Crece la lista de empresarios interesados en invertir en la reserva de la biosfera

Especulación turística en Montes Azules

La estación de observación biológica de la UNAM en la zona se ha convertido en hotel

JOSE ANTONIO ROMAN

San Cristobal de Las Casas, Chis., 16 de diciembre. El gobierno pretende desalojar Montes Azules mientras permite y estimula proyectos turísticos de lujo que ni siquiera se promueven en México. O de cómo se van perfilando los planes que tienen para la región sus "salvadores" oficiales y oficiosos. Un fantasma recorre sus proyectos: el recuerdo de Acteal y el desplazamiento forzado de miles de indígenas en los Altos de Chiapas.

A pesar del silencio en los medios locales respecto a los desalojos anunciados, el diputado local y dirigente del Partido Verde Ecologista de México, Manuel Velasco Coello, hizo público su desacuerdo con Víctor Lichtinger e Ignacio Campillo, titulares de Semarnat y Profepa, respectivamente, de quienes dijo que "quieren desestabilizar al estado en momentos que existe calma".

Entre los primeros desalojos del gobierno federal estarán los que centrarán su acción contra los asentamientos de bases zapatistas ubicados en Montes Azules, adonde llegaron desplazados por el cerco del Ejército y la violencia de los grupos paramilitares que operaban en las inmediaciones de la reserva de la biosfera. Asimismo, se operaría contra las comunidades situadas en las márgenes del río Lacantún.

Velasco Coello se manifestó a favor del diálogo y la concertación para "reubicar a las comunidades ubicadas en Montes Azules", pero rechazó el empleo de la fuerza pública. El joven legislador es nieto del ex gobernador Manuel Velasco Suárez, quien impulso el decreto presidencial que creó la comunidad lacandona, documento que está en el origen de todos los problemas de propiedad en la zona. El gobernador Velasco Suárez además fue el "creador" de los grandes asentamientos Frontera Corozal y Nueva Palestina (que en su origen se llamó precisamente Manuel Velasco Suárez); aquel fue el primer experimento de reducción de las comunidades que colonizaron el fondo de la selva lacandona hace tres décadas.

Recalentado por el Plan Puebla-Panamá, el proyecto para construir tres presas hidroeléctricas al sur de la reserva de la biosfera ya proyecta su sombra sobre las comunidades y la selva. Campesinos de la zona lo han denunciado varias veces este año. Estas presas, que el neolenguaje neoliberal llama "plantas generadoras", serían: Huixtán 1 (en los rápidos del río Santo Domingo), Huixtán 2 (Santa Elena) y Quetalli (Chajul).

Las codiciadas aguas del río Lacantún y sus afluentes hacen reverdecer en la imaginación gubernamental viejos proyectos hidroeléctricos de los que milagrosamente se ha salvado la selva lacandona desde los años setenta. De efectuarse las obras planeadas, miles de hectáreas de naturaleza exuberante y decenas de comunidades indígenas serían borradas para siempre.

Por su parte, los "amigos" de la reserva de la biosfera han sido emprendedores, que ni qué. En Chajul operó hasta hace un par de años una estación de observación biológica de la UNAM. Ahora se ha convertido en un hotel de ecoturismo de altura y precios muy elevados. El proyecto, que diversos observadores en la zona atribuyen a la ex secretaria de Medio Ambiente Julia Carabias, es administrado por Espacios Naturales, una asociación civil presidida por el físico José Warman. Participaron en su creación Javier de la Maza (ex director de Areas Naturales Protegidas, dependencia gubernamental) y otros ex funcionarios zedillistas.

Se sabe que Espacios Naturales espera establecer "desarrollos" similares en la laguna Jalisco y en el río Santo Domingo.

El enclave de Chajul forma parte del latifundio oficialmente denominado Comunidad Lacandona. Para su operación turística, los lacandones lo concesionaron a Espacios Naturales. Se trata de un alojamiento con servicios para investigadores y turistas ecológicos que pagan bien. Durante su mandato, el presidente Ernesto Zedillo gustaba practicar buceo en estas aguas.

Como otros "arreglos" con gente de fuera, la concesión de Chajul causa ahora conflicto entre los lacandones. Un grupo de ellos ha expresado inconformidad con el proyecto.

Mientras, crece la lista de empresarios interesados en invertir en Montes Azules y otras partes de la selva lacandona. Ahora se suman los de Xcaret, exitoso desarrollo turístico en el Caribe de Cancún y anexas. Ellos sí saben cómo hacerlo. En todo caso, cómo hacerla.

En tanto, se disipan las brumas del caso de los misteriosos jeeps amarillos que a fines de noviembre se internaron en la selva lacandona tripulados por extranjeros y que provocaron alarma en las comunidades indígenas.

La noche del viernes, el periodista Amado Avendaño Figueroa recibió en sus oficinas la visita del empresario Herbert Castellanos, quien participó en la aventura turística.

Castellanos reveló a Avendaño que la empresa japonesa Isuzu Challenge "organiza caravanas a los lugares más apartados del mundo". En 1998 fue Namibia, en 1999 Vietnam, en 2000 la Patagonia, 2001 los Himalayas y en 2002 la selvas de Chiapas y Guatemala.

Los turistas, según escribe Avendaño en la edición de ayer del diario La Foja Coleta, entraron por San Cristóbal de las Casas hacia Ocosingo, y de allí se dirigieron a Nahá, Bonampak, Ixcán y Montebello, para finalmente internarse en Guatemala, donde el tour terminó el jueves 12 en Tikal.

Amado Avendaño cuenta que Castellanos le mostró fotografías del acto y le notificó que en días pasados recorrieron Chiapas 50 turistas japoneses, israelitas, holandeses, tailandeses, sudafricanos, guatemaltecos y mexicanos. "Nos dice que cada conductor de vehículo le puso la bandera de su país", dice Avendaño, y agrega:

"Revisamos minuciosamente las fotografías y en los 38 vehículos sólo aparecen la bandera israelita y la mexicana. Nos dijo que son turistas de aventura que patrocina la empresa automotriz japonesa, que proporciona los vehículos bajo el lema promocional 'El hombre y la máquina unidos por la naturaleza'.

"Lo malo, nos dijo (Castellanos), es que la empresa tenía programadas otras caravanas al sureste mexicano y las canceló" (después de las publicaciones en prensa sobre el convoy)", concluye Avendaño. Como dato adicional cabe señalar que la concesión de la empresa Isuzu en Guatemala está en manos de los militares de ese país.