Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 16 de febrero de 2003
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Política
REPUBLICA DE PANTALLA

Jenaro Villamil

Frente a la guerra: voyeuristas o movilizados

El campo no los aguanta más

La reforma a los medios, derechos de periodistas

LA PRIMERA FASE de la guerra de George W. Bush ya se inició. Es contra sus propios gobernados. Reducidos a espectadores de un thriller absurdo, los estadunidenses se transforman en víctimas del terror y la censura internos. Intoxicados de ántrax mediático y de propaganda bélica que se disfraza de información, ese pueblo se plantea también el dilema que recorre el mundo: quedarse ante CNN, Fox News o CBS para esperar que caiga la primera de las 400 bombas inteligentes sobre Bagdad, mientras se restringen sus derechos civiles, o movilizarse para contrarrestar la "inminencia" de esta primera guerra del terror unilateral del siglo xxi. Voyeuristas del aparato de videoguerra o movilizados contra la mentira.

EL VOYEURISTA SE QUEDA con la historia que le cuentan los medios masivos. Interioriza el miedo y la sicosis que tan buenos servicios prestan al gobierno republicano para aniquilar a los ciudadanos críticos. Es contra esos ciudadanos que dirige su guerra de baratijas puritanas, de fanatismo petrolero y de retórica del "eje del mal", no contra Saddam Hussein ni contra Osama Bin Laden, ex socios e informantes de su padre en la Agencia Central de Inteligencia. El voyeurista siente que la red Al Qaeda apunta contra su hogar y transforma su razonamiento en un edificio virtual que puede ser derribado en cualquier momento. Recuerda una y otra vez las imágenes del 11 de septiembre de 2001, porque la pantalla televisiva no le da tregua. El voyeurista espera a algún otro francotirador que le dé caza como si estuviera en la casa del Big Brother o que en las hamburguesas de alguna cadena que patrocina su programa favorito aparezcan esporas malignas de ántrax que invadirán su cuerpo. El voyeurista asiste a una videoguerra como si se tratara del próximo capítulo de un western o del intermedio entre un superbowl y otro. Ya se olvidó de los talibanes (ignora que a decenas de ellos el mundo libre los tortura en la base de Guantánamo), teme a Saddam, se electriza con la voz de Osama y maldice a los norcoreanos, tan destructivos y siniestros como vio en la reciente película de James Bond.

LOS MOVILIZADOS, por el contrario, defienden con garra la otra versión de la historia. Están hartos de Actas Patrióticas, de retenes ilegales en aeropuertos, edificios públicos y en el Metro, de espionaje telefónico y cibernético, de galletitas Pretzel que atragantan a George W. Bush como si las fabricara Enron. Los movilizados desafían a la Corte de Distrito Federal de Nueva York que esta semana prohibió toda manifestación pública de oposición a la guerra contra Irak. Acusan a la juez Barbara S. Jones de asaltar sus derechos civiles y saben que no hay peor terrorismo que aquél que obliga a la abyección. Los movilizados saben que quien cuenta con armas de destrucción masiva y un presupuesto militar de 325 mil millones de dólares habita en la Casa Blanca y no en el golfo Pérsico, que practica su proclama de "Sólo abstinencia" con Condoleezza Rice, la dama de hierro de ideas cortas y grandes ambiciones. Los movilizados le creen más a Morgan Freeman que a Colin Powell, el moderado del equipo que falló en su mala representación de las amenazas iraquíes. Los movilizados leen todo con suspicacia, incluyendo los editoriales opacos de esas twin towers del periodismo liberal que son The New York Times y The Washington Post, dinamitadas por la autocensura. Los movilizados confían en la globalización de su protesta. Más de 10 millones de personas se expresaron este sábado en las calles de las principales ciudades de todo el mundo. Los movilizados han dicho "no en nuestro nombre", porque nada justifica el cinismo de Donald Rumsfeld y todo favorece el llamado a la cordura de esa "vieja Europa" que ha resultado un muro de contención.

ES MAS FACIL que el voyeurista deserte de las filas de la docilidad para convertirse en movilizado. Ese es el temor fundamental de Bush y de la coalición que promueve la videoguerra. Esa es la gran derrota anticipada de quien piensa que el Guernica es una marca de ántrax y no una memoria colectiva.

El campo no los aguanta más



DESPUES DE MES Y MEDIO de movilizaciones y presiones para que sus demandas se escucharan, las organizaciones campesinas en México rechazaron formar parte de una puesta en escena más del gobierno de Vicente Fox, quien proclamó a Javier Usabiaga como "el mejor secretario de Agricultura", pero no aclaró de qué país.

