Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 19 de diciembre de 2002
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Cultura
Pedro Castro halló un documento sobre el tema preparado por Antonio Díaz Soto y Gama

''El país ha cambiado; no así el origen de los conflictos agrarios"

El texto, de gran valor para conocer y entender la problemática campesina mexicana desde la conquista hasta principios de siglo XX, indica el historiador Permaneció inédito casi 60 años

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Un documento de gran valor para conocer y entender la problemática campesina mexicana desde la conquista hasta el primer tercio del siglo XX -que permaneció inédito durante casi 60 años- acaba de ser publicado por Ediciones Era. Se trata de Historia del agrarismo en México, de Antonio Díaz Soto y Gama (San Luis Potosí, 1880-DF, 1967). El hallazgo fue hecho por el historiador Pedro Castro, quien en entrevista explica que se trata de una extensa y puntual relación del origen y desarrollo de la propiedad de la tierra en México, la cual, al mismo tiempo, ofrece claves para la comprensión de los conflictos agrarios del presente.
zapata 1911
Pedro Castro encontró el escrito a finales de 1999, mientras buscaba información sobre Alvaro Obregón, de cuya amplia confianza disfrutó Soto y Gama. Castro fue consciente desde un principio de la trascendencia del hallazgo: ''Escrito en el mejor estilo de su autor -era la obra de su vida-, me deslumbraron la pasión con que fue redactado, la fuerza de los argumentos, la pulcritud de sus expresiones".

El trabajo fue encargado a Soto y Gama en 1941 por Octavio Véjar, secretario de Educación Pública en la presidencia de Manuel Avila Camacho, al parecer con la intención de acallar sus posturas críticas hacia el gobierno. En el libro, Castro se hace cargo del prólogo y de un estudio biográfico del autor.

-¿En qué radica la importancia del documento?

-Habla del origen y desarrollo de la propiedad de la tierra en México y de los conflictos que resultaron a lo largo de ese desarrollo. Habla del despojo hacia los indígenas campesinos y de la manera en que se fueron formando las grandes propiedades que finalmente entraron en un proceso de contradicción para dar lugar, desde luego, a todos los cambios que tuvieron lugar con la Revolución Mexicana. No es una obra de carácter académico, tiene un propósito político muy claro: hacer entender lo que fue el sufrimiento de los indígenas campesinos a lo largo de los años de despojo, desde la conquista; nos da un panorama histórico bastante completo de la situación agraria y echa luces sobre nuestro presente.

-¿Hay analogías entre lo que registra Soto y Gama y lo que ahora ocurre?

-Sí, desde cierta perspectiva, porque en realidad los conflictos campesinos, en todas sus expresiones, desde las más pacíficas hasta las más violentas, en realidad no son más que la repetición de acontecimientos esencialmente de la misma naturaleza, que han acaecido a lo largo de la historia. El país ha cambiado; sin embargo, hay muchas reminiscencias de otras épocas que no se han resuelto adecuadamente, básicamente la subsistencia de la familia campesina. Empero, hemos visto acontecimientos de tipo político o social que siguen un patrón semejante al de otras épocas, por lo que no descartaríamos la repetición de situaciones como la Chiapas.

-¿Cómo ubicar política e ideológicamente a Soto y Gama, admirador ferviente de Zapata, pero enemigo acérrimo de Lázaro Cárdenas?

-La respuesta es compleja. La idea que él tiene de la cuestión campesina viene de sus experiencias en San Luis Potosí, pasando por el zapatismo, que es importantísimo en su ideología, y posteriormente lo que viene a ser toda la acción parlamentaria que tuvo durante buena parte de los veinte, cuando da forma, a su manera, a un proyecto de justicia campesina. Está orientado por una concepción católica de lo que debe ser la justicia agraria. Esto ya lo tiene claro en la época del zapatismo. Hay un tiempo en que se declara bolchevique y habla maravillas de la Revolución Soviética, pero cambia de postura cuando entiende que el campesino lleva las de perder.

Desde el punto de vista de Soto y Gama, los ejidos deben estar organizados de tal manera que alienten el sentido de propiedad del campesino: ''El ejido colectivo de Cárdenas desde su punto de vista atenta contra los intereses campesinos y pone a los ejidatarios bajo la égida de un nuevo patrón que viene a ser el Estado. No olvidemos además que Soto y Gama es muy católico y, como sabemos, la Iglesia a partir de León XIII adquiere un sesgo cada vez más anticomunista. Personalmente no creo que haya entrado en una decadencia senil, como dicen algunos que no entienden su desarrollo ideológico.

-Sin embargo, se percibe cierta ambigüedad ideológica. Un día apoya a Juan Andreu Almazán, otro día a Ezequiel Padilla...

-Y otro a Antonio I. Villarreal y a quien esté en la oposición. La cuestión es que está en contra del autoritarismo callista y de toda su descendencia política, incluido Cárdenas. No olvidemos que están dentro de lo que es el autoritarismo mexicano con su partido único. Para Soto y Gama, en esa parte la Revolución degeneró. Salimos del porfiriato y quedamos bajo el control de una casta militar que viene precisamente a frustrar los deseos de libertad de los mexicanos. El autoritarismo de Estado asfixiaba todas las corrientes que lo rodeaban, por la izquierda o por la derecha. En ese sentido, me parece loable la participación Soto y Gama en estas oposiciones. Lo hace por convicción, nunca fue un oportunista. Fue un hombre que vivió de acuerdo con sus creencias y lo hizo de una manera naturalmente honrada.

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