Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 17 de diciembre de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Mundo
Califica la huelga de "acción desconsiderada y brutal contra el país"

Condena el ejército venezolano el paro opositor y respalda a Chávez

La oposición vaticinó "días más duros" e instó a las fuerzas armadas a desobedecer

GERARDO ARREOLA ENVIADO

Caracas, 16 de diciembre. En una jornada de tensión que marcó el inicio de la tercera semana de paro parcial en Venezuela, en demanda de la renuncia del presidente Hugo Chávez y un llamado a elecciones, el ejército confirmó su lealtad al mandatario, condenó el movimiento opositor y anunció que la fuerza de la institución impedirá el colapso del país.

El movimiento antigubernamental dislocó este lunes sectores de Caracas y su zona conurbada, al incrementar la pugna por derribar a Chávez con cortes de tránsito y marchas que confluyeron ante la sede de la Brigada Motorizada de la Policía Metropolitana. Se produjeron numerosos choques verbales e incidentes de manifestantes con cuerpos de seguridad leales al gobierno, pero ninguna consecuencia grave.

Por la tarde, el comandante general del ejército, Julio García Montoya, leyó un comunicado en el que condenó el paro opositor, al cual calificó de "acción desconsiderada y brutal contra el país", que propicia el sabotaje a su "principal riqueza" (el petróleo), y dijo que esas movilizaciones "sobrepasan los límites del juego democrático".

Desde el Fuerte Tiuna, sede de su comando, García Montoya señaló que el ejército, "vigilante de los recursos, estrategias, sentimientos y valores que pueden garantizarles a nuestros compatriotas un futuro en armonía, tiene a sus mejores capacidades dispuestas para impedir que prospere esta apuesta por el colapso económico y social de la nación".

Pidió a la población que desoiga los llamados opositores que "pretenden manipular a los civiles y utilizarlos como escudo humano, para que los promotores de la irresponsabilidad social y política salgan ilesos del peligroso malabarismo que están intentando". Estimó que el movimiento antichavista propicia que los venezolanos sufran "los rigores de la anarquía y la desolación" y se mostró en favor de que las fuerzas políticas nacionales sepan "encontrar la manera adecuada de garantizar la convivencia entre hermanos".

"La prueba trascendental para una sociedad es superar sus diferencias, sobre la base del encuentro de objetivos comunes", agregó el alto jefe militar. "Las sociedades se fortalecen en sus reconciliaciones y no en sus conflictos", sostuvo García Montoya e invitó a los venezolanos a aprovechar el ambiente navideño para propiciar una fórmula conciliatoria.

La declaración militar siguió a un nuevo llamado de la opositora Coordinadora Democrática, en la víspera, que vaticinó "días más duros en el enfrentamiento" y pidió a las fuerzas armadas desobedecer "órdenes ilegítimas e inconstitucionales".

El domingo, en su habitual programa de radio y televisión, Chávez declaró que había pedido a comandantes y oficiales de las fuerzas armadas que desconocieran las sentencias judiciales que contradigan decretos presidenciales, como parte del esfuerzo del gobierno por reanimar Petróleos de Venezuela (PDVSA), la principal empresa del país, semiparalizada por la protesta opositora.

La declaración del mandatario fue ásperamente replicada por la oposición, que la consideró una invasión de poderes.

La disputa por la calle

El decimoquinto día de paro antichavista empezó muy temprano, con cortes de tránsito en calles y vías de alta velocidad, unidos a pequeñas marchas y coros antigobiernistas en plazas y esquinas. El llamado opositor al Trancazo a Caracas (por tranque, o bloqueo) se sintió más claramente en el sector oriental de la zona metropolitana, la principal área de influencia del movimiento.

Sin embargo, las áreas céntricas y el casco antiguo de la ciudad, en el lado oeste, parecían tener una vida normal, sólo alterada por el ausentismo de empleados que no pudieron llegar a sus labores. En esta zona, el tránsito y el comercio tenían el aspecto de un día cualquiera. El metro, que cruza la ciudad de este a oeste, funcionó en sus horarios y corridas habituales, igual que la mayoría de las líneas de autobuses urbanos.

La protesta opositora empezó a las 6 de la mañana y pronto se suscitaron airadas disputas verbales entre las brigadas que bloqueaban las calles y personas que querían circular en sus vehículos. En la avenida Andrés Bello, en el noroeste, efectivos de la policía de Caracas usaron gas lacrimógeno para dispersar a decenas de manifestantes y reabrir el tránsito. Luego, desde edificios cercanos volaron objetos diversos contra los uniformados, que replicaron con perdigones.

