Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 7 de enero de 2003
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Cultura

Novela de Francisco Rebolledo, uno de los escritores mexicanos más leídos

La mar del sur recrea el siglo XVI

Ese periodo de la historia es inagotable en posibilidades narrativas, expresa el autor

CESAR GÜEMES

Tan sólo con las diversas ediciones de su novela Rasero, el escritor mexicano Francisco Rebolledo alcanza sin dificultad la cifra de 100 mil ejemplares vendidos, hecho que lo coloca entre los autores nacionales más leídos dentro y fuera del país.

A su trayectoria literaria, que incluye el volumen de cuentos Pastora y otras historias del abuelo, la novela La ministra y el libro de ensayos Desde la barranca, Malcolm Lowry y México, suma ahora La mar del sur (Joaquín Mortiz), novela que parte de la historia para recrear la vida de Mateo de Guadalupe, personaje de Rebolledo que antes de cruzar la primera mitad del siglo XVI consigue, sin proponérselo, dar la vuelta al mundo y regresar a su español punto de partida.

Dentro de los varios intereses que ese periodo de la historia comprende, el escritor destaca una veta: "Esa época ha ejercido una enorme fascinación en mí, sobre todo cuando pensamos en los móviles de aquellos navegantes. Las carabelas eran lo más moderno de su época, pero los viajes de entonces tenían literalmente fecha de salida, pero no de regreso. Son el equivalente a las primeras cápsulas espaciales del mundo contemporáneo. Conocer el espíritu de entonces me fue motivo suficiente para acercarme a la época".

-Los intereses para embarcarse eran varios, además del natural deseo de conocer sitios distantes.

-Claro, el asunto de la fe no es nada menor: los frailes, por ejemplo, buscaban afanosamente sitios para expandir sus creencias. En el siglo XVI, sin embargo, tomar la decisión de ir a nuevas tierras equivalía a irse al otro lado del mundo. A ello agreguemos la infinita codicia del momento, encarnada en gobernantes y marinos. Hubo una singular mezcla de brutalidad con criterios emprendedores por una parte y con el espíritu cristiano, por otra. Aunque si observamos con calma, ese periodo de la historia es tan inagotable en posibilidades narrativas como cualquier otro; sólo que entonces vivir una aventura implicaba jugarse la vida, y pese a ello era preciso navegar.

Mateo de Guadalupe, sin embargo, no es un conquistador ni un eclesiástico: "A mi personaje, en efecto, lo lleva la propia existencia; no lo mueve la fe ni la ambición, sino que es víctima del destino".

La historia de La mar del sur implica técnicamente un amplio monólogo que se ve intercalado con recursos epistolares, diálogos e introspecciones del personaje central. Al respecto, finaliza Rebolledo: "Quería desde el inicio contar la saga de un personaje que sale de España y regresa a ella siempre navegando hacia occidente. Pensé contarla como un monólogo de poco menos de cien páginas, de alguna manera apegado a las enseñanzas narrativas de Guimaraes Rosa en El gran sertón, y en La caída, de Albert Camus. Así di comienzo a la novela, pero en 20 cuartillas no conseguía que mi personaje saliera siquiera del puerto. De modo que cambié de técnica, porque para sostener un monólogo muy amplio como el de Guimaraes sólo él puede hacerlo y aun así se ve en la necesidad de intercalar diálogos. Bien, el caso es que la novela creció con gran cantidad de datos, anécdotas e introspecciones del personaje central que se manifiestan ya sea en cartas, diarios o conversaciones. El resultado es que tomo como hilo conductor al narrador en primera persona de forma que la historia aparece como contada directamente al lector".

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