El proyecto no es viable en un edificio que ahorita no es nuestro: José de Jesús Aguilar

Interés de la Iglesia por contar con ''un museo de arte sacro''

Como el ex Palacio del Arzobispado es del gobierno, no es fácil que regrese al clero, dice el sacristán mayor de la catedral De crearse, ''no tendría que competir con otros espacios''

MERRY MAC MASTERS

Contar con un museo de arte sacro sería un proyecto ''muy interesante" para la Iglesia católica mexicana, sin embargo, ''no nos atrevemos a decir que esto lo vamos a hacer en un edificio que evidentemente ahorita no es de nuestra propiedad", afirma el sacristán mayor de la Catedral Metropolitana, José de Jesús Aguilar, en referencia a un posible cambio de manos del Antiguo Palacio del Arzobispado, que desde 1994 alberga el Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

La otrora residencia de los arzobispos dejó de funcionar como tal en 1859, cuando fue expropiada. Ahora ''pertenece al gobierno y no quisiéramos decir que estas cosas, pues, fácilmente regresen a la Iglesia. Hay una historia de por medio", precisa el sacerdote.

Valorar un patrimonio

También vicepresidente de la Comisión de Arte Sacro (CAS), de la Arquidiócesis de México, José de Jesús Aguilar indica que, desde hace varios años, ha sido una idea de esa instancia poder cumplir con las finalidades por las que fue creada, entre las cuales el Vaticano sugiere que en los lugares donde sea posible ''se instituyan museos de arte sacro y de sitio".

No obstante, ''por falta de presupuesto, de espacios, no se ha podido conseguir esto. Ultimamente, por la prensa me doy cuenta de que al parecer alguien tiene la intención de que la Iglesia pueda contar con un espacio.

''Las autoridades eclesiásticas no tenemos absolutamente ninguna información. Ojalá que no sea sólo el deseo de alguien, sino que con el paso del tiempo la arquidiócesis pueda tener un museo en el que exhiba, se ayude a valorar y a tener una cantidad de obra interesante para que las personas tomen en cuenta que la Iglesia y la fe no sólo han propiciado arte en los tiempos pasados, sino que lo siguen haciendo", señala el entrevistado.

Sería un lugar en el que se pudiera exhibir ''no sólo una colección permanente, sino también alguna de las obras que se van restaurando. Todo esto con la finalidad de que las personas conozcan su acervo, lo cuiden, y que al valorarlo se evite el robo de arte sacro", asegura el religioso.

-De contar con un espacio, Ƒya saben cuáles piezas se van a exhibir?

-No. Eso sería una preparación de largo plazo. La preparación de corto plazo existe porque los lineamientos del Vaticano para todas las arquidiócesis del mundo existen.

''Cualquier persona se estaría adelantando si todavía no tenemos un local. Se ha hablado en algún momento de conseguir algunos espacios, no sólo para el museo de arte sacro de la arquidiócesis, sino de la misma catedral, que ha solicitado a la Dirección General de Sitios y Monumentos buscar algunos otros espacios, quizá cercanos en la calle de Guatemala, para que allí se pudiera exhibir parte de su acervo. Son proyectos completamente distintos que podrían conjuntarse, podrían diferenciarse. Pero para que se realicen se necesita mucho tiempo.''

El sacristán mayor anota que los pasos de la CAS han sido ''lentos, paulatinos. Ahorita nos ha interesado mucho crear la conciencia de que el arte sacro es un patrimonio que se tiene que cuidar y valorar. Esto ha ido sobre todo a las comunidades rurales, indígenas, las que quizá no tienen la formación necesaria y que desgraciadamente en el caso de algún arreglo de alguna imagen, más que una restauración le hacían una pintura inadecuada".

Espacio con vocación propia

-ƑCrear un museo de arte sacro significaría desmantelar iglesias u otros recintos?

-La comisión pretende que los objetos estén en su lugar, por eso se habla de museos de sitio. Sería lamentable que la misma CAS estuviera moviendo obra. En el caso de que se tuviera que restaurar una pieza, se podría retirar de forma temporal y una vez restaurada, ofrecerla un tiempo, por decir algo, un mes en algún lugar para que las personas la vieran, se inspiraran para que en sus propias comunidades se restaurara obra y luego regresara a sus lugares.

''Sería absurdo, por ejemplo, que alguien pensara que el tesoro de la catedral, que ahora se encuentra en Tepotzotlán, regresara a la catedral o a un recinto de este tipo. Este museo de arte sacro no tendría que competir, de acuerdo a los lineamientos del Vaticano, con otros museos. Se trataría de crear un museo con una finalidad propia que evidentemente tendría relación con otras instancias. Pero, de ninguna manera querría competir con otros museos que ya existen, porque entonces, Ƒpara qué crear uno nuevo?''