Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 6 de febrero de 2003
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Política

EL CAMPO ANTE EL TLCAN

La pobreza mata a muchos, dice el cardenal

Lamenta Rivera Carrera la inestabilidad económica

JOSE ANTONIO ROMAN

En una homilía donde la palabra ''cambio'' fue recurrente, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, lamentó la ''inestabilidad económica'' del país y dijo que la pobreza ''mata a muchos'' mexicanos. Además, agregó, somos testigos de múltiples y constantes ''descalificaciones y enfrentamientos'' entre los actores políticos.

Al reunirse con cientos de jóvenes en el Seminario Menor Diocesano, el prelado discrepó con las declaraciones que pronunciara la víspera el presidente Vicente Fox, en el sentido de que ni la economía ni el campo están en crisis, y que el país marcha bien. Rivera Carrera aseguró que esta ''inestabilidad económica'' afecta la generación de empleos y el poder adquisitivo de nuestra moneda. ''Creo que en todas las familias sienten ese problema de falta de crecimiento de nuestra patria'', agregó.

Dijo que junto a este difícil panorama económico, también se observa la falta de acuerdos entre los actores políticos, que en lugar de organizarse para trabajar en bien de México y promulgar mejor leyes, esa energía que tiene el país en su conjunto se ve ''desgastada'' por este tipo de confrontaciones. La desesperanza y el desaliento se hacen presentes, advirtió.

En su homilía, que por momentos se convirtió en un diálogo con los jóvenes, a quienes preguntó qué faltaba cambiar en el país y en la ciudad de México, el arzobispo dijo que percibía en ellos el ''anhelo de un auténtico cambio'' de muchas de las cosas que nos rodean, pero también una férrea decisión y compromiso para que esto ocurra.

El encuentro se realizó en el Seminario Menor de Huipulco, donde fue colocada una enorme lona y cientos de sillas para celebrar la misa. Desde un improvisado altar, el cardenal Rivera estuvo acompañado por varios de sus obispos auxiliares y vicarios episcopales.

Y aunque la homilía la llevaba escrita, el prelado improvisó al preguntar a los jóvenes cuáles serían las cosas que sería necesario cambiar en el país. La pobreza, la desigualdad, la pérdida de valores y la discriminación fueron algunas de las respuestas que recibió el cardenal. De la ciudad de México, dijeron que la corrupción y la inseguridad pública debían terminar.

Rivera Carrera señaló que estos problemas son, efectivamente, algunos de los males que afectan al pueblo de México, pero que él quería citar otros. Así, se refirió a los ''graves atentados'' en contra de la vida, como los ataques terroristas, las amenazas de guerra, la manipulación de embriones humanos y la pobreza extrema. Expresó que todo esto a nivel mundial está creando un ''clima de angustia''.

Pero a nivel nacional, apuntó, están la situación ''inestable'' de la economía, que afecta la generación de empleos y lleva a la pérdida de la capacidad del poder adquisitivo de nuestra moneda, y nos conduce a que la pobreza crezca todavía más. Aunque no lo citó en su homilía, en el texto que había preparado se refería también a la difícil situación que vive el campo, del cual escribió que el abandono de éste, desde hace ya muchos años, ha llevado a una ''creciente migración''.

A la realidad económica y de desacuerdo político, el prelado añadió un aumento en la delincuencia, alcoholismo y drogadicción entre los menores de edad y los jóvenes, quienes encuentran violencia en las calles y en sus propios hogares. Dijo que el desaliento y la desesperanza ha convertido al suicidio en una de las causas crecientes de mortandad entre la juventud.

''Todo lo anterior son diversas expresiones de la cultura de la muerte, realidad que muchos no quieren aceptar y que es un signo claro de la ausencia de Dios y de su amor en el corazón del hombre y en sus estructuras sociales y familiares'', señaló.

El cardenal también preguntó a los jóvenes si recibían apoyo de sus respectivas parroquias. Un no fuerte fue la respuesta, que para algunos resultó inesperada, incluso para el arzobispo, quien dijo: ''Esta es una realidad arquidiocesana'', y pidió a los adolescentes tocar las puertas de su iglesia, ''una iglesia a la que tienen derecho y es suya''. Los exhortó a ser valientes y tratar de cambiar esta realidad adversa.

''Tengo que reconocer que en la actualidad es necesario que desde las parroquias se abran espacios de participación para ustedes; esto será más fácil si con confianza y constancia contamos con su presencia en la comunidad forjadora de apóstoles que esperamos sea cada parroquia'', citó el arzobispo primado de México, quien reiteró que en los jóvenes ve la necesidad del cambio.

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