Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 15 de diciembre de 2002
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Economía

José Antonio Rojas Nieto

Los avatares del precio del gas natural

En 2001 nuestros vecinos del norte generaron 4 millones de gigavatios hora de electricidad, es decir, 4 millones de millones de kilovatios hora. En México se generaron cerca de 220 mil millones de kilovatios hora (5.5 por ciento de aquel volumen) que, luego de pérdidas y usos ilícitos, se utilizaron para resolver nuestras necesidades domésticas, comerciales, agrícolas, industriales y de transportación eléctrica.

Por curioso que parezca, en ambos países la electricidad satisface 15 por ciento de las necesidades finales de energía. Sólo que con diferencias significativas en cuanto a los combustibles utilizados para producirla; en 2001 poco más de la mitad de la electricidad de nuestros vecinos provino del carbón; la quinta parte de la energía nuclear; casi otra quinta parte del gas natural; 6 por ciento del agua, y apenas 3 por ciento de fuentes alternativas.

En nuestro caso lo nuclear representó 5 por ciento en 2001; el carbón poco más de 11; la hidro, 15 por ciento; el gas natural, 19 por ciento, y el combustóleo, 50 por ciento.

Para bien y o para mal nuestra estructura de generación tiende a darle importancia creciente al gas.

Para bien porque es más limpio y hoy día la tecnología de ciclos combinados a gas natural sólo desperdicia entre 40 y 50 por ciento del calor primario utilizado; en cambio, los equipos tradicionales desperdician entre 60 y 70 por ciento.

Esa impresionante eficiencia baja significativamente los costos de producción. En manos privadas eso significa grandes negocios. En manos públicas debe representar tarifas más bajas.

Sin embargo, también hay que decir que para mal nos orientamos al gas porque -al menos por el momento- no tenemos suficiente como para sustentar nuestra expansión eléctrica en este combustible. De hecho, cada día importamos más.

A octubre de este año hemos importado un promedio diario de 585 millones de pies cúbicos de gas, la cuarta parte de nuestro consumo final. Más aún, los pasados meses se han superado los 700 millones de pies cúbicos al día de importaciones. En 1999 importamos 149 millones de pies cúbicos al día; en 2000, 231 millones, y en 2001, 292. Ascenso dramático.

Similarmente dramático ha demostrado ser el esquema de determinación interna de precios. Y no es que resulte obvio cuestionar el principio del costo de oportunidad, porque, sin duda, podríamos caer en una propuesta simplista de precios subsidiados.

Pero no es fácil explicar por qué en el mes de enero de 2003 es muy probable que en el Valle de México nuevamente paguemos el gas natural a cerca de dos pesos por metros cúbico, olvidando que en febrero de este mismo año lo pagamos a menos de 60 centavos.

Y todo porque el precio de referencia en el sur de Estados Unidos ya supera los cinco dólares por millón de unidad térmica británica (una Brithish Termal Unit equivale a un cuarto de kilocaloría, y un metro cúbico de gas mexicano a 9 mil kilocalorías) luego de un ascenso continuo durante todo el año, que hizo crisis recientemente, por la lógica perversa en la que se han inscrito tanto su oferta como su demanda, radicalmente distintas a las nuestras y cada vez más alejadas de nuestra realidad.

Así lo demuestra ese ascenso vertiginoso de precios de los días recientes, no sólo por la llegada del invierno y el alto consumo para calefacción sino, en estos momentos, por la mayor demanda esperada de este combustible para generación eléctrica en la zona Pacífico del vecino país. Y esto porque los riquísimos embalses hidráulicos de los estados de Washington, Oregon y California, que en 2001 generaron más de la mitad de la electricidad de origen hidráulico en Estados Unidos, hoy se encuentran en uno de los niveles más bajos de su historia reciente (cerca de 60 por ciento), lo que obliga a enfrentar una nueva crisis de escasez de electricidad con generación a gas natural.

Pero también lo demuestra el hecho de que el precio interno del gas natural el mes pasado, que normalmente se conoce los primeros días del mes, fue dado a conocer hasta la segunda quincena. ƑPor qué? Pues porque no fue publicado uno de los índices de referencia que se utilizan para su determinación, entre otras cosas por la creciente desconfianza que se ha desplegado en los tabuladores de precios estadunidenses, entre otras cosas por lo que el gobernador de California, Gray Davis, caracteriza como una de las dinámicas especulativas más intensas ocurridas en Estados Unidos, la misma que atacó a California y cuyas resultantes legales aún se discuten en los juzgados.

Bueno, pues esas mismas cotizaciones -sujetas hoy a esa inercia especulativa en Estados Unidos- son las que sirven para fijar el precio interno en México.

Estos simples ejemplos pueden demostrar que en el caso del gas natural -su disponibilidad y su precio- hay varios problemas muy delicados no resueltos. šVaya que los hay!

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