunidad cinematográfica, no sólo a los empresarios desnacionalizados que defienden intereses mercantiles."

Ahora, argumenta, "sólo le queda un camino al Congreso: aprobar un punto de acuerdo en el que se destinen recursos para el Fidecine y el Foprocine en el presupuesto de 2003. Los legisladores tiene la obligación legal de dotar de recursos suficientes al cine nacional. Si no fue por el peso en taquilla, deberá ser como asignación directa presupuestal.

"La de ayer es una lección amarga que no nos desanima. Al contrario, nos alienta. Nadie cree que a los exhibidores les esté preocupando el peso de la taquilla. Nos alarmó el desplegado, porque lo firma la Canacine. Creemos que apantallaron a la Cámara de Senadores por el contenido del desplegado, pero lo que no dicen es que ellos (los distribuidores y exhibidores) también pertenecen al Fidecine, que tiene un comité técnico formado por productores, exhibidores, distribuidores, sindicatos, Hacienda e Imcine, por lo que no son ajenos a cualquier proyecto de fondeo del cine mexicano."

Es bueno recordar el apoyo oficial que se da en otros países al cine. En Argentina, país abatido por la crisis, su ley cinematográfica estipula la creación de un fondo de fomento, que se forma con un impuesto equivalente al 10 por ciento aplicable sobre precio básico de toda localidad o boleto entregado gratuitamente.

Es necesario precisar el argumento de la Cámara alta, pues esgrime el punto de que el cine no es un servicio público y, por tanto, no es un derecho como el pago de agua, luz, un servicio. Y las comisiones de la Cámara de Senadores, que turnarán de nueva cuenta a las de diputados la propuesta, estiman conveniente que los apoyos al Fidecine y al Imcine se realicen en las partidas presupuestales correspondientes. Dar los recursos en partidas directas. "Avientan la pelota a la otra cámara y le dejan el paquete", dice la comunidad, que estuvo representada por Víctor Hugo Rascón Banda y María Rojo (representando a la Academia de Ciencias y Artes Cinamatográficas); Bernardo Ruiz, de la Sogem; Sergio Olhovich, de la Sociedad Cooperativa de Cine y Video; Alfredo Gurrola, del Sindicato de Directores; Emilia Carranza, por la ANDI; Gilberto Gascón, de la Sociedad de Directores; Lilia Aragón, de la ANDA; Humberto Escamilla, por el Sindicato de Técnicos y Manuales, y el productor Rubén Galindo, así como Marcela Fernández, del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica.