Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 29 de diciembre de 2002
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Política
BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

EU vs. Norcorea: strip-tease, ciberespacio y nuclearización

Jugada estratégica de Pyongyang

Dos pesas y mil medidas

Otra opción en el Senado estadunidense: cooperación con Seúl

NO DURO MUCHO el júbilo por el triunfo del presidente Roh en Corea del Sur, impulsado por la liberación espiritual de una coalición de jóvenes y obreros. Súbitamente, el reactor nuclear de Yongbyon, 90 kilómetros al norte de la capital norcoreana de Pyongyang, se volvió el centro de atención mundial, desplazando el tema de la inminente guerra contra Irak.

FUNCIONARIOS DEL Departamento de Estado, que jefatura el general Colin Powell (un lobo feroz con piel de oveja), catalogaron la reanudación del programa nuclear de Norcorea como un "mortal strip-tease di-plomático" encaminado al regreso a las negociaciones sobre la normalización de relaciones con Norcorea (Financial Times, 27 de diciembre). ¿Qué tendría de obscenamente reprensible realizar un strip-tease en aras de la paz peninsular y un pacto de no agresión entre Washington y Pyongyang? El yin-yang de la península coreana se confronta al maniqueísmo del equipo Bush, que incrustó en forma gratuita a Norcorea en la tríada del "eje del mal" junto a Irak e Irán, cuando la administración Clinton había conseguido un arreglo aceptable (el "acuerdo referencia" de 1994) para que aquel país abandonara su proyecto nuclear a cambio de electricidad provista por dos reactores de agua ligera (incapaces de servir para fabricar bombas atómicas). Norcorea cumplió su parte durante ocho años, mientras que Estados Unidos encontró mil pretextos para eludir su compromiso, al apostar erróneamente al colapso del régimen.

YA QUE NOS encontramos en pleno "strip-tease diplomático", el régimen de Kim Jong Il "ha desnudado" las inconsistencias de la política exterior del equipo Bush, que maneja dos pesas y mil medidas en relación con los contenciosos de Irak y Norcorea (para no meternos con las potencias nucleares Israel, India y Pakistán). Mientras Norcorea expulsa a los inspectores nucleares, Irak no solamente los recibe sino que hasta invita a la investigación de la CIA. Mientras Pyongyang admite en forma asombrosa que realiza un programa nu-clear clandestino con uranio enriquecido (el otro reactor de Yongbyon es a base de plutonio), Bagdad niega categóricamente la posesión de "armas de destrucción masiva" (las biológicas y químicas que le vendieron 24 empresas de Estados Unidos, incluyendo su Departamento de Defensa, para fomentar la guerra contra Teherán en la década de los 80). En 1981, la aviación israelí destruyó el reactor nuclear Osirak/Tammuz de Irak, por lo que el régimen de Saddam no posee armas nucleares, a menos que haya realizado pruebas secretas -imprescindibles para su fabricación- en Marte. Pero la congruencia internacional es lo que menos le importa al equipo Bush, que pretende aplicar castigos inmisericordes en Irak, quizá la primera reserva de petróleo mundial según los últimos vaticinios del propio Estados Unidos, mientras en Norcorea (carente de petróleo) se opta por una muy confusa "contención a la medida", que busca su colapso económico (The New York Times, 29 de diciembre). El axioma bélico de la petrocracia texana resalta en todo su resplandor: una cosa es Irak, una potencia petrolera pero sin armas nucleares, y otra es Norcorea, con probables armas nucleares pero sin petróleo.

DE LA CONFESION de los funcionarios de la Casa Blanca, Baby Bush se ha equivocado en la percepción de las reacciones del presidente norcoreano Kim Jong Il: se apostó en octubre a que con un apretón de tuercas Norcorea regresaría a la mesa de negociaciones y el efecto fue justamente el opuesto: "Norcorea tiene dos programas nucleares activos en lugar de uno" (David Sanger, The New York Times, 28 de diciembre). Luego nos salen con que Kim Jong Il es un "ermitaño, impredecible y paranoide". ¿Cómo soslayar que el asunto de la península coreana, de un letargo de medio siglo, pertenece a un remanente de la guerra fría? Más de 50 años antes de que Norcorea reactivara su programa nuclear, durante la guerra de Corea, el general McArthur había ideado, a la vista de los efectos expeditos en Hiroshima y Nagasaki, una "solución final" con el lanzamiento de seis bombas nucleares, lo que le valió su despido fulminante al "héroe" de la guerra contra Japón.

NUNCA COMO AHORA la planta nuclear de Yongbyon sería el lugar ideal para aplicar la "guerra preventiva" y/o la "solución final" del equipo Bush, lo que no ha pasado inadvertido en Pyongyang, pero mucho menos en Moscú y Pekín, que ven con azoro las jugadas bélicas de Estados Unidos, que no traen nada benéfico para ellos. Una cosa es favorecer la desnuclearización de la península coreana y otra es promover un "cambio de régimen" en Pyongyang al estilo Bagdad. Si el silencio de China ha sido estruendosamente sonoro, Rusia ha culpado a Estados Unidos de la crisis; para no dejar duda, Moscú ha acelerado el intercambio nuclear con Teherán y ha fustigado el atentado al orden internacional que practica Washington en referencia a Bagdad.

