Chicanos en las guerras estadunidenses

Las ganas de volverse blancos

Alberto BETANCOURT POSADA/Los Angeles, California. DOMINGO 1 DE DICIEMBRE DE 2002
 

Medio millón de jóvenes de origen mexicano fueron a la Segunda Guerra Mundial en las filas del ejército estadunidense. Al llegar la guerra de Viet Nam, los chicanos volvieron al frente y aportaron una cuota mucho mayor de muertos, proporcionalmente, que otros grupos étnicos. Poco después, los chicanos se sumaron a los movimientos pacifistas. La víspera de una nueva guerra, el historiador Rodolfo Acuña Elías sostiene que "desafortunadamente aún hay muchos pobres que no han aprendido la lección y creen que pueden volverse blancos al precio de arriesgar su propia vida"
 
 
A lrededor de 500 mil chicanos formaron parte del ejército estadunidense y combatieron en la Segunda Guerra Mundial; integraron el grupo que ganó más medallas al valor y que proporcionalmente sufrió el mayor número de bajas. Desde la defensa de Pearl Harbor hasta la remoción de escombros de Hiroshima, los chicanos estuvieron en el frente. Muchos fueron a pelear contra el racismo practicado por Adolfo Hitler, pero al regresar a Estados Unidos padecieron la discriminación racial practicada contra negros y mexicanos. La víspera del inminente ataque contra Irak, el historiador Rodolfo Acuña Elías, uno de los fundadores de los estudios chicanos, académico de la Universidad del Estado de California en Northridge y laureado como uno de los 100 educadores más importantes del siglo XX, nos brinda una perspectiva histórica sobre la participación de los chicanos en diversas guerras estadunidenses.

-En su libro Occupied America. A History of Chicanos afirma que los chicanos que participaron en la Segunda Guerra Mundial sufrieron racismo tanto en el combate como al regresar a casa.

-Los chicanos participaron masivamente en la Segunda Guerra Mundial y combatieron valerosamente, pese al desprecio de los blancos. La mayoría tenía cinco años de escolarización y recordaba que en el crack del 29, un millón de mexicanos fueron deportados a México. Si no iban a la guerra, la sociedad los consideraba cobardes. En aquel entonces la palabra "racism" no tenía la misma autoridad moral que tiene hoy. Los chicanos, como el resto de los latinos pobres, tenían un vocabulario político elemental y no manejaban conceptos como derechos civiles o racismo. La cultura dominante no les dejaba otra opción a los chicanos pobres que jugarse la vida para abrirse un espacio en la sociedad norteamericana.

Pero hubo excepciones, por ejemplo, Ralph Lazo, un joven chicano de 16 años, estudiante de Belmont High School; tenía muchos amigos japoneses y cuando el gobierno estadunidense metió a 100 mil de ellos en campos de concentración, Lazo protestó por esa injusticia y se internó con ellos. Al cumplir los 18 años, Lazo, como muchos otros chicanos, fue a la guerra para combatir el racismo de Hitler, pero al regresar del frente, volvió a encontrarse con el racismo imperante en Estados Unidos. Por ejemplo, en Los Angeles, California, los chicanos no podían entrar a nadar en las albercas del condado, salvo los miércoles; cuando los mexicanos y los negros iban al cine tenían que sentarse en los balcones. En Three Rivers, Texas, los norteamericanos se negaron a enterrar un chicano muerto en la Segunda Guerra Mundial en un cementerio "para blancos".

"Las familias que tenían a uno de sus miembros en el frente colocaban una bandera con una estrella azul en su casa. Cuando un miembro de la familia caía en combate, la estrella azul era sustituida por una estrella dorada. Aunque la película "Rescatando al soldado Ryan" no muestra un solo soldado de origen mexicano, muchas familias chicanas colgaron banderas con cinco o más estrellas azules y/o doradas. Por ejemplo, la familia Téllez, envió seis hijos y dos hijas a la guerra".

