Si desembarcan los soldados estadunidenses morirán
un millón, dice Hussein
Blix y El Baradei viajan a Irak el próximo sábado,
anuncian Bagdad y la AIEA
Ambos funcionarios presentarán un nuevo informe
al Consejo de Seguridad el día 14
AFP
Viena, 1º de febrero. El jefe de los inspectores
de desarme de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Hans Blix,
y el director ge-neral de la Agencia Internacional de la Energía
Atómica (AIEA), Mohamed el Baradei, viajarán a Bagdad el
próximo 8 de febrero, anunciaron la portavoz de la agencia, Melissa
Fleming, y el viceprimer mi-nistro iraquí, Tarek Aziz.
"No hay indicios de que se vayan a reunir con (el presidente
iraquí) Saddam Hussein", señaló Fleming, y añadió
que Blix y El Baradei enviaron una carta común el sábado
a las autoridades iraquíes para anunciarles su llegada.
"Manifestaron su disposición a efectuar esta visita
para hacer todo lo posible para lograr el desarme (de Irak) mediante las
inspecciones", añadió la portavoz.
En la misiva, Blix y El Baradei expresaron también
"su clara esperanza de que los iraquíes hagan todo lo que puedan
para desarmarse", indicó.
Fleming precisó que Blix y El Baradei quieren que
"antes de la visita (Irak) acepte que los (aviones espías estadunidenses)
U-2 sobrevuelen (su territorio) y los interrogatorios en privado
(de investigadores iraquíes), así como una legislación
nacional sobre armas de destrucción masiva".
Aziz afirmó que se "enteró por la mañana
en el Ministerio de Relaciones Exteriores de que Blix estará aquí
el 8". Al ser interrogado sobre si el jefe de los inspectores sería
recibido por el presidente iraquí, respondió: "No creo que
eso pueda ocurrir".
En
Viena, un portavoz de la ONU anunció que Blix y El Baradei, presentarán
un nuevo informe ante el Consejo de Seguridad del organismo mundial el
14 de febrero a instancias de Alemania.
Blix desmintió en una entrevista al New York
Times que Bagdad mantenga relaciones con la red Al Qaeda, de Osama
Bin La-den, como afirmó Bush el martes en su informe a la nación.
También negó que sus equipos hayan descubierto
que Bagdad oculta y traslada de un lugar a otro instalaciones ilegales
para evitar que sean inspeccionadas, como había dicho Powell.
Por su parte, el vicepresidente iraquí, Ta-ha Yassin
Ramadan, amenazó en una entrevista que publicará el lunes
el semanario alemán Der Spiegel, que se perpetrarán
atentados suicidas fuera de Irak si Estados Unidos ataca al país
árabe.
"Los mártires, autores de los atentados suicidas,
constituyen nuestras nuevas armas y no van solamente a intervenir en Irak.
Los pueblos árabes van a ayudar al pueblo iraquí en la lucha
por su independencia y su libertad. Será un incendio en toda la
re-gión", advirtió.
"Esta parte del mundo va a convertirse para los estadunidenses
en un mar de resistencia y de peligro. Eso va a ser mucho más grave
para ellos de lo que hubo antes. Sobre todo allí donde se encuentran
los militares estadunidenses, es decir, Arabia Saudita y Kuwait", añadió
el responsable iraquí.
A su vez, el presidente Saddam Hussein aseguró
que su ejército matará a un millón de soldados estadunidenses
si éstos desembarcan en Irak.
"El enemigo no efectuará un desembarco en la periferia
de Bagdad porque morirá. Incluso si envía un millón
de soldados, nuestros hombres los matarán", declaró Hussein
al recibir a jefes militares, informó la prensa iraquí este
sábado.
El mandatario realizó numerosas reuniones con los
máximos responsables del ejército iraquí, entre ellos
su hijo Udai, quien dirige las unidades de elite del régimen, y
el ministro de Defensa, el sultán Hashem Ahmand, para elaborar una
estrategia destinada a enfrentar un eventual desembarco enemigo sin exponer
a las tropas iraquíes a un gran peligro.
Por otro lado, Irak desmintió este sábado
haber importado de India materiales sensibles que pudieran servir para
la fabricación de armas prohibidas, como aseguró el diario
estadunidense Los Angeles Times el pa-sado 19 de enero.
El rotativo afirmó, con base en documentos de la
justicia de India, que la empresa NEC Engineering Private Limited entregó,
entre septiembre de 1998 y febrero de 2001, pedidos a Irak por un valor
de 800 mil dólares, que incluían bombas centrífugas
de titanio.
Las exportaciones pasaban primero por Jordania y los Emiratos
Arabes Unidos para terminar en la planta química Falujá II,
precisó el diario, que citó a los servicios de espionaje
estadunidense y británico.