Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 14 de enero de 2003
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La votación llevaría a la relección de Castro y ratificaría el mecanismo de sucesión

Este domingo los cubanos renovarán el Parlamento y congresos provinciales

Quedarán pendientes definiciones en el PCC, la otra instancia del poder en la isla

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 13 de enero. Los cubanos están convocados para acudir a las urnas el próximo domingo a renovar los congresos provinciales y el parlamento nacional, en un proceso que encierra una doble decisión de más largo alcance: la posible relección del presidente Fidel Castro como jefe de Estado y de gobierno y la ratificación del mecanismo para sucederlo en el poder.

Castro, de 76 años, es candidato a diputado por la oriental provincia de Santiago de Cuba. Una vez electo podrá ser escogido como presidente del Consejo de Estado, el máximo organismo ejecutivo del país, que se integra con 31 miembros de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), el parlamento unicamaral.

Si también resulta electo a ese cargo, será por ello jefe de Estado y jefe de gobierno y asumirá simultáneamente la Presidencia del Consejo de Ministros, con un mandato para el quinquenio que termina en 2008.

En el cronograma electoral cubano, los 609 diputados de la ANPP quedarán electos el domingo 19 de enero, aunque algunos podrían ir a segunda vuelta una semana más tarde, si es que en la primera ronda no logran más de la mitad de los sufragios válidos.

El nuevo parlamento deberá constituirse a más tardar el 24 de febrero, cuando vence el mandato de cinco años de la actual legislatura. En su primera sesión elegirá entre sus diputados al Consejo de Estado.

Desde la creación del actual sistema político cubano en 1976, Castro ha sido ratificado en sus cargos institucionales en cuatro ocasiones, por lo que esta podría ser su quinta relección. El mandatario reúne, además, un liderazgo político en su condición de primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), un puesto que ocupa desde que fue fundada esa organización en su segunda época, en 1965.

Pero la jerarquía de Castro más antigua es la de su rango militar histórico, la de comandante en jefe, que asumió al iniciar en 1956 la revolución cubana que triunfó tres años más tarde.

En un sentido amplio, el liderazgo de Castro tiene un antecedente más remoto aún: el asalto al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba, el primer hecho de armas de la revolución cubana, que el próximo 26 de julio cumplirá exactamente medio siglo de haberse realizado.

Después de ese episodio, Castro fue detenido y procesado. Su discurso de defensa se convirtió en un programa político, conocido por su frase final: "La historia me absolverá". Encarcelado y amnistiado, el lider cubano salió al exilio a México, de donde volvió para encabezar la insurrección contra la dictadura pronorteamericana de Fulgencio Batista.

Con ese horizonte temporal, Castro acumula seis años como líder de una oposición armada y 44 años en el poder, aunque su tiempo efectivo en la política se remonta hasta su época de estudiante universitario, hacia finales de la primera mitad del siglo XX.

Convencido de que un revolucionario no se jubila, Castro ha indicado que no abandonará sus cargos por su cuenta. Todo indica que será relecto una vez más, para ocupar un sexto mandato como jefe de Estado y de gobierno.

Pero al paso del tiempo, ha llegado también el momento para Cuba de explorar con más certidumbre la sucesión del lider máximo. La cuestión de una Cuba pos-Castro fue ventilada públicamente el 26 de junio del año pasado por el canciller Felipe Pérez Roque, ante la ANPP reunida en sesión extraordinaria para reformar la Constitución y declarar "irreversible" el sistema socialista.

En un discurso de consulta obligada, Pérez Roque lanzó entonces el mensaje de que las nuevas generaciones de dirigentes cubanos serán fieles al socialismo y al ideario de Castro, cuando éste haya muerto e incluso cuando haya muerto el sucesor y hermano menor del mandatario, Raúl Castro.

Con la posible relección de Fidel Castro, el proceso que arranca en su fase final el próximo domingo podría también ratificar el mecanismo conocido para la sucesión del lider cubano, confirmando a Raúl Castro como el segundo hombre en el poder.

Unido políticamente a su hermano mayor desde hace más de medio siglo, Raúl Castro, de 71 años, también es ahora candidato a diputado por Santiago de Cuba. Una vez electo parlamentario, podría igualmente recibir el refrendo de su cargo de primer vicepresidente de los consejos de Estado y de Ministros, un estatuto de primus inter pares, que lo ubica en la primera línea de sucesión.

El artículo 94 constitucional dice que "en caso de ausencia, enfermedad o muerte del presidente del Consejo de Estado lo sustituye en sus funciones el Primer Vicepresidente".

Raúl Castro también es en otros ámbitos el solitario personaje ubicado inmediatamente después de Fidel. Es el segundo secretario del Comité Central del PCC y único general de ejército en el país, un rango que lo ubica jerárquicamente por encima de toda la oficialidad y lo distingue en su cargo de ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, sólo por debajo del comandante en jefe.

Aunque los comicios generales culminarán con nuevos mandatos en la cúpula institucional, quedará pendiente un segundo momento de definiciones en otra instancia de poder, el PCC.

El Congreso, la instancia con capacidad para nombrar a las autoridades partidarias, ha sesionado en cinco ocasiones a lo largo de casi tres décadas, siempre antes de las elecciones generales.

La secuencia proviene de los mecanismos de los regímenes socialistas, en los cuales el partido traza la línea y los órganos del Estado y del gobierno la aplican, por lo cual un congreso partidario tiene más influencia y visión de futuro que cualquier elección ordinaria.

El orden se ha roto esta vez en Cuba, porque los comicios generales se realizan sin que haya sesionado el 6Ɔ. Congreso del PCC.

Los congresos partidarios se han celebrado con un ritmo de cinco años, también una herencia del desaparecido campo socialista, que realizaba planes económicos quinquenales.

Pero en los dos últimos congresos del PCC ya hubo una diferencia de seis años.

El quinto Congreso se realizó en octubre de 1997, por lo cual desde octubre del pasado 2002 podría esperarse la convocatoria del nuevo cónclave comunista, que podría indicar el rumbo futuro de Cuba más claramente que las propias elecciones.

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