-Mientras los chicanos iban al frente, en la retaguardia los pachucos sufrían de abusos policiacos y linchamientos en la prensa. En junio de 1943 se libraron varias zacapelas entre marines estacionados en Los Angeles y grupos de pachucos. En el clímax de esos enfrentamientos, los marines se juntaron en Main Street y la Broadway, golpearon a los jóvenes mexicanos que pasaban por ahí y al grito de "duro contra los bastardos come-chile" les rasgaban la ropa a los Zoot-suits. ¿Qué papel jugaron esos enfrentamientos en la toma de conciencia chicana?

-Es muy duro hablar sobre esos días. En el presente el racismo es más sutil, aunque todavía existe y se hace evidente al analizar las cifras de escolarización o distribución de ingresos, pero en la actualidad se ha conquistado el acceso a las universidades, a los empleos y al entretenimiento. Los pachucos jugaron un papel muy importante en la toma de conciencia de los latinos en Estados Unidos y mostraron la emergencia de una segunda generación chicana, más militante en la protección de sus derechos, más numerosa, predominantemente urbana, sindicalizada, con más experiencia en la lucha social y mejor capacitada para entender las contradicciones de la sociedad norteamericana. Estos factores les permitieron participar políticamente en las discusiones centrales sobre la Segunda Guerra Mundial y sus contradicciones.

-Los chicanos fueron masivamente a Viet Nam y también se opusieron a la guerra, ¿qué tan importante fue su papel en ambos casos?

-Muchos chicanos fueron a Viet Nam y participaron en el frente. Los chicanos conformaban el 12% del total de la población del suroeste de Estados Unidos, pero aportaron el 19.4% de los muertos norteamericanos procedentes de esa región y el 25% de los muertos procedentes de Texas. Al iniciar la guerra, la mayoría de organizaciones chicanas apoyaban la guerra, pero en 1969 se dio un viraje radical. Por ejemplo, la G.I. Forum que agrupaba a 100 mil veteranos chicanos se opuso a la guerra de Viet Nam. Una de las movilizaciones importantes de oposición a la guerra ocurrió en julio de 1970, en Los Angeles, California. Los contingentes gritaban: "Raza sí, guerra no", "Aztlán love it or leave it", "Hell no, we won't go!" La manifestación fue pacífica, pero la policía aprovechó un pequeño incidente en una licorería para arremeter contra los manifestantes que hacían picnic en Laguna Park. La policía arrojó gases lacrimógenos, golpeó a mujeres y niños, y mató a un joven de 15 años. Ese mismo día la policía irrumpió en el bar Silver Dollar y asesinó al periodista chicano Rubén Salazar, quien había denunciado abusos policiacos contra latinos.

"Pese a la represión y la infiltración de las organizaciones chicanas por el FBI, los mexicanos influyeron mucho en la conquista de los derechos civiles y en el mejoramiento de la situación de los afroamericanos y otras minorías. El movimiento chicano recibió una influencia muy importante de los acontecimientos de Tlatelolco y de los jóvenes que llegaron a Estados Unidos procedentes de la UNAM. Las movilizaciones de los sesentas auspiciaron que las minorías pudieran acceder a las universidades y el surgimiento de los centros de estudios chicanos."

-¿Qué opina de la inminente guerra contra Irak?

-Es necesario detener esa locura que responde exclusivamente a la agenda de las multinacionales. Los halcones del Pentágono van a ofrecer estímulos económicos para que los chicanos pobres vayan a pelear. ¡Están comprando carne de cañón!, y lo más indignante es que la mayoría de los halcones son evasores del servicio militar. Dick Cheney, por ejemplo, pidió cinco prórrogas para evitar ir a Viet Nam. El hipócrita de George W. Bush evitó el servicio en Viet Nam mediante las influencias de su padre. Los hijos de lo ricos no van al frente, los halcones prefieren comprar un ejército de pobres. Desafortunadamente aún hay muchos pobres que no han aprendido la lección y creen que pueden volverse blancos al precio de arriesgar su propia vida.