Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 7 de enero de 2003
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Cultura
Produjo el portafolios de artista Polvo impreso, que ya está en varios museos y bibiotecas

Gabriel Orozco presentará en Bellas Artes grabados recientes

La pelusa que se asienta en secadoras de ropa, base para la producción de sus nuevas obras

Las imágenes demandan del espectador "mucho detenimiento, una especie de paz", asevera

MERRY MAC MASTERS

Cuando Gabriel Orozco (Jalapa, Veracruz, 1962) estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas lo que más hizo fue grabado. Pero al terminar la escuela no volvió a practicar esa disciplina hasta que el impresor estadunidense Jacob Samuel -después de ver una exposición suya realizada con "pelusa" o "piel de polvo" en la galería de Marianne Goodman, en Nueva York- le propuso hacer un libro de artista.

Polvo impreso (Lint book), edición bilingüe de 25 ejemplares, de 12 aguatintas cada uno, marca el regreso momentáneo de Orozco al grabado.

En vista de que casi todos los ejemplares -10 de los juegos están encuadernados, 15 están en forma de portafolios y hay siete copias de artista- ya se encuentran en bibliotecas o museos, no obstante que apenas salió el libro en noviembre pasado, el artista lo mostrará al público mexicano. La presentación a cargo de Pablo Soler Frost, Mercedes Iturbe y Jacob Samuel, será el día 15 a las 19 horas en el Palacio de Bellas Artes.

El polvo siempre ha tenido un lugar en el trabajo de Orozco. Desde su bola de plastilina a la que, al rodar, se le adhiere todo lo que se encuentra a su paso, explica en entrevista. Para el presente esfuerzo editorial, Orozco retomó la pelusa que a la hora de secar la ropa se acumula en la parrilla de la secadora y forma una capa. A manera de instalación, en la sala de su casa cuelgan varios conglomerados de pelusa.

Dicha capa, explica Orozco, es impresa sobre una placa de cobre, con un barniz de aguatinta, que es "suave y pegajoso".

Al despegar el conglomerado "quedan las marcas de la pelusa que, a su vez, contienen cabello humano y fibras de varios tipos. Son los residuos del cuerpo y de la ropa que se lava a diario".

Se trata de un proceso difícil de controlar en "lo formal", porque uno no puede decir qué formas tomará ese gesto "azaroso y accidentado" sobre la placa. En general no le interesa buscar la forma en su trabajo, sino que ésa es el resultado de una acción.

En el caso de Polvo impreso no hay una composición premeditada, señala. Sin embargo, la impresión de la pelusa sobre la placa "puede generar configuraciones que después sugieren, por accidente, cosas".

Agrega que esos grabados "le piden al ojo del espectador mucho detenimiento. Una especie de paz para poder apreciar los detalles que hay allí". Es como "leer el polvo", de ahí el título.

Autor del texto introductorio del libro-portafolios, Orozco escribe: "El polvo tiende a cubrir la imagen y a convertirla en objeto. El polvo convierte a la ventana en muro. El polvo es espacio pero no paisaje. Ahí no hay ilusión, sólo la ilusión de la ilusión. Y este es un libro que cuando se abre, como cualquier otro libro, esparce el polvo, y cuando lo leemos, como cualquier otro, leemos una imagen a pesar del polvo".

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