Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 14 de febrero de 2003
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La lucha no es sólo contra el impuestazo; recuperaremos los hidrocarburos del país, dice

Seguirán las movilizaciones en Bolivia hasta derrocar al gobierno: Evo Morales

Siguen los incidentes violentos en La Paz y se eleva a 27 el número de muertos

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 13 de febrero. Las imágenes de los saqueos en Bolivia recordaron aquí, inevitablemente, a Argentina el 19 y 20 de diciembre de 2001, y el accionar militar en los enfrentamientos con los policías rebeldes o en la represión a marchas pacíficas, hicieron regresar los peores fantasmas autoritarios a América Latina.

bolivian_killedEl diputado y dirigente indígena y campesino Evo Morales, en breve diálogo telefónico con La Jornada, dijo que pidió la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y el vicepresidente Carlos Mesa, y que asuma el mando el presidente de la Cámara de Diputados, "porque es la voluntad mayoritaria en estos momentos. Lamentablemente el gobierno encendió la chispa y ahora el país está ardiendo. Vamos a seguir en las movilizaciones hasta derrocar al gobierno y no sólo contra el impuestazo, sino también para recuperar los hidrocarburos y el país".

El mandatario neoliberal enfrenta el mismo pedido también por parte de sindicatos y opositores que claman por su renuncia, luego que las fuerzas militares se enfrentaran a policías que se unieron al rechazo a la decisión de establecer un impuesto al salario.

Nuevos incidentes de violencia tuvieron lugar este jueves, según consignaron agencias de prensa, con saldo de nueve muertos y varios heridos, lo que significa que entre ayer y hoy 27 personas perdieron la vida y unas 83 resultaron heridas.

Según los mismos informes, de cara a un paro de 24 horas y marchas campesinas y populares en La Paz, la capital del país, convocada por la Central Obrera Boliviana (COB) en reclamo de la renuncia de Sánchez de Lozada, el ejército controlaba la ciudad y mantenía un despliegue de tanques en la céntrica Plaza Murillo.

Aunque muchos hablan de las similitudes con Argentina, los dirigentes bolivianos contactados por este periódico recordaron hoy que su país lleva largo tiempo de convulsiones sociales, agravadas en los últimos dos años, y es escenario de enfrentamientos que van desde las guerras por el agua hasta los levantamietnos de los campesinos cocaleros, cuyo más reciente bloqueo de rutas fue en enero.

"Lo que percibimos es que la situación aquí no va más. El país está paralizado, convulsionado y en pocos meses el gobierno ya tiene en su haber decenas de muertos y cientos y cientos de heridos, acciones represivas, militarizaciones. Las imágenes de estas últimas horas lo dicen todo. Por eso las organizaciones sindicales, sociales, políticas y diversos sectores piden las renuncias ya del presidente y vicepresidente, porque no tienen ninguna autoridad", sostiene el diputado Antonio Peredo, que acompañó en la fórmula presidencial a Morales. Sólo un punto y medio los separó de llegar a la presidencia y eso habla claramente de la debilidad del arribo de Sánchez de Lozada, un mandatario que no habla correctamente el idioma de su país, el castellano, ya que vivió la mayor parte de su vida en Estados Unidos.

"Si uno ve las cifras de muertos en sólo unas horas tiene la dimensión de la gravedad de los sucesos que vive Bolivia. No puede ser que los militares hayan disparado sin una orden y ya se ha trazado el diagrama para ver cómo actuaron y desde dónde dispararon. Hemos registrado sus disparos de ayer, se ubicaron como francotiradores en los techos de la casa gubernamental, en la Catedral, y desde allí mataron a civiles, entre ellos niños, cuando el presidente salía por una puerta trasera del palacio", explica a La Jornada Peredo, jefe alterno del bloque de diputados de MAS (Movimiento al Socialismo), que encabeza Evo Morales, es también hermano de Inti, Coco y Chato Peredo, que compartieron la lucha de Ernesto Che Guevara en Bolivia, y de los cuales sólo sobrevive el último.

bolivian_soldiersSánchez de Lozada trata de continuar con el modelo neoliberal que impuso en su anterior administración entre 1993 y 1997, y que llevó al país a su actual crisis. Ahora llevando adelante un plan del Fondo Monetario Internacional (FMI), provocó el incendio. Las dos semanas de bloqueos y movilizaciones comenzadas el 13 de enero pasado y la represión brutal lanzada, con una militarización del país, mostraron por una parte que la población no estaba dispuesta a más ajustes, y por la otra los métodos represivos oficiales anunciaban lo que podría venir.

Luego se iniciaron mesas de diálogo, pero se vio rápidamente que el presidente sólo intentaba ganar tiempo. Mientras en una de esas mesas se discutía el presupuesto nacional, Sánchez de Lozada lanzó el 9 de enero su impuestazo. Fue como echar gasolina a un pajar ya incendiado.

"Hay dos consideraciones que hacer: en las movilizaciones de enero pasado, el gobierno intentó aislar todo en función de tratar de imponer la idea de que se trataba del problema de la coca, pero ahora está sin salida, ya la gente no quiere esperar más y cuando él intentó dar un paso atrás, ya era tarde. Un hombre de campo sabe cuando un caballo se desbocó y él intenta estar ahí sin ninguna autoridad a estas horas, y sus medidas sólo contribuyen a agravar e incendiar la situación" , precisa Peredo.

Algunos comentaristas refieren que Sánchez de Lozada quiso intentar una jugada política y que lanzó el impuestazo a sabiendas del rechazo que iba a provocar, pero creyendo que las movilizaciones estaban agotadas, y luego pensaba lanzar un decreto para que el gas se vendiera a Estados Unidos vía Chile, lo que también violenta la voluntad popular.

"Si así fuera sería aún más grave y en el camino elegido el gobierno demostró que no tiene ninguna autoridad", a lo que agrega que no hay vuelta posible a la tragedia de las muertes que ha producido desde que asumió el poder. Tampoco es fácil volver atrás después del terrible enfrentamiento entre policías y militares y la actuación de éstos.

"A su vez la ausencia policial (hoy los policías lograron un acuerdo y retomaron patrullajes) dio lugar a que algunos grupos comenzaran saqueos y todo fue estallando sin conducción, y es lógico que hubiera delincuentes o gente enviada, pero lo que finalmente estalló fue el cansancio de la la gente y la desesperación", continúa Peredo.

El alzamiento que se generalizó, insiste, fue la consecuencia de la brutal represión militar. "Todo sucedió como en un volcán en erupción cuando ya lanza el fuego y el gobierno se ve incapaz de tomar una resolución que lo desactive. Los tanques recorriendo la ciudad y el ejército atacando brutalmente a tiros la multitudinaria marcha pacífica convocada por la Central Obrera Bolivana (COB) lo dicen todo. El gobierno creía que sólo el movimiento campesino le demandaba, pero ahora son las ciudades. Sólo le queda el camino de alejarse ya", concluye.

Pese a la presión de los sindicatos, organizaciones campesinas y todo el espectro opositor, el vicepresidente Mesa descartó esta noche una renuncia del gobernante, que según reportaron agencias de prensa, recibió el apoyo de Estados Unidos, la OEA y las muestras de "preocupación" y solidaridad de la ONU, el FMI, el papa Juan Pablo II, el Mercosur y los países andinos. En este contexto, reportó Afp, Evo Morales, consideró que ante la grave crisis, Sánchez de Lozdada podría dar un "autogolpe", cerrando el Congreso.

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