Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 10 de enero de 2003
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Política

Luis Javier Garrido

El campo

La crisis en el campo ha sido agravada notablemente por el gobierno actual que no halla cómo eludir su responsabilidad histórica porque sigue actuando en contra de los intereses nacionales.

1. El gobierno de Vicente Fox no ha representado en dos años avance alguno y sí profundos retrocesos en casi todos los órdenes, como en el campo, donde se han profundizado las políticas salinistas de privatización, sustentadas en la contrarreforma al artículo 27 constitucional, que buscan destruir las formas de organización tradicional del agro para que lo mejor del territorio quede no en manos de ejidatarios y comuneros o de pequeños propietarios, sino de latifundistas asociados a empresas agrícolas trasnacionales que están llevando a la miseria extrema a pueblos y comunidades y propician la salida anual de cientos de miles de mexicanos y conducen a la pérdida de la soberanía alimentaria.

2. De ningún régimen del mundo huyen tantas personas como del que encabeza Fox. Y ante esta situación, no ha tenido otra política que implorar un acuerdo migratorio al gobierno de Bush, a fin de impulsar más abiertamente el flujo migratorio, el cual podría sintetizarse en la idea de que a cambio de que el foxismo siga entregando a sus multinacionales las riquezas estratégicas de México, Estados Unidos aceptaría legalmente como trabajadores a los campesinos que buscan cruzar la frontera: convenio que Washington no hubiese aceptado, aun si no se hubiese producido el 11 de septiembre (argumento que Fox y Castañeda esgrimieron paladinamente para explicar por qué fallaron estrepitosamente en alcanzarlo),

3. El gobierno neoliberal de Fox no representa a los campesinos pobres, que son la mayoría inmensa de los habitantes del campo mexicano, sino a los rancheros adinerados como él y a las multinacionales. La existencia de campesinos mexicanos molesta al régimen foxista tanto como a la tecnocracia salinista, por ello economistas y políticos del régimen han diseñado en el escritorio un país en el que el campesinado no represente más de 5 por ciento de la población, y para ello lo que han requerido, con un criterio de darwinismo social, es abandonar las políticas sociales del Estado en materia de salud y de seguridad social en el campo, suprimir subsidios a los productos agrícolas, impulsar los programas de control de natalidad, realizar esterilizaciones forzosas de mujeres campesinas, negarse a reconocer los derechos de los pueblos indios y alentar la migración de campesinos pobres a Estados Unidos, llevando a cabo un verdadero genocidio. De ahí el interés de Fox de no renegociar el capítulo agrario del TLC, que no fue mal negociado por Salinas, sino perversamente aceptado para liquidar a mediano plazo al agro mexicano y entregar el botín a las multinacionales.

4. El conflicto que opone a Fox con los campesinos de México, cuyas dimensiones no alcanza a entender, muestra un rasgo central de su política: en todos los asuntos públicos ha buscado engañar a los mexicanos. Su propio ex canciller, Jorge G. Castañeda, lo reconoció en Veracruz ante la CNC al culpabilizarlo del silencio que guardó al llegar a Los Pinos ante la situación de crisis en que se encontró el campo mexicano, aunque buscó una excluyente de responsabilidad en su estrategia de engaño, sugiriendo que se debía a los acuerdos de Fox con Zedillo o, en otras palabras, a que "la alternancia" fue encubrimiento y continuismo (El Universal, 5/1/03).

5. Las políticas de Fox y de los empresarios latifundistas que gobiernan con él, encabezados por Javier Usabiaga, el Rey del Ajo, cuyo rancho colinda con el latifundio de los Fox, han conducido en estos dos años un desastre sin precedentes en el agro mexicano, no imputable, como pretendió Usabiaga ante la CNC el pasado lunes (antes de salir huyendo), a que los campesinos pobres no produzcan más, sino porque todas las políticas del Estado han estado dirigidas a subsidiar, financiar y proteger, como se hizo con el Fobaproa, a agroempresarios corruptos, como él y Fox, que pasaron sus créditos al pueblo mexicano.

6. La negativa reiterada de Fox a reabrir el capítulo agrario del TLC, a pesar de que Estados Undios lo ha incumplido de manera sistemática en varios rubros, con el argumento de que por beneficiar a los más (campesinos pobres) se perjudicaría a los menos (rancheros adinerados como él asociados a trasnacionales) muestra bien la ética del nuevo gobierno.

7. Las políticas para imponerse al descontento campesino no son distintas de las del régimen priísta porque el foxismo es un continuador y no ha representado alternancia frente a éste al mantener los mismos programas y prácticas. De ahí que Fox quiera enfrentar a los campesinos a) por la vía del engaño, pretendiendo que no hay otras políticas, b) instruyendo a la PGR para acosar a dirigentes agrarios, amenazándolos con procesos penales, y c) con un pacto de absoluto corte priísta que le permitiría ganar tiempo y desgastar al movimiento, y por el cual unos cuantos líderes, que no representan más que al régimen corporativo del pasado, sustituyen a "los campesinos de México" y aceptan doblegarse ante Fox.

8. La "estrategia foxista" no está teniendo éxito. Las trasnacionales vislumbraron en Fox un merolico hablando todos los días en los medios mientras una burocracia gerencial administraba el país, pero ese esquema, que funcionó en campaña, está fracasando porque los mexicanos han entendido ya que es un vivales inepto quesólo busca mistificar la realidad para imponer los programas trasnacionales. De ahí la crítica continua de Fox a los medios, que según él no reflejan lo que hace su gobierno, y su lamento continuo, como hizo en relación con la reunión con las organizaciones agrarias (La Jornada, 7/1/03).

9. "La oposición" partidista no ha estado a la altura del desafío en el campo, pues la mayoría PRI-PRD en las cámaras no ha obligado a Fox a renegociar el TLC ni a modificar su política de subsidios, y en este año decisivo para la historia no deja a los campesinos de México más recurso que la resistencia civil ante un gobierno que no quiere escuchar, porque no puede hacerlo.

10. Muchos parecen olvidar que de lo que acontezca en el agro mexicano en este año dependerá el proyecto de país que queremos. Y que el campo es de quienes lo trabajan, pero también responsabilidad nuestra.

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