Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 25 de enero de 2003
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Política

Jenaro Villamil

Canal 40: triunfo de la opinión pública

Del decretazo del 10 de octubre al madruguete de Tv Azteca en el cerro del Chiquihuite -el 27 de diciembre del 2002- una auténtica movilización de la opinión pública se generó y obligó, frente a la ausencia, el silencio o la complicidad del gobierno federal, a restituir el estado de derecho frente al estado de facto que se pretende imponer desde las corporaciones mediáticas.

La sociedad civil no se fue de vacaciones. Demostró que en la dictadura del rating aún cuenta -y mucho- la crítica, la información y la toma programática expresada en la prensa y la radio, frente a un gobierno errático, distanciado del Poder Legislativo y del Poder Judicial, y rehén de acuerdos inconfesables con una empresa de origen ilegítimo. Todavía el viernes, Televisión Azteca intentó, contra toda lógica jurídica, mantener el estado de facto, y litigar en su favor abusando de sus dos señales nacionales.

La agresión contra CNI-Canal 40 se convirtió en una causa social y política por dos razones fundamentales: la ostentación grosera de poder e impunidad que la televisora de Ricardo Salinas Pliego exhibió dentro y fuera de la pantalla para apropiarse ''a la mala'' de un bien público concesionado, y el escandaloso silencio del gobierno federal: desde las secretarías de Gobernación y de Comunicaciones y Transportes, hasta el mismo Presidente de la República, que frente al escándalo generalizado en los medios informativos sólo alcanzó a musitar: ''Ƒy yo por qué?''.

En paralelo, el restablecimiento de la señal de Canal 40 pronto se convirtió en una demanda de amplio consenso por tres hechos no menos importantes: la actitud de dignidad y defensa de su fuente laboral que protagonizaron los trabajadores de la televisora que, en contraste, exhibió la indignidad de los métodos de Tv Azteca para "comprarlos"; el aseguramiento de las instalaciones de Canal 40, que constituyó una segunda y grotesca agresión justificada por Pedro Cerisola -titular de Comunicaciones-, la cual no encontró eco ni entre destacados juristas ni mucho menos entre legisladores de su propio partido, del PRI y del PRD, y la coincidencia entre especialistas, columnistas e informadores de que no se trató de un ''conflicto entre particulares'', sino de un peligroso modelo para desaparecer opciones mediáticas ''incómodas'' para el duopolio televisivo y para el gobierno foxista. Detrás del ataque a Canal 40 existieron violaciones abiertas a la libertad de expresión, al derecho a la información y a la necesaria pluralidad en los medios.

Un comunicador de amplia experiencia como Jacobo Zabludovsky sintetizó así en su programa radiofónico De 1 a 3 el amparo otorgado por la juez Luz María Díaz Barriga: es el resultado, "tal vez de la primera manifestación, de que existe un cambio en la sociedad civil, pero en contra del propio Poder Ejecutivo''.

En el foro organizado el lunes 20 por la Fundación para la Democracia, los 16 participantes coincidimos en la necesidad urgente de restablecer la señal de Canal 40 y de condenar las acciones ilegales de Tv Azteca. Joaquín López Dóriga subrayó que en los medios no existen ''opciones pequeñas'' y todas son necesarias. Miguel Angel Granados Chapa recordó y desmenuzó la inoperancia de la actual Ley Federal de Radio y Televisión. Carmen Aristegui calificó el caso de paradigmático y necesario para que todos los medios se vean en ese espejo. Mayté Noriega hizo un amplio y documentado recuento de la suma de ilegalidades de origen que definen a Tv Azteca. El abogado Néstor de Buen indicó que no se puede olvidar que los legionarios de Cristo están detrás de este caso, como es probable que también estuvieran en el conflicto interno de Imagen. Ciro Gómez abundó en los métodos de agresión y en las mentiras de Tv Azteca, y los líderes políticos ahí presentes (los perredistas Rosario Robles, Cuauhtémoc Cárdenas e Imanol Ordorika, los senadores Javier Corral y Salvador Rocha y el diputado Enrique Herrera) coincidieron en la demanda de restablecer el estado de derecho, restituyendo la señal de Televisora del Valle de México.

En los medios fueron muy pocas las voces que defendieron la posición de Tv Azteca. Por ello, Tristán Canales, vicepresidente de esta empresa, expresó el jueves 23 un argumento de pirotecnia con todo el sello de la casa: se quejó de que la televisora del Ajusco se convirtió en "víctima" de la "peor campaña" de linchamiento de "supuestos intelectuales" del "foro rojo". El mismo Canales intentó abortar la entrega de la señal a Canal 40.

En medio de la impugnación generalizada, la primera dama Marta Sahagún decidió aparecer esta semana como promotora de la donación de bicicletas entre Fundación Azteca y Vamos México en una operación de lavado de imagen que no tuvo nada de ingenuo ni casual. Las lealtades y los intereses ''caritativos'' quedaron así claramente delimitados.

ƑQué sigue? La verdadera y amplia operación de reforma democrática de los medios a partir de un elemento que seguirá presente: hoy el duopolio televisivo recibió un golpe certero en el corazón de sus oscuros acuerdos con el foxismo. La prensa demostró que no toda la agenda informativa está determinada por la pantalla y que la opinión pública es algo más que un fantasma mercadológico que puede ser maleable con golpes mediáticos.

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