Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 18 de enero de 2003
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Sociedad y Justicia

Desde inicios de diciembre de 2002 se puso en alerta al gobierno de Fox

Las deplorables condiciones sanitarias en Chiapas presagian más muertes

Salazar Mendiguchía subraya que sí informó a la Ssa de la crisis que se avecinaba

La negligencia de las autoridades estatales y federales para atender una situación de "emergencia sanitaria", el desabasto de medicamentos y la falta de personal médico en Chiapas, particularmente en la zona de Los Altos, presagian más muertes en los hospitales y unidades de salud. Cientos de cartas de comisarios ejidales y comunidades enteras de varios municipios de la entidad alertaron desde principios de diciembre de 2002 sobre las deficiencias hospitalarias. No han tenido respuesta.

Algunas de las misivas -todas dirigidas al presidente Vicente Fox y al director general del Instituo Mexicano del Seguro Social (IMSS), Santiago Levy- están fechadas en ejidos y comunidades del municipio de Comitán, donde en diciembre murieron 32 niños recién nacidos en el Hospital General que, por cierto, es el único de segundo nivel en toda la región de Los Altos y que, en teoría, debería ofrecer los mejores servicios.

Las cartas reflejan el deplorable estado de los servicios médicos en el estado y la falta de atención de las autoridades del país para dotar del personal y medicamento mínimo indispensable a las unidades médicas rurales del programa federal IMSS-Oportunidades, que además enfrenta problemas de tipo laboral, por lo que incluso cierra los fines de semana, dejando a la población totalmente desamparada, en caso de requerir atención médica por mínima que sea.

La Jornada cuenta con copias de esos cientos de textos en los que hay una constante: la población puso ya al tanto a las autoridades de un problema que, de no atenderse, puede provocar que lo ocurrido en el Hospital General de Comitán (a cargo de la Secretaría de Salud) sea apenas el aviso de una verdadera emergencia de salud en Chiapas.

Todas las cartas están fechadas entre el primero de diciembre del año pasado y el 10 de enero de 2003, lo que indica que el desabasto de medicamentos y la falta de personal indicado se agudiza día con día.

Las conclusiones de la Organización Panamericana de Salud (OPS) sobre las 30 muertes en Comitán, dadas a conocer el 12 de enero, y la respuesta que a ellas dio el gobierno del estado (aparecida en la prensa nacional ayer), fortalecen la tesis de que en Chiapas ha habido negligencia por parte de las autoridades tanto federales como estatales.

El dictamen de la OPS es claro: en el hospital de Comitán no se contaba con la infraestructura y los recursos humanos suficientes para atender la demanda mayor de cuidados neonatales especiales; hubo un incremento importante en el número de recién nacidos que requirieron atención; estos recién nacidos presentaban una situación de gravedad, y hubo un inadecuado control prenatal en la mayoría de los casos.

Por su parte, el gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía reveló que recibió la administración estatal en situación de "verdadera emergencia sanitaria", lo que fue comunicado "oportunamente a la Secretaría de Salud federal", además de que se enfrentaron problemas de desabasto "porque no se contaba con medicamentos mínimos indispensables para dar atención" a la población.

Y sobre los "problemas de infraestructura", lamentó que "no haya sido atendido por la Secretaría de Salud federal el año pasado", toda vez que en 2002 "no se destinó un solo peso para inversión en Chiapas".

Comitán, Tonalá, Mapastepec, Acacoyagua, Suchiate, Siltepec, Escuintla, Ciudad Hidalgo, Acapetahua, Cacahuatán, Sabanilla, Tila, Tumbalá, Mitontic, Tenejapa, Chenalhó, Jitotol de Zaragoza, Chalchihuitán, Teopisca, Altamirano e incluso de Tapachula, en la costa chiapaneca, son las comunidades que entre diciembre y lo que va de enero alertaron de la gravedad de la situación.

Casi todas las cartas están fechadas en el último mes del año pasado y no hay una sola en la que la población o sus representantes ejidales no adviertan sobre el desabasto de medicinas, la falta de médicos y enfermeras y la ausencia de equipo de primeros auxilios.

Como muestra de la desatención a la población infantil (que ya tuvo trágicas consecuencias en Comitán), una carta (fechada el 17 de diciembre) da cuenta de la situación en el hospital rural de Bochil, que también da servicios a los habitantes de Jitotol de Zaragoza:

"En el hospital rural de Bochil necesitamos que se regularice el servicio de ginecología, ya que desde hace más de un año no contamos con ginecólogo en dicho hospital, y le recordamos que la atención en la salud materno infantil y enfermedades ginecológicas son prioridades en el programa IMSS-Oportunidades", dice la misiva enviada a Fox Quesada por representantes ejidales de la zona.

Otra llamada de atención surgió el 3 de enero de la comunidad Francisco Sarabia, de Comitán, cuyas autoridades ejidales también dirigieron una carta a Fox, a Levy y al gobernador Salazar Mendiguchía: "por este medio les solicitamos que apoyen con todo lo necesario nuestra clínica, surtiendo más medicinas, ya que hace tiempo que estamos careciendo de medicamento para atender a nuestra comunidad que cuenta con 6 mil habitantes entre niños y adultos. Les solicitamos también que nos apoyen con otro médico y otra enfermera, para que así tengamos más atención, porque con la doctora y dos enfermeras no es suficiente, porque en los días que van de visita en los lugares cercanos, queda cerrada nuestra clínica".

Hay otra carta (22 de diciembre de 2002) respaldada por cientos de firmas de habitantes de Ampliación La Laguna, municipio de Acacoyagua, que advierte que la Unidad Médica Rural "se ha quedado vacía de medicinas", además de que desde "hace meses" se quedaron sin servicio los sábados y domingos. De nada les sirve "caminar hasta cinco horas" para llegar a un centro de salud sin medicinas y sin doctores ni enfermeras.

Y así hay más. Decenas y decenas de cartas salidas de esos municipios alertando sobre la falta de medicinas y de médicos en la entidad. Una verdadera voz de alerta que no ha tenido respuesta.

DE LA REDACCION

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