Unidades policiales repitieron la operación por lo menos en otra área, la avenida Victoria (sureste). El domingo en la noche la policía también intervino con gases y perdigones, esta vez en la céntrica plaza La Candelaria, para dispersar enfrentamientos entre grupos oficialistas y opositores que peleaban con piedras y palos. En ninguno de esos casos se reportaron lesionados.

Quizás el mayor punto de tensión el lunes se vivió en la Autopista del Este, donde grupos adversarios se enfrentaron verbalmente durante más de media hora, sin consecuencias.

A la una de la tarde, hora fijada para concluir el Trancazo, los opositores levantaron las barricadas y emprendieron la segunda movilización del día, una caminata hasta la sede de la Brigada Motorizada de la Policía Metropolitana, eje de uno de los conflictos derivados de la crisis política.

En pequeños grupos o en columnas compactas, los opositores caminaron para concentrarse en el cuartel, en la zona norcentral de la ciudad, reclamando la "devolución" de las instalaciones y el equipo del cuerpo, bajo control de la Guardia Nacional.

La Policía Metropolitana está bajo el mando del opositor Alfredo Peña, quien como alcalde mayor es la máxima autoridad civil de Caracas y sus cuatro municipios conurbados (Baruta, Chacao, Hatillo y Sucre).

Un decreto presidencial despojó a Peña del mando del cuerpo y del control de sus instalaciones, armas y equipo, considerando que el alcalde no garantizaba el orden citadino, y entregó el control a la Guardia Nacional. Pero la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo otorgó la semana pasada un amparo al alcalde mayor, que lo restituye en la dirección de la Policía Metropolitana.

La concentración opositora frente al cuartel de la unidad motorizada del cuerpo policiaco suscitó un nuevo episodio de tensión, por la cercanía de grupos oficialistas y efectivos del ejército. Peña pudo entrar a la unidad para "comprobar el estado" del cuartel y el equipo, según dijo. Al caer la tarde la multitud se dispersó sin incidentes graves.

Gaviria habla de salida "electoral"

Por la noche, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, se comprometió personalmente con el término "electoral", como parte del concepto que resumiría la alternativa de solución a la crisis venezolana.

Gaviria empleó ese término cuando ya se conocía el matiz que imprimió Estados Unidos este lunes a su posición sobre Venezuela, al cambiar su declaración del viernes pasado en favor de "elecciones" por otra en respaldo de "un referéndum"

El flanco diplomático del conflicto ingresó el fin de semana en un túnel de definiciones, que bloqueaba una decisión del Consejo Permanente de la OEA, reunido en Washington, y obligó a Chávez a gestionar telefónicamente el compromiso de sus colegas del área para impedir una intervención externa en la solución de la crisis venezolana.

La palabra "electoral" iba y venía en los telefonemas que se cruzaban en las cancillerías del hemisferio en las últimas horas, de acuerdo con fuentes diplomáticas, que consideraban que la inclusión o no de ese término era uno de los obstáculos para un acuerdo en la OEA.

Esa expresión es lo más parecido a la demanda opositora de convocar a elecciones inmediatas, que había sido apoyada por Estados Unidos en su primera declaración. La ausencia del término "electoral", en consecuencia, es considerada en los medios diplomáticos como sinónimo de un distanciamiento del movimiento antichavista y más "negociable" con el gobierno de Caracas, que no tiene problemas con llamar a la eventual solución "pacífica, democrática y constitucional".

Chávez sostiene que un llamado a las urnas sólo puede hacerse de acuerdo con la Constitución, que prevé un referéndum revocatorio al cumplirse la mitad del actual mandato presidencial, en agosto de 2003.

Por ello fue notable la declaración de Gaviria, que desde el mes pasado actúa como "facilitador" de una mesa negociadora entre la oposición y el gobierno y que deslizó en esa forma un sutil respaldo a la oposición.

El secretario de la OEA dijo en su cotidiana declaración a la prensa que, tras un amplio análisis de la crisis, realizado en la mesa este lunes, la conclusión "a la que uno llega es que este país no tiene otra salida que un acuerdo entre la oposición y el gobierno.

"No hay acciones de una sola parte que puedan conducir a una solución a la crisis que está viviendo Venezuela. Sólo si el gobierno y la oposición logran acordar una salida electoral, el país va a salir de esta situación", agregó.

Despejando cualquier duda sobre el origen de esa posición, Gaviria dijo: "No lo digo porque fue la conclusión a la que ellos llegaron, sino como la conclusión del secretario de la OEA".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año