Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 26 de diciembre de 2002
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Política

Sergio Zermeño

(Des)confianza

Hoy resulta claro que la confianza se ha encontrado siempre en la base de un buen orden social y ha sido factor determinante en el florecimiento del empresariado, la industria y el desarrollo económico. La confianza, cimentada en la honestidad, hace posible, qué duda cabe, la reciprocidad y la cooperación.

Robert Putnam explicó magistralmente cómo en lo que terminaría siendo un solo país, Italia, la confianza, la cooperación y el asociativismo de las regiones del norte permitieron el pasaje del poder de las familias reinantes a las asociaciones de comerciantes, los gremios y los empresarios, mientras el sur se hundía atrapado entre los poderes monárquicos y el "familismo", es decir, la total desconfianza a quienes se encuentran fuera de mi familia, abono perfecto para las mafias y las bandas delincuenciales.

Francis Fukuyama ha mostrado por qué las empresas japonesas, alemanas y estadunidenses han sido más fuertes que las chinas o las francesas en la medida en que lograron asociar tempranamente a grupos más amplios a su alrededor, y por esa vía resultaron más poderosas y agresivas, asunto sobre el que Alexis de Tocqueville había llamado la atención desde el siglo xix, al calificar a Norteamérica de campeona de la cooperación y la confianza entre sus habitantes, ante una ausencia casi total de Estado.

Ahora bien, todo indica que en México no sólo no nos acercamos a ese objetivo, sino que nos alejamos aceleradamente. Por supuesto que la confianza y la cooperación deben generarse en la cultura social, pero también desde las instituciones, y los gobiernos deben arrancar el impulso que la fomente, como han mostrado los gobiernos petistas de Porto Alegre, organizando a los ciudadanos para que decidan sobre el destino del presupuesto público. Cuando desde ahí no se genera la confianza, sino su contrario, las esperanzas se vienen por tierra.

En los últimos 15 días tres actos del gobierno federal sirven de muestra:

1) El presidente Vicente Fox afirmó el pasado viernes en Michoacán que no es viable ni conveniente renegociar el capítulo agropecuario del TLC, sino que "necesitamos igualar los niveles de productividad, de rendimiento por hectárea, y alcanzar los niveles de competitividad que (...) nos dé ese mejor nivel de vida y ese ingreso que, con justicia, reclaman las familias" del campo mexicano (La Jornada, 21/12/02). Ni con toda la televisión comprada se puede, con un golpe de retórica, anular cientos de evidencias.

2) Se reforma la ley para que el gobierno pueda "confiscar" 20 mil millones de pesos del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) con el argumento de que sus propietarios, los trabajadores, no los reclaman. Que se haga una inserción pagada en los periódicos, como hacen los partidos para las votaciones, indicando el nombre del beneficiario, el monto del ahorro y el lugar o banco donde puede cobrarlo y ya veremos si no hay reclamo, o bien que se dediquen a mejorar el servicio del IMSS y del ISSSTE, que a diario escuchamos que están al borde de la quiebra. Pero el agandalle de esos fondos, tal como proponen los legisladores y el gobierno, es bochornoso.

3) El alza al salario mínimo fue de sólo 4.5 por ciento para, se dijo, evitar la inflación, pero en cambio se elevaron en 100, 200 y más por ciento las tarifas eléctricas con el argumento de sanear las finanzas de la empresa. Un mes antes, a los monopolios televisivos, con quienes se puede llegar a "acuerdos", Fox les descuenta 15 por ciento de impuestos, mientras a los medios impresos, diversos y críticos, se les aumenta 15 por ciento de impuestos.

El resultado de todo esto es que la confianza en el gobierno del cambio y en su partido se pierde, sin que por ello los otros actores del sistema político se fortalezcan, pues baste voltear a ese ring de todos contra todos, de falta de cooperación, solidaridad y confianza en que ha caído el familismo en las elecciones internas del PRD o en los borbotones de corrupción y de sangre que brotan de las cloacas del PRI.

Tenemos que reconstruir la confianza, la solidaridad y la cooperación en barrios, colonias, municipios, regiones... y para eso hay fórmulas y ejemplos copiables entre nosotros mismos. Tenemos que entender por qué el ejido se pulverizó y perdió la cooperación, más allá de que el gobierno ya no lo apoyó; cómo reconstruir la confianza y la solidaridad en las unidades habitacionales, en las vecindades a cuyos habitantes entrevista Cristina Pacheco, por citar tres, entre cientos de situaciones en las que urge una reconstrucción social.

Hay que trabajar más para consolidar y levantar el nivel de vida de las regiones autónomas de Chiapas, por encima de los problemas de la autonomía vasca y de Batasuna. ƑNuestros empresarios tienen fuerza o su vocación es de fayuqueros? ƑSomos realmente un pueblo solidario, como no nos cansamos de vanagloriarnos volteando al terremoto del 85? ƑO esos estereotipos enturbian el egoísmo, el tribalismo, la informalización de todos contra todos, la desconfianza atizada por la violencia cotidiana, por el empobrecimiento y la degradación social que las políticas neoliberales están llevando a extremos inmorales?

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