EL ULTRAHALCONAZO SECRETARIO de Defensa, Ronald Rumsfeld, ha llegado hasta jactarse de que Estados Unidos puede librar dos guerras simultáneas (en Irak y Norcorea) y ganarlas. En realidad, serían tres guerras simultáneas, porque la de Afganistán se está reactivando, es decir, no se ha "ganado" aún. El problema radica en que un error de cálculo en la península coreana puede llevar a consecuencias catastróficas, y el horno mundial no anda para los bollos archiardientes del equipo Bush, por lo que resulta más preocupante que Richard Perle, el flamígero consejero del de por sí incendiario Rumsfeld, en una entrevista al superduro Chosun Ilbo (19 de diciembre), en vísperas de los comicios, haya expresado sin tapujos que "la opción de emplear tácticas militares no debía ser eliminada", al unísono de un "aprendizaje de técnicas de contrabaterías de artillería de parte de Corea del Sur". Parecería que los ultrahalconazos del equipo Bush buscan incendiar retóricamente la península coreana y el mar Amarillo que baña Japón, para probablemente promover la venta de escudos antimisilísticos que saquen a Estados Unidos de su marasmo económico, cuando el dólar se ubica en su nivel más bajo de los últimos 23 meses y el oro voló a niveles sin precedente en los últimos 23 años.

MAS SENSATAMENTE prudente, un verdadero experto en asuntos nucleares, Richard Lugar, del Partido Republicano, próximo presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, se ha manifestado por una solución diplomática (no "final") en la que participen Japón, China y Rusia (Today, NBC News, 26 de diciembre), lo cual va a ser muy difícil de digerir por los ultrahalconazos del equipo Bush, que verían sepultado su fantasioso "unilateralismo". Lugar aboga por una mayor cooperación diplomática con Seúl, pese a la hostilidad contra Estados Unidos (habría que matizar: contra Baby Bush) que afloró en las elecciones.

DE ALLI QUE recobren relevancia las tesis de Kim Sang-Woo, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Kyung Hee y asesor del entronizado presidente, el pacifista Roh. El profesor analizó las tres opciones para resolver el delicado asunto del programa nuclear de Norcorea (The Korean Times, 16 de diciembre):

1. VIA MILITAR: "guerra preventiva" del equipo Bush, con la consecuente represalia de Norcorea, que causaría 1.5 millones de víctimas en Seúl y un buen número de muertos entre los 37 mil soldados estacionados en Corea del Sur, incluyendo una porción de Japón que se encuentra al alcance de los misiles norcoreanos; ¿a quién le conviene tal apocalipsis?

2) SANCIONES ECONOMICAS, que desembocarían ineluctablemente en la vía militar, porque Pyongyang intentaría desafiar la asfixia que lo puede llevar al colapso. Lo grave radica en la masiva salida de refugiados que pueden inundar Corea del Sur, que sería incapaz de manejar sola su impacto caótico. ¿A quién le conviene el caos humano?

3) NEGOCIAR POR MEDIO del "simple mensaje: queremos que cambien, no que perezcan, por lo que los pasos hacia las reformas y la apertura serían debidamente recompensados con mayor ayuda". Aquí la cooperación entre Seúl y Washington es crucial.

EL PROFESOR ENFATIZA que: "Washington parece cada vez más estar empujando al cambio de régimen de Norcorea, tratando de acelerar el colapso del régimen: esto sirve los intereses de Estados Unidos, pero no el interés nacional de Corea del Sur". Finalmente, algo que seguro es anatema para los ultrahalconazos de Washington, que devela el pensamiento geoestratégico de profunda envergadura del presidente Roh, consiste en la prosperidad compartida para todo el este asiático que busca Seúl para el nuevo milenio y va más allá del simplista libre comercio regional y el proyecto de una divisa común, como desmenuza el lúcido profesor: "Tenemos los medios de conectarnos cada país dentro de la región con redes de alto poder; específicamente, una infraestructura común de Internet y el transporte que puede dar sustento al verdadero significado de unidad regional". ¿No será que los geopolíticos aviesos de Washington desean descarrilar el nuevo ciberespacio asiático y la conexión entre la vía ferroviaria que va de Corea del Sur, pasa por Norcorea y Rusia y llega a la Unión Europea, que representa la vinculación de dos zonas geoeconómicas que suman 50 por ciento del PIB global, superior al 25 por ciento de Estados Unidos?

QUIZA EL PROFESOR universitario peque de exageradamente cándido, como si Washington lo dejase operar en el vacío: "Con el liderazgo de Corea del Sur en tecnología de banda ancha, podemos ayudar a la región entera del este asiático a conectarse al ciberespacio desde Kamchatka hasta Bombay, desde Irkutsk a Bandung y de Pyongyang a Lhasa". ¿Se puede permitir que Corea del Sur se vincule a media Asia sin conectarse con sus hermanos raciales de Norcorea? ¿Quién, de no ser el triángulo estratégico Rusia-China-India, podría proteger militarmente la viabilidad del ciberespacio y el transporte multimodal, idea brillante pero carente de anclajes, propuesta por el profesor Kim Sang-Woo?

SIN NECESIDAD DE ser genios en geopolítica, es evidente que la conexión de Pusan (Corea del Sur) a Europa, pasando por el triángulo estratégico en ciernes Rusia-China-India, indispuso a los ultrahalconazos, que no pueden aceptar una seria amenaza a su dominio económico y militar en la parte oriental asiática. Quizá al borde del abismo, lo magistral de la jugada de Kim Jong Il, gane o pierda, puso en evidencia la perfidia geopolítica en Medio Oriente y en el noreste asiático del equipo Bush, que por medio de "guerras perpetuas" busca su seguridad económica eterna.

HAN CHOCADO LAS percepciones del yin-yang transpeninsular coreano con el maniqueísmo trivial del equipo Bush, lo que exige la mediación urgente de un tercero en discordia, papel que le asienta a la Unión Europea a las mil maravillas. Curioso: no se trata de un asunto militar, ni siquiera económico, sino más bien diplomático y de percepción sicológica.

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