EN OCHO MESAS DE DIALOGO, perfectamente calculadas para la escenografía de la inoperancia, el gobierno federal pretende transformar lo que es una demanda generalizada de políticas justas en una estampa de folclor y de la mercadotecnia. La cobertura informativa de los medios dio cuenta de la enorme burbuja desinflada frente a este estilo del foxismo para enfrentar los problemas reales con aspirinas virtuales. Para el mandatario, todo parece reducirse a un próximo anuncio de Vamos México o hacia un país de espectadores que no critiquen, no lean, no cuestionen y sean felices con los ultrasonidos de la primera familia del país.

LA UNICA POLITICA DE ESTADO para el campo es invisibilizar sus problemas, pretender que la miseria que no se ve no existe en su agenda, que con "fe" se resolverá lo que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha desarticulado y que todo es resultado de una herencia priísta y no de un modelo que se aplica con todo el rigor del continuismo.

LA ACTITUD DE LOS medios masivos frente al descontento en el campo abona en esta percepción. Se ha dado más tiempo-aire a la denuncia penal contra Alfonso Ramírez Cuéllar y a recordar el "asalto a San Lázaro" que a dar voz y contexto a las demandas campesinas. El escándalo prevalece sobre la información. Se privilegia la guerra verbal entre organizaciones y dirigentes políticos más que ubicar la gravedad de la situación.

EN ESTE SENTIDO, es importante recordar las palabras de Ryszard Kapuscinski al hacer un diagnóstico del periodismo que privilegia las "coberturas humanitarias" y desaparece las tendencias y los problemas profundos:

"EN MI OPINION -dice el periodista polaco- la desaparición del mundo campesino del globo es una de las más grandes paradojas del mundo contemporáneo, porque producimos una cantidad de comida cada vez menor en proporción a una población en continuo crecimiento. La liquidación del mundo campesino, que es un fenómeno social y económico a escala mundial, consiste en un acto suicida global" (Los cínicos no sirven para este oficio, pp. 109 y 110).

EN ESTE SUICIDIO GLOBAL es determinante la política de los medios y de las organizaciones campesinas frente a la información. No existe un solo programa especializado en temas agrarios o campesinos en los medios electrónicos, aun cuando más de la cuarta parte de la población mexicana vive en este contexto. Del otro lado, se menosprecia o se ignora la eficacia de una política de comunicación y se escinden las visiones, los mensajes que se reducen a la personificación del conflicto.

Nueva ley para medios, derechos de periodistas



EN EL SENADO DE LA REPUBLICA se inició esta semana la discusión sobre las urgentes reformas a la Ley Federal de Radio y Televisión, demanda que adquirió relevancia tras el asalto al Chiquihuite por parte de Televisión Azteca y el reclamo de defender opciones diversas y críticas, como Canal 40, y democratizar el régimen de medios masivos en México.

ANUNCIADA Y ALENTADA por el senador panista Javier Corral, esta discusión pasa necesariamente por la revisión de la situación en los medios impresos y las relaciones entre el poder y la prensa. El procurador de Tlaxcala regaló esta semana una perla de la visión chata que prevalece en círculos ministeriales frente a la actividad del informador: el periodista, señaló, en muchas ocasiones "encubre" a delincuentes y está obligado a revelar sus fuentes. Después se desdijo, pero el asunto real es que esta visión es un guión, como vimos en el caso de la Procuraduría General de la República y los seis compañeros de La Jornada citados el año pasado en un ejercicio inhibitorio de la libertad de información.

LA INICIATIVA PRESENTADA esta semana por el diputado del Partido de la Revolución Democrática Miguel Barbosa, para garantizar la confidencialidad de las fuentes y otras garantías y derechos mínimos de periodistas, merece ser analizada y apoyada para contrarrestar este oscuro rostro de la censura o el menosprecio al periodismo en la era foxista.

ESTOS TEMAS SERAN analizados, a partir de este lunes 17, en el Museo de la Ciudad de México, en el encuentro nacional de periodismo 2003: Crisis de la prensa en México, promovido por el sindicato en huelga de los trabajadores del diario unomásuno, que han vivido en carne propia las consecuencias de transformar el periodismo en negocio personal o parapeto político para los nuevos dueños de los medios impresos. El martes 18, en la torre 2 de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México se iniciará otro foro, también a las 10 de la mañana, titulado Jornadas por la libertad periodística y la pluralidad en la televisión. Convoca el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de esa casa de estudios.

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