Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 25 de enero de 2003
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Sociedad y Justicia
Demócratas y republicanos de EU buscan con propuestas limitadas la simpatía de los hispanos

La reforma migratoria, en riesgo de reducirse a parches legales

Oposición de sectores conservadores, campaña contra la matrícula consular y hegemonía republicana en el Congreso desdibujan una iniciativa de grandes vuelos, coinciden analistas

JIM CASON Y DAVID BROOKS /Y II

Washington y Nueva York, 24 de enero. La vociferante y activa oposición de sectores antinmigrantes, la campaña contra la matrícula consular y la nueva mayoría republicana en las dos cámaras legislativas podrían generar el ruido suficiente para que los políticos de la Casa Blanca y del Congreso decidan, una vez más, postergar una reforma en materia migratoria.

El gobierno de George W. Bush ha incluido ese tema en su lista de prioridades para este año; pero según algunas versiones, la Casa Blanca ha abandonado sus planes para lograr la aprobación de un amplio paquete de reforma a las leyes migratorias. En su lugar prepara una serie de limitadas iniciativas que facilitarían el proceso para solicitar la legalización e incrementarían el número de inmigrantes a los que se les permite el ingreso al país mediante ciertos programas, entre otras medidas.

Toda la atención se centra ahora en el Congreso, señaló John Gay, vocero de la Coalición de Trabajadores Esenciales, agrupación del sector privado pro inmigrante.

En entrevista con La Jornada, Gay explicó que durante los últimos dos años el enfoque se había centrado en la negociación entre México y Estados Unidos, pero que ahora los promotores de una reforma en la materia entienden que esas pláticas se han estancado y que el esfuerzo se debe centrar en el Congreso de Estados Unidos.

''Aún estamos buscando toda la enchilada", explicó Gay, en alusión a una frase del ex canciller mexicano Jorge G. Castañeda para referirse a un paquete de reformas profundas, que incluyan la ampliación de programas de trabajadores huéspedes y algún tipo de proceso para obtener la legalización con base en el mérito de los indocumentados residentes en el país.

Pero los grupos empresariales, advirtió Gay, están más interesados en un proyecto legislativo que pueda lograr el apoyo bipartidista en vez de una iniciativa que resulte sólo una postura política con fines electorales. Con los republicanos controlando las dos cámaras del Congreso, todos entienden que será imposible lograr cualquier reforma migratoria sin el respaldo de ese partido.

Con ese cálculo político presente, Gay señaló que su influyente agrupación ha hablado con legisladores republicanos para intentar medir cuánto apoyo existe para una nueva iniciativa legislativa sobre el tema migratorio.

Angie Kelly, vocera del Foro Nacional de Inmigración -coalición de agrupaciones pro inmigrantes-, indicó que comparte la opinión de que la única posibilidad de éxito en el Congreso es con una iniciativa que tenga el apoyo de los demócratas y por lo menos algunos republicanos. Su organización ayudó a convencer al líder de los demócratas en el Senado, Tom Daschle, a postergar su intención de presentar una iniciativa de reforma migratoria a principios de este año, con la idea de hacerlo posteriormente, propuesta que gozó del respaldo de miembros de ambos partidos.

Pero eso podría ser difícil. El problema, según varios asesores legislativos entrevistados por La Jornada, es que el politiqueo en torno del tema migratorio ha logrado congelar cualquier proyecto comprensivo y serio en los últimos tres años.

Se han realizado un sinnúmero de debates y discusiones, y diversos legisladores han presentado varias iniciativas parciales. Pero aun con el apoyo de la Casa Blanca, los sindicatos, las agrupaciones empresariales y los activistas pro inmigrantes, no se ha logrado nada semejante a un paquete de reforma amplia y a fondo.

Los senadores Daschle y Edward Kennedy ya están dibujando el esquema de una nueva propuesta profunda, pero podrían no estar listos para presentarla en algunos meses. "Nuestra esperanza es que este año podamos ofrecer un proyecto bipartidista", comentó una asesora legislativa que ha participado en estas negociaciones.

''Lo que estamos buscando es un paquete amplio que incluya la legalización ganada, esto es, la oportunidad para los indocumentados de legalizarse si cumplen con ciertos requisitos", dijo.

Además, esta iniciativa también incorporaría un nuevo programa de trabajadores huéspedes, que no sería llamado así, pues provoca referencias negativas con programas similares del pasado, y un aumento del número de inmigrantes a los que se les permite ingresar al país de forma legal, siempre y cuando tengan a un familiar inmediato residiendo en Estados Unidos.

Pero tanto demócratas como republicanos tienen por lo menos dos motivaciones en este debate. Bush y los demócratas desean promover algún tipo de reforma migratoria, pero también están conscientes de que este tema y la forma en que lo manejan podrían ser clave en el apoyo del electorado hispano.

Así, mientras en público hablan de cooperación bipartidista en este tema, también harán todo lo posible para que sus contrincantes no obtengan ventajas políticas por este asunto.

"Si los republicanos se rehúsan a cooperar y juegan duro, no vamos a quedarnos quietos y a permitir que tomen ventaja de este tema", advirtió una fuente legislativa demócrata a La Jornada.

Por su lado, un asesor legislativo republicano hizo una advertencia parecida: "Es un tema que le interesa profundamente al presidente Bush", comentó.

El representante republicano Chris Cannon, aliado cercano a Bush en el tema migratorio, cree que la reforma será una prioridad para su partido en 2003. "Es un tema que le interesa mucho", dijo una vocera de Cannon a La Jornada.

Aunque no dio detalles sobre el tipo de iniciativas legislativas que presentarían, insistió en que esperaban contar con un borrador de esa propuesta en los primeros dos meses de este año.

Otras fuentes indican que los republicanos podrían presentar varias propuestas separadas sobre el tema, entre ellas una para un programa de trabajadores huéspedes y otra sobre un programa limitado de legalización ganada.

El debate sobre la reforma migratoria de este año se complicará aún más porque la mayor parte de la burocracia federal encargada de asuntos migratorios se está trasladando al recién creado Departamento de Seguridad. Pero esa nueva secretaría comenzará funciones a principios de febrero y cualquier iniciativa legislativa de reforma migratoria tendrá que considerar esta nueva estructura del gobierno federal.

No obstante, Demetrios Papademetriou, experto en políticas migratorias y codirector del Instituto de Políticas de Migración en Washington, cree que los altos funcionarios recién instalados en el nuevo Departamento de Seguridad empiezan a entender el vínculo entre seguridad e inmigración. Papademetriou dijo a La Jornada que ya han sostenido varias conversaciones con algunos de esos funcionarios sobre temas relacionados con la migración, y particularmente sobre el peligro de tener a millones de indocumentados en el país sin sacarlos de las sombras.

Durante mucho tiempo, Papademetriou ha sostenido que ofrecer una avenida para la legalización de por lo menos algunos de los trabajadores indocumentados, incrementaría la seguridad, pues permitiría al gobierno entender quién está en este país y dónde.

''Estoy bastante impresionado por la manera en que la gente en el Departamento de Seguridad ya entiende que para que puedan ejercer su mandato de forma efectiva, tanto en la frontera como en el interior, tendrá que hacer algo en torno a los inmigrantes indocumentados".

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